J.R.R. Tolkien - Ventana a la Tierra Media – Una fantástica subcreación épica
Se sabe, porque lo dijo él mismo, que siempre había querido que su nación, Inglaterra, tuviera, digamos, mitos como los tenían otros lugares, teniendo como ejemplo los del norte de Europa con los que tanto gozaba J.R.R. Tolkien. El que esto escribe desconoce totalmente si es que Inglaterra no los tiene o no eran del gusto del maestro pero, en verdad, querer, eso, quería el profesor de Oxford. Y es que lo épico y mítico gustaba más que mucho a Tolkien padre.
Y, entonces, creó… bueno, subcreó porque ¿quería Tolkien padre dar a Inglaterra lo que no tenía?
Responder a esto, seguramente, no tenga sentido alguno pues eso era cosa, exclusivamente, suya. Sin embargo, lo bien cierto es que, a partir de eso, de querer eso, dio a la luz del mundo (primero, con el Hobbit, casi sin querer y, luego, con El Señor de los Anillos, queriendo y más que queriendo) un nuevo mundo o, mejor, una nueva Tierra, la Media.
Podríamos fantasear sosteniendo que esto es algo así como una distopía o, lo que es lo mismo, crear algo basado en la realidad con una realidad distinta pero que, en sí mismo, es algo malo, supone algo malo. Y no, eso no puede ser la Tierra Media, como podemos imaginar.
También podríamos sostener que se trata, al contrario de lo de arriba, de una utopía porque, en sí misma, la Tierra Media era un lugar bueno hasta que lo estropearon los malos empezando por el Ainur rebelde llamado Melko, luego Morgoth.
De todas formas, si hemos de decir algo a tal respecto, decimos que la Tierra Media es una distopía dentro de una utopía, es decir, algo que llega a ser malo o quieren hacerlo malo dentro de lo que, en sí mismo, es bueno… aunque, en realidad, nuestro autor quería una eutopía, algo bueno en sí mismo pero, como hemos dicho otras veces, los personajes creados quieren tener vida propia y acaba pasando lo que pasa… en fin.
A lo mejor esto no sirve para nada sino que deberíamos centrarnos en la propia subcreación de Tolkien padre. Y eso hacemos.
J.R.R. Tolkien subcreó un mundo nuevo, que muchas veces parece el nuestro porque en él se dan formas de ser que, como no puede ser de otra forma, se dan en el propio ser humano. Así, las diversas razas que hace caminar el maestro por la Tierra Media e, incluso, por las Tierras Imperecederas, no son más que trasunto de una psicología humana, con sus más diversas cosas, pareceres, pensares y circunstancias.
La subcreación que se hace de todo (personajes, ambientes, situaciones, paisajes, etc) fue hecha por alguien que tenía una mente verdaderamente privilegiada. Y no sólo por ser capaz de escribir lo que escribió sino, sobre todo, por darle forma a lo que escribió de tal forma bien hecha que hoy día, algunos decenios después de publicadas sus obras, se va engrandeciendo su sentido y queda muy lejos el pensar de aquellos que creían que se trataba de una obra, digamos, algo así como juvenil cuando, en todo caso, no hay razón para despreciar tal tipo de obras.
(Mapa de la Tierra Media de Juan M. Villa)
Todo en lo subcreado por J.R.R. Tolkien es, verdaderamente épico. Y nos referimos a lo que, de por sí, tiene tal término, tal palabra.
Así, por ejemplo, no es poco coraje el que demuestran muchos personajes que, en sí mismo, se creen y sienten incapaces de hacer lo que, luego, serán capaces de hacer.
Así, por ejemplo, no es poco el esfuerzo que llevan a cabo. Y nos referimos al esfuerzo de los que consideramos la buena gente de las obras de Tolkien padre pues ya sabemos que el Mal también se esfuerza pero lo hacer para hacer daño y, claro, no vamos a considerar que un esfuerzo y otro puedan ser igual tenidos en cuenta…
Así, por ejemplo, ¿acaso no podemos considerar héroes a los que acaban por salvar de la total destrucción de lo bueno y mejor de la Tierra Media al conseguir destruir el Anillo Único? Héroes, y verdaderos héroes épicos…
Así, por ejemplo, debemos ensalzar aquella forma de ser que, según es, procura el bien y no promueve el mal, actúa, pues, en consecuencia, y da todo lo mejor de sí en pos de una voluntad tan deseable.
Vemos, por tanto, que aquí todo es épico y que, por lo tanto, la obra de J.R.R. Tolkien tiene de épico, exactamente todo: su subcreación, su qué, su cómo, sus muchas razones de discurrir por donde discurrió y, por fin, su voluntad de que prevalezca, de que venza, el bien. Y lo hace, como no puede ser de otra forma, en una verdadera eutopía.
Por eso Tolkien padre subcreó, para que, como dijera en una ocasión Samsagaz, prevalezca el bien. Para eso. Y por eso Tolkien padre llamó a todo esto Eucatástrofe, porque todo ha de estar hecho de tal manera que un giro de los acontecimientos haga que, quien es el verdadero protagonista de la creación épica, salga vencedor de tanto mal, tantas asechanzas y, en fin, tanto posible fatal final.
Al fin y al cabo, mitopoeia y J.R.R. Tolkien tienen mucho, todo que ver.
Eleuterio Fernández Guzmán - Erkenbrand de Edhellond
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Hay mundos que, sin duda alguna, nos llevan más lejos del que vivimos, nos movemos y existimos.
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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna
4 comentarios
Eomer es un personaje fascinante: pertenece a un pueblo que no conoce la escritura pero que tiene canciones y, sin embargo, quitando las que afectan a sus preocupaciones cotidianas, ha dejado de creer en las canciones.
Y un dia, por gracia, se encuentra que las canciones brotan de la misma tierra que comen sus caballos... hermoso.
EFG
La verdad, si que es hermoso, si. Gracias por revelarme ese detalle de Eomer.
Desde aquí recomiendo vivamente escuchar a un grupo que se llama "Clamavis Profundis" o algo así en Youtube. Están haciendo versiones a cappella de las canciones de los libros y son maravillosas.
No pasa ni un día sin que escuche la Canción de Durin.
https://www.youtube.com/watch?v=uxfoa23skHg
EFG
Muchas gracias por lo que me toca. Por otra parte, también gracias por el aviso sobre el grupo que hace canciones sobre los libros de Tolkien.
Lo que Tolkien quería: que su obra fuese fuente de inspiración para otros artistas.
De todas maneras mi música para ESDA es, sin duda, el Concierto para piano 2 de Rachmaninov y la Segunda de Sibelius, ya sé que son obras muy trilladas y de repertorio pero era lo que yo con 15 años escuchaba leyendo por primera vez a Tolkien.
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