J.R.R. Tolkien - Ventana a la Tierra Media – Dos mundos, dos realidades
Cualquiera que haya leído la obra del profesor de Oxford sabe que tenía claras preferencias por determinadas realidades y que, por tanto, no las tenía por otras. Es decir, que era, en tal aspecto, claro y contundente y así se mostraba en aquello que dejó escrito y que solemos resumir en El Hobbit y El Señor de los Anillos. De todas formas, de hilar fino y atrevernos con otras obras suyas, es bien cierto y verdad que pasa lo mismo aunque, de todas formas, en las obras aquí citadas no hay duda alguna sobre lo que queremos decir.
En el blog ya hemos escrito sobre el Bien y el Mal porque es un tema muy a tener en cuenta. Y es que nos muestra que el autor de estos libros sabía muy bien a qué atenerse en tal aspecto y bien que lo refleja en las muchas páginas de sus obras. Pero ahora, como decimos, no vamos a hablar de eso sino de lo que, en general, es el “ambiente” físico de la obra de Tolkien padre.
En realidad, lo que decimos que es el “ambiente físico” de lo que nos dejó escrito este perseverante y eficaz profesor dice mucho de su forma de ser y, en fin, de lo que es, al fin y al cabo, una cosa y la otra.
Vamos a establecer, por decirlo así, dos realidades bien diversas: aquella que supone lo bueno y mejor y… la otra, lo malo y peor. Y, aunque se nos pueda tildar de superficiales es bien cierto que las cosas son como son y así están escritas por alguien con mucha más sabiduría que quien esto garabatea. Y a ello nos atenemos.
Antes de nada decimos que no es que desechemos otros lugares como, por ejemplo, donde viven los Elfos, los Enanos o los Hombres (cada una de tales razas, queremos decir). En tales lugares también abunda el bien. Sin embargo, si hay un lugar donde se contienen todas las características, incluso, de la bondad, la paz, la tranquilidad y el sosiego es, sin duda, la denominada Comarca.
La Comarca. Decir tal nombre es, sin temor a equivocaciones, formar en nuestro corazón una imagen bien definida de la misma. Y no nos referimos a las que pueda haber causado la producción cinematográfica (que también) sino aquella que sale de las páginas de la obra de J.R.R. Tolkien. Aunque, de todas formas, al menos para quien esto escribe, resulta prácticamente imposible separar la realidad cinematográfica de la escrita, de la literaria. Y es que nos ha tocado vivir unos tiempos en los que lo que queda hecho en la pantalla se adentra en el corazón de tal forma que no puede ser olvidado porque, además, no queremos que se nos olvide pues así ha quedado la cosa, seguramente, para siempre…
Pues bien, decimos que La Comarca es el lugar idóneo para vivir en aquel mundo llamado Tierra Media. Es bien cierto que los habitantes, hobbits, estuvieron mucho tiempo, al parecer, sin conocer la existencia de nada exterior a la misma. Y eso, con toda seguridad, los conformó como eran en la Tercera Edad del Sol en el que, por lo general, los hemos conocido.
Está situada en la región de Eriador y, en realidad, no resultó conocida hasta que se llevó a cabo la denominada Guerra del Anillo donde varios de sus habitantes (cuatro, en concreto) pasaron a formar parte de la gran historia de la Tierra Media al intervenir, digamos que de forma muy importante, en los acontecimientos que en tal Guerra acaecieron. Pero, hasta entonces, era un lugar poco conocido y tuvo que ser en El Señor de los Anillos donde su autor tuvo que dar, digamos, forma física (división en cuatro cuadernas, por ejemplo) al lugar donde vivían Frodo y el resto de Hobbits porque en El Hobbit no había centrado su atención en tales cosas. Ahora, claro está, era necesario mayor concreción y así fue hecho por Tolkien.
En realidad, La Comarca es un lugar donde se puede gozar más que bien de la existencia. Por eso, allí la vida es tranquila (recordemos que los hobbits no son muy dados a aventuras aunque, claro, hay excepciones…) y es posible ver pasar los años sin mayores alteraciones que las que puedan acaecer entre sus habitantes que, es cierto, aunque entre ellos pueda haber alguna rencilla no pasa de ser algo que no se tiene muy en cuenta. Y, es más, por no tener, no tienen ni siquiera autoridades como son entendidas en el mundo actual (seguramente porque el mismo Tolkien dijo, en al menos una ocasión que sepamos, que él era, en sentido que se debía entender, “anarquista” no en el de hombres barbados y, por ejemplo, con la bomba siempre dispuesta sino en el que no gustaba demasiado de las imposiciones del poder y que era mejor que existiera lo menos posible)
En La Comarca, por tanto, era posible, por decirlo así, pasar desapercibidos en la realidad de la Tierra Media y sólo cuando aquellos Jinetes Negros aparecieron por aquellas cuadernas podemos decir que todo se vino abajo o así podría haber sido como cuando, por ejemplo, Saruman llegó allí para imponer su férrea dictadura maligna…
Todo apunta a paz y tranquilidad: sus suaves colinas, las construcciones subterráneas de los hobbits, sus campos de cultivo, el arroyo (El Agua) que atraviesa Hobbiton… En fin, que todo está dispuesto en tal forma que no nos extraña para nada que fuera el lugar de donde salieran nuestros medianos protagonistas para manifestarse mucho más grandes de lo que, físicamente, eran. En realidad, su valor como seres muy parecidos a los hombres estaba, digamos, dispuesto para ser demostrada su existencia y, de hecho, lo fue en muchas ocasiones.
Pero es que, además, el devenir del día a día de aquella idílica zona de la Tierra Media, no dista nada de nada de la mejor de las formas de vivir. Y resulta gozoso darse cuenta de que aquello existe, al menos, en una obra literaria porque es más que posible que existiera en el mundo, digamos, real, antes de que el maquinismo se hiciera dueño de todo y todo se volviese más tenebroso…
La Comarca, por decirlo de una manera que se nos entienda y que sea ilustrativa, viene a ser como el Paraíso subcreado por Tolkien padre. Y en el mismo, como a él mismo le gustaba decir (al respecto de que se consideraba, por muchas características personales, un hobbit) le hubiera gustado vivir por muchos y largos años… si es que ustedes nos entienden.
Al menos, podemos decir, ha conseguido el profesor de Oxford que podamos soñar, leyéndolo, con la posibilidad, siquiera imaginaria, de saber que lo bueno y mejor, al menos ahí, no ha muerto.
Por otra parte, además de La Comarca, está la otra parte, la que rige el Mal. Y, francamente, además de hablar de si negritud, de su tiniebla, de su nigérrima forma de ser y, en fin, de lo podrido que todo lo habita… en fin, que a nosotros no nos sale decir nada más de lo que es bien conocido. Es más, ni siquiera vamos a poner una imagen de tal mundo para que no enturbie lo bueno y mejor que aquíqueda bien definido y entendido…
Y es que, a nosotros, como a J.R.R. Tolkien, también nos gusta más La Comarca y con ella nos quedamos.
Nota: el mapa que hemos puesto en este artículo tiene autor: Juan M. Villa, "J.M. Gwaihir”.
Eleuterio Fernández Guzmán- Erkenbrand de Edhellond
…………………………..
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Hay mundos que, sin duda alguna, nos llevan más lejos del que vivimos, nos movemos y existimos.
…………………………….
Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
5 comentarios
EFG
Vale, pero esa paz también sirve para vivir en paz...
También prefiero vivir en la Comarca, en la Eterna.
EFG
Amén.
Su catolicismo, fraguado en la adversidad y dirigido por el Padre ...( no recuerdo el nombre) le llevó a la Belleza.
EFG
Estoy totalmente de acuerdo con lo que usted dice.
Por cierto, el sacerdote al que usted se refiere es Francis Morgan, que mucho ayudo a Tolkien a salir adelante.
Incluso la gran mayoría de sus habitantes consideran a Bilbo un visionario y a Frodo un temerario por poseer la inquietud de aprender y conocer.
Para mí el sitio de verdadera paz y tranquilidad además de belleza es Rivendel. Donde además de vivir en paz en un lugar idílico se cultivan todas las artes y ciencias y se guardan todos los conocimientos milenarios.
Saludos cordiales.
EFG
Sin duda puede decirse que la vida que se lleva en La Comarca es casi infantil. Sin embargo, como dijo Cristo, de los niños es el Reino de los Cielos...
Por otra parte, Rivendel es, sin duda, un lugar maravilloso pero, en cuanto se trata del mundo de los Elfos... en fin, que es otro nivel y otra forma de ver y hacer las cosas.
De todas formas, todo esto abunda en lo fantástica que es la obra de Tolkien padre y en el bien que hace a sus lectores.
Muy cierto, Rivendel pertenece al mundo de los elfos.
Pero en puridad, los hobbits no son niños y de hecho se ofenden si les consideran niños.
Esta raza tiene muchas características comunes con los elfos. Y si es tocada por el mal se convierten en diablos, como le ocurre a Smigol. La dualidad elfo/ orco, tiene su parangón en hobbit/ diablo.
Cierto es que la dolce vita que tanto aprecian los hobbits, comida varias veces al día, cerveza, cantar y bailar y fumar una buena pipa de tabaco de Valle Largo en compañía de los amigos tiene más de humano que de espiritualidad élfica. Pero a mí me parecen más emparentados con los elfos que con los hombres.
En lo que coincido plenamente con usted es en que Tolkien creó una obra maravillosa que hace un bien inmenso a cuantos la leen y disfutan,
Saludos cordiales.
Dejar un comentario