J.R.R. Tolkien - Ventana a la Tierra Media – Al mirar un calendario
La Editorial Minotauro viene haciendo un gran favor a los seguidores de J.R.R. Tolkien al publicar, año tras año desde que eso pasa (lo ignoramos, francamente lo decimos y rogaríamos a quien lo supiese nos hiciera llegar tal año, al menos, vía comentario), un calendario vivamente ilustrado por alguien que sabe lo que hace y a qué atenerse.
Lo del gran favor lo decimos porque es más que bueno que quien tiene conocimientos especiales sobre la obra del profesor de Oxford y se dedica, digamos, a la pintura, refleje determinados aspectos de lo escrito por un maestro de maestros como es Tolkien padre.
El año pasado, 2019, se dedicó el mismo a La Caída de Gondolin porque, justamente, fue tal año, allá por el mes de marzo (el día 5, para ser concretos), cuando se publicó una edición propia de su merecimiento de tal título. Entonces, los dibujos allí plasmados nos muestran tan terrible acontecimiento y nos hace ver, casi tocar, lo que pasó entonces.
Y eso es lo que pasa este año, el 2020. Y por eso mismo dedicamos las siguientes líneas en agradecimiento a quien hace posible hacernos “tocar” suelos, caminos, lugares… en fin, lo que es la Tierra Media. Y es que está dedicado a una gran aventura donde los Enanos tienen mucho que decir y aunque hayan pasado ya unos meses desde que el 1 de enero abriera una ventana nueva a la Tierra Media, bien vale la pena abundar en todo esto.
Echar un vistazo a lo que Alan Lee ha hecho con el tema dedicado para el año en curso es lo mismo que agrandar las pupilas para que la sorpresa quepa en nuestro corazón. Y es que estos son los temas que ha tratado el buen hombre:
Bilbo en Bolsón Cerrado
La Posada del Dragón Verde
Las Tierra Solitarias
El puente de Rivendel
Las Montañas Nubladas
Los Huargos
Tierras Ásperas
Bosque Negro
Ciudad del Lago
La Montaña Solitaria
Smaug El Poderoso
La Batalla de los Cinco Ejércitos
Podemos ver que los temas escogidos son, digamos, todo un recorrido de la inesperada aventura que tuvo que correr el bueno de Bilbo Bolsón y, como se nos dice en la Introducción del Calendario Tolkien 2020 se nos presenta “Una generosa selección de las pinturas a todo color y de los dibujos hasta ahora inéditos incluidos en el libro ‘El Hobbit. Cuaderno de bocetos’”. Y, además, estamos de acuerdo de forma absoluta cuando, a continuación, se nos dice que “El conjunto pone de manifiesto la magia contenida en El Hobbit y ofrece la oportunidad de sumergirse en la fascinante imaginación del hombre que infundió nueva vida a la visión de Tolkien”.
Pues sí, el ilustrador Alan Lee ha sabido a la perfección hacer que gocemos con las palabras-libro-aventura de J.R.R. Tolkien como sólo lo puede hacer quien lo ama profundamente y ha dedicado mucho de su trabajo a reflejar un amor así, incondicional o, mejor, a condición de manifestar que es posible gozar con un mundo, con una Tierra Media en la que todos nos gustaría estar (mejor, casi, cuando acabaron todas las guerras y batallas…)
Este Calendario Tolkien o, para ser exactos, este Tolkien Calendario 2020 es un verdadero tesoro encontrado de una forma mucho más fácil que la que se suele emplear para hallar uno de esos que, escondidos, cuestan sangre, sudor y lágrimas, como diría aquel, también inglés, por cierto.
Podemos decir que estas ilustraciones (a uno le da un poco de vergüenza llamarlos, sólo, “dibujos”, aunque al fin y al cabo lo sean, primordialmente lo sean, en esencia lo sean) hacen lo que la palabra muestra: en unas láminas se nos representa gráficamente un libro, en este caso El Hobbit y lo hace, si cabe, más atractivo. Y podemos decir que, aquí, las imágenes y las palabras valen para mil lecturas hacer sin desmerecer las segundas con respecto a las primeras (ya se sabe eso que dice que “una imagen vale más que mil palabras” pero nosotros no estamos, aquí, de acuerdo con eso porque todo vale y sirve)
Curiosamente, también nos sirven y valen los sinónimos de la tal palabra porque vienen a decirnos que se ha iluminado, dado luz e instruido acerca del libro ya más que conocido y objeto del trabajo de Alan Lee. Y eso, se quiera decir lo que se quiera, es un valor añadido al mero dibujar, ilustrar.
Nosotros, que tenemos de la obra de este ilustrador la mejor de las opiniones sabemos que son, eso, sólo opiniones pero estamos más que seguros que otras personas más calificadas que nosotros para hablar sobre estas ilustraciones abundarían en detalles que se nos escapan. De todas formas, nos basta con saber que Alan Lee ha hecho un gran trabajo que agradecemos con largueza y loamos de la mejor forma que somos capaces.
Gracias, pues, sean dadas a quien tanto merece.
Eleuterio Fernández Guzmán - Erkenbrand de Edhellond
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Hay mundos que, sin duda alguna, nos llevan más lejos del que vivimos, nos movemos y existimos.
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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
2 comentarios
Yo tengo las ediciones ilustradas por Alan Lee de "El Hobbit" y "El Señor de los Anillos", y estoy pensando en deshacerme de ellas y comprar las primeras ediciones en castellano de estas obras ( ESDLA se repartía en tres tomos).
Las ilustraciones son muy buenas, pero me he dado cuenta de que condicionan la representación mental que nos hacemos del relato, y en mi caso han impedido que vuelva a experimentar la sensación que me causó la primera lectura de estos libros, hace 35 años (tendría yo 14 años entonces).
Por eso recomendaría a los jóvenes que se acercan por primera vez a estas obras, que lo hagan en una edición sin ilustraciones, y si es posible con (creo que era de Minotauro) las primeras ediciones en castellano, que además estaban muy bien traducidas (el Círculo de lectores sacó una edición malísima que provocó que me diera de baja). Las únicas ilustraciones que tenían eran las portadas: dibujos del propio Tolkien, y de paisajes, no de personajes.
Un saludo cordial,
EFG
Me parece que tiene usted toda la razón. Está muy bien que haya ilustraciones en los libros pero, la verdad, suelen distraer mucho porque te ponen las imágenes que en realidad están construidas en las palabras y creo que cada cual se hace una idea acerca de los personajes. A mí también me parece que es mejor leer estos libros sin que vayan acompañados de imágenes porque en otros sitios se pueden poner las mismas.
En este sentido, creo que las películas que se han hecho sobre la obra de Tolkien, a quién las haya visto, creo que es seguro que ya no puede ser igual leer otra vez sus libros porque te han quedado para siempre en el corazón y la memoria y ya la lectura no puede ser igual ni es lo mismo.
Y luego miro a mi alrededor y me pregunto donde están nuestros campeones.
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