Eppur si muove - ¿Es posible decidir sobre qué?
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Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Tener en cuenta la voluntad de Dios en nuestra vida no es cosa baladí. El caso es, en efecto, tenerla en cuenta.
Y, ahora, el artículo de hoy.
Por si ustedes no lo saben (cosa más que probable) existe una denominada “Red latinoamericana de católicas por el derecho a decidir” que ha tenido, tuvo, a bien, dirigirse (supongo yo que imaginativamente o en sus foros particulares de la red de redes) al Santo Padre Francisco para plantearle una serie de cuestiones.
Como podrán ustedes imaginar se trata de asuntos que gustan de ser controvertidos por los controvertidotes de turno pues gustan de controvertir lo que les interesa controvertir para sembrar cizaña y, también, para que se sepan que existen. Vamos, para hacerse notar.
Pues bien, hace unos días cogitaron y, luego, profirieron esto:
¡La juventud católica de Latinoamérica le habla!
Papa Francisco, saludamos su venida a nuestra América Latina en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud; sin lugar a dudas desde su llegada al Papado, se han dado importantes reformas, cambios y renuncias que vislumbran transformaciones al interior del Vaticano. Como Jóvenes de la Red Latinoamericana de Católicas por el Derecho a Decidir aprovechamos esta oportunidad para expresarle algunas preocupaciones, propuestas de cambio y renuncias que consideramos necesarias para la construcción de una Iglesia verdaderamente incluyente, respetuosa y garante de la justicia social, el amor y el evangelio de Jesús.
Lo recibe una región que sufre la vulneración sistemática a los derechos humanos, expresada a través de las desigualdades, pobreza, desempleo, violencia, trata de mujeres, migración, discriminación, narcotráfico, inseguridad, entre otras problemáticas. Pese a la grave situación, América Latina vive tiempos de cambios, que son el resultado de las luchas de diversos movimientos que buscan las condiciones para garantizar una vida digna.
Vemos su presencia en esta región como una oportunidad de mirar hacia la juventud y realmente esperamos que nuestras exigencias y necesidades sean escuchadas, ya que no queremos seguir sintiendo lejana y ausente a la jerarquía católica, por el contrario, queremos que nos acompañe, nos guie, nos apoye, respete nuestras decisiones y sea cercana a nuestras realidades y contextos.
Las juventudes católicas queremos una Iglesia que:
• Renuncie a mantener sus posturas condenatorias respecto a la sexualidad sin fines reproductivos, ya que éstas no están acordes a nuestras realidades, vulneran, niegan, cercenan y nos arrojan a un abismo de incertidumbres, silencios, preguntas sin respuestas, enfermedades e infinidad de riesgos.
• Defienda la primacía de la conciencia y que reconozca nuestra capacidad y autonomía para tomar decisiones morales, plenas y seguras sobre nuestros cuerpos, nuestra sexualidad y nuestra reproducción.
• Cambie su radical postura respecto al uso del condón, ya que nos genera daños irreparables, nos coloca en situaciones de vulnerabilidad a infecciones de transmisión sexual, incluyendo el VIH/sida, nos quita la posibilidad de seguir construyendo nuestro plan de vida y nos expone a embarazos no deseados que resultan muchas veces en abortos clandestinos e inseguros.
• Respete a los y las jóvenes que deciden utilizar métodos anticonceptivos, como símbolo de una sexualidad segura y protegida.
• Respete a las mujeres y los hombres jóvenes que han optado por vivir su sexualidad o por decidir interrumpir un embarazo.
• Respete la autonomía y soberanía de los Estados a la hora de legislar y tomar decisiones que se vean derivadas en toda la ciudadanía.
• No interfiera en las conferencias y espacios en los que se debaten los derechos de la población mundial.
• Recupere la propuesta ética del cristianismo católico que tiene como principio la no-discriminación de todo ser humano, ya que las mujeres y los hombres somos iguales en esta comunidad.
• Retome las raíces cristianas, le apueste a la justicia social, al diálogo, a la dignidad humana, a la solidaridad y al respeto por la diversidad.
Papa Francisco, hoy le habla una juventud católica que es y se reconoce diversa, plural, multicultural, que ama a la Iglesia católica, pero que inconforme con muchas de las posturas de su jerarquía, se niega a seguir invisibilizada, negada y silenciada.
Queremos que la jerarquía católica nos incluya, nos escuche y nos permita seguir construyendo nuestra Iglesia. Y finalmente, lo invitamos a “pasar a la historia” por ser un Papa reflexivo, solidario, comprometido, cercano a las realidades de las y los jóvenes, incluyente y respetuoso de las diferencias, la diversidad y las libertades de todas y todos.
¡Esto es lo que hay según qué católicas!
En realidad tienen pocas ganas de diálogo porque ellas, lo aquí proponen, lo llaman “exigencias” que, ya ven, las que con: uso del preservativo, aborto a favor, imposibles matrimonios entre personas del mismo sexo que son, precisamente, temas, asuntos, realidades sobre las que la Iglesia católica tiene una posición más que clara. Pero ellas, ¡hala!, a lo suyo.
Cada uno de ustedes puede debatir consigo mismo acerca de las “exigencias” que estas, se dicen, católicas, le proponen al Papa Francisco. Sin embargo, les ha jugado una trampa su subconsciente pues, en un momento determinado dicen, momento en el delatan lo que son y lo que quieren que es que “la jerarquía católica nos incluya, nos escuche y nos permita seguir construyendo nuestra Iglesia”.
Y eso es lo que son, “nuestra” Iglesia, su Iglesia… en fin, otra Iglesia. Pero la católica no, eso seguro. Por eso deciden lo que deciden y que la mayoría de las veces se sale del ámbito católico y queda más que fuera de lo que un Papa (por muy bien que haya sido recibida su elección por los “primaveras eclesiales”) puede defender y promover.
Creen, quienes promueven esto, que el Papa Francisco es su Papa. Y, a lo mejor es cierto pero lo que es más que cierto es que tales católicas no son fieles de este Papa. De otra cosa sí, pero de Francisco no porque el momento de tales personas no es que haya llegado ahora sino que no va llegar, en la Iglesia católica, nunca. Y, por eso braman tanto… para hacerse escuchar.
Sin embargo, ya se sabe aquello que dice el refrán acerca de las palabras necias…
Pues eso.
Eleuterio Fernández Guzmán
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