Eppur si muove- ¿Santos problemáticos?

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

La santificación, ser santos, no es nada fuera de lo común aunque sí está fuera del común de los creyentes según puede verse…

Y, ahora, el artículo de hoy.

Hoy día, se dice muchas veces, se puede ser santo con muy poco. Esto lo digo porque hay casos muy especiales de creyentes católicos que, al parecer, les era difícil ser considerados santos. Es más, cuando a uno de ellos se eleva a los altares, se ponen en solfa todo el procedimiento.

Por ejemplo, los que siguen:

San Josemaría
San Juan Pablo II
San Juan XXIII

Si hay un caso especial de santidad es la del sacerdote Josemaría Escrivá de Balaguer. Enemigo declarado para muchos (por su parte no por la del aragonés) la idea según la cual podía ser declarado santo era algo impensable y, sólo, al alcance de los más conservadores que en el seno de la Esposa de Cristo había y hay.

Sin embargo, para desgracia de determinados creyentes, es Dios quien nos provee de santos y si le dio la santa gana (en expresión muy propia de san Josemaría) que un hombre que atendió la llamada del Espíritu Santo allá por un día de octubre de 1928 y fundó el Opus Dei recorriera el camino hacia el cielo en fama de santidad que demostró cierta tras su muerte terrena, fuera santo… pues lo fue y no se hable más.

Sin embargo, se habló y se habla mucho de este caso tan especial pues siempre hay personas que creen que pueden hacer de sus ideas particulares unas que lo sean generales y no atienden, para nada, a razones aunque sean, las mismas, derivadas de la voluntad de Dios.

Pero hay otros muchos casos, como decimos y dos de ellos más que recientes.

Hace bien poco que se ha aprobado, digamos, lo que correspondía aprobar para la correspondiente canonización de dos Santos Padres, ambos beatos: Juan XXIII y Juan Pablo II.

Con certeza digo que pudiera dar la impresión de que se quiere contentar a la Iglesia católica en su conjunto. Esto se deriva del hecho según el cual parece que el primero de ellos tiene más relación con sectores progres, así llamados, y el segundo, con los más conservadores. Sin embargo, no creyendo que pueda haber manipulación alguna al respecto de la coincidencia de ambos casos para ser canonizados, no es poco cierto que a más de uno sí le habrá parecido causal esta coincidencia.

El que esto escribe se alegra más que mucho de la próxima canonización tanto del llamado “Papa bueno” como del Papa polaco. Y me alegro mucho porque se reconoce una no pequeña fama de santidad que envuelve a ambos creyentes que, a lo largo de su vida, digamos, religiosa, demostraron que es posible ser santo y que no es cosa de superhéroes católicos sino que basta con ser lo que uno dice que es.

El caso del beato Juan XXIII es muy especial pues la convocatoria que hizo del Concilio Vaticano II lo ha llevado a la historia de la Iglesia católica como quien supo ver lo que, entonces, era conveniente para la Esposa de Cristo. Luego, cedió por causas naturales el testigo a Pablo VI para que culminara la labor que empezó. Pero es que, además, era considerado, ya en vida, como un santo. Y, por eso, eso nada de extraño tiene que sea declarado santo. Y a nadie le debería, pues, extrañar pero, tampoco, poner en su corazón la idea según la cual con tal canonización se confirman sus peregrinas ideas eclesiásticas.

Y el otro caso, el del también beato Juan Pablo II poco más hay que decir al respecto de la vida de este hombre que, viniendo del otro lado del telón de acero, supo ganarse a la catolicidad mundial con un hacer claro, fuerte, lleno del gozo de saber que estaba en un momento muy importante de la historia de la Iglesia católica. Supo, a la perfección, llevar a cabo la misión para la que le eligieron los cardenales allá por finales de la década de los setenta del siglo paso y esto, junto a una vida llena de momentos memorables, la fama de santidad que le acompañó no la ha dejado nunca.

Tampoco, pues, debería extrañar a nadie que el beato Juan Pablo II sea canonizado. En realidad, sólo era cuestión de tiempo de que se reconociera uno, dos, tres o los milagros que fueran necesarios porque muchos creyentes estamos en la seguridad de que era santo en vida y de que, ahora, en el definitivo Reino de Dios, también lo es.

En fin… pues aún habrá creyentes que crean que todo esto se hace demasiado rápido y que deberíamos esperar uno o dos siglos para que determinadas personas suban a los altares. O, a lo mejor, nunca…

Y es que ciegos voluntarios siempre habrá.

Eleuterio Fernández Guzmán

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1 comentario

  
eduardoz
Juan XXIII ha tenido mas de 13 años para realizar el milagro que le faltaba según las normas vaticanas. La pregunta es ¿ cual es el apuro para hacerlo santo? Si Dios no le permitió realizar el milagro que le falta ¿vamos a cuestionar sus tiempos?
El papa Francisco está empezando a burlar las normas vaticanas y valiéndose de una atribución QUE NO SE CONOCE y SIN EXPLICACIÓN ALGUNA que no sea su excelentísimo parecer y en una muestra de su "enorme modestia" toma una decisión sin precedentes en toda la historia de la Iglesia, con la clarísima intención de contentar a los sectores progresistas de la Iglesia cuyo ícono es Juan XXIII. Está claro que los progres lo llevaron al pontificado pero ¿ cual es su fuente de presión, que saben o conocen que los hace tan influyentes y poderosos?

Me pregunto fuera de sus múltiples y bien estudiados gestos ¿Donde quedó la sencillez, la transparencia y la humildad? ¿En no usar zapatos especiales, caminar por las calles y subir niños al papamóvil?
El pueblo católico queda totalmente inerme y desairado ante interrogantes que nos presentan con cierta ironía personas ajenas a la Iglesia.
Siempre es preferible pecar por omisión que por precipitación. De ahora en adelante no hay que esperar ni 100 ni 200 años, hagamos santos cuanto antes a todos los que estamos en la seguridad de que fulano o sutano eran santos en vida.
13/07/13 4:22 AM

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