J.R.R. Tolkien – Ventana a la Tierra Media – Así de simple pero real: un mundo de buenos y malos
Aunque pueda parecer simplista o, simplemente, simple (perdóneseme la casi redundancia) el caso es que sí, en la obra que dejó publicada nuestro autor existen dos realidades más que definidas: hay buenos y hay malos. Y es cierto que esto puede parecer demasiado simple pero las cosas son como son…
Estamos más que seguros que J.R.R. Tolkien hizo eso porque quiso o, por decirlo de otra manera, quiso reflejar lo que es, así, porque es así.
Podemos decir que, actualmente, con la forma de pensar difundida por el nuevo orden mundial y la denominada Nueva Era es fácil que se diga que tal forma de plantear las cosas es, seguro, ultramontana porque, al fin al cabo, nada es malo o bueno ni bueno ni malo sino… todo lo contrario. Y creemos que nos sabemos explicar, si ustedes nos entienden…
Las cosas, de todas formas (y no sólo en la obra de nuestro profesor sino en la realidad misma) lo que aquí pasa es que la realidad es tan tozuda que no se puede, siquiera, discutir que haya buenos y malos, así, de tal forma, dichos.
De todas formas, lo que es obvio es que en las obras, digamos, más difundidas de Tolkien padre (a saber, El Hobbit y El Señor de los anillos) se puede apreciar quien es del gozo del autor de tales obras y quien no lo es. Y eso nos viene la mar de bien o, mejor, le viene la mar de bien a quien tenga tendencia a confundir una cosa con la otra y no tenga muy claro de a qué nos estamos refiriendo.
El Mal, aquí, siempre tiene una clara pretensión entre ceja y ceja o entre espada y espada: causar todo el daño posible a los que considera sus enemigos que son, para que se nos entiende, todo aquel que no comulga con sus ruedas de molino o, en fin, le lleva la contraria.
Podemos decir, que el Mal aplica toda su mala inventiva en producir todo lo que, de malo, puede haber en la realidad, ahora, de la Tierra Media. Es decir, así, por ejemplo, corrompe Elfos para convertirlos en Orcos o, quien sabe, si otras criaturas para hacer lo propio en Balrogs…
Por si eso no fuera, ya, suficiente, como no puede crear por sí mismo (como sí puede Eru/Ilúvatar/Dios) aplica su nigérrima inteligencia en que aparezcan, fruto de su mal genio (entiéndase esto: su uso de talentos en el mal sentido, en la mala dirección…) armas y los más diversos instrumentos causadores de daño físico e, incluso, espiritual. Y nada de lo que hace el Mal deja de usarse y de ponerse en práctica porque tal es el fin de quien, por rencor, odio o envidia, busca la perdición del Bien.
Vemos, por tanto, que unos son malos. Y son malos de solemnidad, con todo aquello que de ruin pueda haber e, incluso, imaginarse (con larga imaginación, podemos decir). Es decir, todo lo que a una mala cabeza se le pueda ocurrir, aquí, se le ocurre; todo lo mal hecho que se pueda hacer… se hace y se lleva a cabo a gozo y disfrute de los muchos seres malignos que aquí abundan.
Y ahí, por otro lado, los que no son malos sino que, al contrario, muestran una naturaleza buena y así se comportan. Los “buenos” (en lenguaje que es sencillo para que se nos entienda a la perfección) Y no vamos a dar nombres ni a citar razas de las que pululan por la Tierra Media porque son más que conocidas y conocidos los que identifican a los que consideramos ejemplos a seguir y no, como es el caso contrario y citado arriba, a no tener nada en cuenta sino a tener lo más lejos posible de sí mismos…
Los buenos y los malos son, en realidad, expresión del mundo mismo. Porque sí, porque hay buenos y hay malos y, por tanto, el destino de unos y de otros no puede ser el mismo. Y por eso los que no son buenos tiene, por fin, la muerte y la desgracia y aquellos que son su contrario, tiene como destino, en algunos casos, las Tierras Imperecederas y, en otros, una larga vida plancentera y gozosa.
Todo, de todas formas, es premio y es castigo. Y los que merecen ser premiados lo acaban siendo de una forma o de otra mientras que los otros, expresión de lo que existe para causar daño, tienen el fin que se han ganado a pulso de sangre y espada. Y es que en esto, también en esto, J.R.R. Tolkien para nada se sale de su fe católica. Ni en esto ni en nada, si ustedes nos entienden.
Eleuterio Fernández Guzmán - Erkenbrand de Edhellond
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Hay mundos que, sin duda alguna, nos llevan más lejos del que vivimos, nos movemos y existimos.
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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
4 comentarios
Y al igual que en nuestro mundo hay malos que lo son por desconocimiento. O por guiarse por bajos instintos como envidia, lujuria, ... Malos que en algunos casos se arrepienten al ver lo que han hecho y me gusta pensar que Iluvatar les lleva al final a su Luz.
Y por supuesto malos de corazón, que abrazan encantados las tinieblas y se condenan a morar en el Abismo tras su final.
Por eso más que nunca Tolkien es necesario. Nos están construyendo un mundo donde todo es relativo. El bien no es tal, y el mal, pues depende. Si piensas lo que yo es bueno, si no es malo.
A nuestro Melkior con cuernos y rabo le está saliendo muy bien sus planes de engañar a la gente.
Quizás por eso he comenzado a rezar cada noche a Dios para que hoy más que nunca nos envíe a sus ángeles a protegernos y guiarnos. Necesitamos su Istari y sus Valar en esta tierra nuestra donde la Sombra cada vez es más fuerte.
EFG
Amén. No tengo nada más que decir, además de gracias.
En la obra de Tolkien (como en el mundo primario), no hay blancos y negros absolutos. Lo que predomina son los grises. Pongamos ejemplos: Boromir, ¿es bueno o malo? ¿Y Denethor? ¿Y Grima? ¿Y Gollum? ¿Y Théoden? ¿Y...?
Pero se dirá, Frodo es bueno del todo. Ah, claro, fue él mismo el que arrojó el anillo al fuego, ¿verdad? Ah, pero resulta que al final se rebeló y quiso apropiarse del anillo. Esa herida de posesividad quedará para siempre en su corazón.
Otros dirán: Sam sí que es un bueno "de libro", blanco absoluto. Ya. En una escena dramática que habitualmente pasa desapercibida Gollum ve dormidos a los hobbits y en medio de una terrible lucha interior, aparece más que nunca como un hobbit viejo y fatigado. Acaricia la rodilla de Frodo. Pero entonces, cuando la redención parece al alcance de la mano, Sam se despierta, le insulta y chilla con aspereza. Tolkien remacha el momento trágico: "El momento fugaz había pasado para siempre". Por culpa de los celos de Sam, se pierde esa ocasión única de redención.
EFG
Por supuesto que hay matices en esto de lo bueno y lo malo. Por eso dije al principio que esto puede parecer muy simple o simplista pero es para establecer las generales de la ley en esto de Tolkien...
El hombre es un ser herido por el pecado original y por tanto capaz del pecado personal. Dios nos creó libres para poder elegir el bien, y solo perdemos la libertad cuando elegimos el mal, es decir cuando vamos contra nuestra naturaleza. Lo que nos incita al mal es el demonio, la carne y el mundo.
Por otro lado, sin riesgo de caer en relativismo, es cierto que ningún ser ha sido creado malo por Dios, ni siquiera los demonios. Dios no crea nada malo porque es pura bondad.
Como dice el artículo, es la libertad de los seres personales la que corromperla la belleza de la creación. El mal no es capaz de crear nada pero si de corromper.
El hombre nace ya en cierto modo corrompido, por el pecado original, por la corrupción sembradas por los que siendo creados buenos y bellos eligieron libremente el mal, alejandose de su naturaleza buena.
Siendo así las cosas, y no pueden ser ya de otra manera, efectivamente se puede simplificar diciendo que los que obran el mal obstinadamente pueden ser llamados malos,y aquellos que aceptan la misericordia divina podrán ser salvados de la corrupcion, no ya por sus fuerzas sino por la redención del Rey que ha de volver.
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