J.R.R. Tolkien - Ventana a la Tierra Media – Microrrelatos (III)
Como es bueno ser perseverante en lo que consideramos bueno y mejor, estamos aquí de nuevo para aportar una nueva serie de microrrelatos después de que, como es fácil deducir del número del título del artículo, lo hayamos hecho en dos ocasiones. Y es que la cosa da para esto y para mucho más.
De nuevo, rogamos sepan disculpar los amables lectores los fallos que pudiera haber en ellos porque, al fin y al cabo, cada cual da lo que puede y sabe…
- Estaban destinados a amarse. Ellos, hombre y medio elfa, siempre supieron que los tiempos habían cambiado y que su amor era ejemplo, posibilidad, cambio.
- Aragorn, de entre las flechas que recibió a lo largo de su vida una de ellas acertó en su corazón y le arrebató el alma. Y Arwen, como Elfa, tenía un buen arco.
- Elrond sabía que la tatarabuela de su hija Arwen, Tinúviel, había tenido un amor parecido. Y no pudo decir no aunque lo intentó… como padre.
- Imaginamos las palabras de amor que salieron de los labios de Aragorn y de Arwen. Ambos venían de tiempos antiguos y su amor era cauce de encuentro.
- Undómiel tuvo que decidir entre una vida casi eterna y una humana y mortal. Y pudo el amor… como debe ser en los buenos finales.
- Les costó mucho llegar a la casa de Elrond pero, en Imladris, gustaron de los muchos bienes élficos. Más de uno no habría salido de allí nunca…
- Rivendel es más que un paraíso para el necesitado de ayuda y exilio. Y es que allí último refugio de los Primeros Nacidos era, seguramente, el último de ellos.
- Sin duda Sam vio Elfos. Era un sueño que había tenido desde que era niño, por eso de los cuentos y narraciones escuchadas. Y nunca olvidó que allí fue feliz.
- En Imladris cura Frodo de su herida maléfica. Artes antiguas, aprendidas de Ilúvatar, pudieron con aquel mal en manos sabias de los Elfos.
- Aquellos pobres seres que, en el fondo, odiaban a su creador, mataban, seguramente por otra clase de odio. A lo mejor, era un desahogo personal.
- Ellos procedían, según se cuenta, de Elfos capturados. Y fueron creados malcarados y feos porque Morgoth así era él mismo, a su imagen.
- ¿Cómo fueron corrompidos los Elfos para devenir Orcos? Ciertamente, hay quien, teniendo un poder así, sólo puede ser un mal ser imposibilitado de hacer nada bueno.
- Los hacedores de los Anillos, muchos de ellos, a lo mejor anhelaban lo bueno y mejor. Había quien, sin embargo, tenía un corazón bien negro para urdir al Único.
- Enanos, Hombres y Elfos. Cada raza sabía de Anillos y de poderes pero había quien quería saber todo de ellos y de sus valiosas joyas.
- Resulta síntoma de que lo pequeño, a veces, puede resultar más que importante que los Anillos, instrumentos a usar de pequeñas dimensiones, hayan dado el juego que han dado.
- Uno de ellos era más que malvado. Bueno, malvada no era la joya sino quien la había hecho y quería dominar al resto de seres de la Tierra Media.
- Único era el Anillo de su Señor; Única el ansia de dominio; Única la voluntad de dominación; Único el poder que otorgaba; y Único su final… como fue.
- El alimento de los Elfos salvó a Sam y a Frodo. Era poca cosa pero importante: siquiera una simple masa entre hojas veces. Y era para el camino o, mejor, para la caminata.
- Es seguro que Sam acabó cansado del pan del camino. Pero es más seguro aún que estuviera, aún más, agradecido a aquella donación élfica.
- Con todo su amor eterno los elfos entregaron su pan a la Compañía. Sólo quien llegara al final del camino sabría el gran favor que se les había hecho.
- Volvamos al principio de todo. Cuando aquellos seres, los Primeros Vivientes, miraron a las estrellas supieron que eran. Y fueron.
- Eru, llamado Ilúvatar por sus Primeros Hijos, supo que su creación había sido buena. Y durmió, entonces, más tranquilo. Sabía lo que iba a pasar y confió en ellos mucho del futuro.
- Se dice que los Elfos y los Enanos no se llevaban bien. Sin embargo, era cuestión del tiempo en el que vinieron a la Tierra Media.
Y ahora esperamos, como dijimos en la primera y segunda parte de estos “Microrrelatos” que quien quiera ponga aquí los suyos. Y también esperamos que el éxito en esto sea mayor… Vamos, que sea algo…
Eleuterio Fernández Guzmán- Erkenbrand de Edhellond
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Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Hay mundos que, sin duda alguna, nos llevan más lejos del que vivimos, nos movemos y existimos.
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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
2 comentarios
Espero que la serie sobre esta grandiosa novela, ya libro de inspiración para muchos, no termine aquí.
Mi aportación con su permiso:
Elrond amaba a Arwen y a su pueblo, también amaba a Aragorn, pero temía repetir la vergüenza que ya arrastraba su familia: Una elfa de linaje real casada con un hombre.
Además, el alma de Elrond sangraba pensando en la soledad en que tendría que vivir Arwen por el resto de sus días cuando sucediera la muerte del rey.
Pero el amor tan puro y completo de Arwen venció todas las dudas de Elrond y ayudó al heredero de Isildur a recuperar su trono y le entregó la mano de su hija.
Saludos cordiales.
EFG
Muchas gracias por su aportación.
Como muchos su obra es muy especial para mi y tiene un sitio en mi corazón e incluso mi alma. Es una serie de libros que procuro leer cada dos o tres años y la verdad cada vez que lo hago son como un bálsamo de paz.
Se nota la influencia del Bien y Cristo en ellos.
EFG
Estoy totalmente de acuerdo con usted.
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