Eppur si muove - Alguna religiosa no ha entendido lo de Dios y lo del César

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Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Querer dar al César lo que es de Dios no es buena cosa pero aún es peor querer que Dios se someta al César.

Y, ahora, el artículo de hoy.

En una ocasión le preguntaron a Jesús acerca de si se debía pagar tributos a Roma. Como el Hijo de Dios conocía lo que encerraban los corazones de aquellos que le preguntaban, pidió una moneda y, para que entendieran qué se debía hacer (entonces y siempre) dijo aquello tan conocido de que hay que dar “al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.

Esto, así dicho, es una expresión redonda porque marca, a la perfección, la separación que debe haber entre lo religioso y lo que no lo es o, en general, lo religioso y lo mundano.

Esto todo el mundo lo entiende y mucho más las personas que, por su especial relación con la Iglesia católica (por ser, por ejemplo, religiosas, religiosos o sacerdotes) no pueden defender el hecho de estar desavisadas al respecto.

Es decir, que una cosa es la vida religiosa y otra, muy distinta, al laica o civil y que ha de haber una separación entre ellas que no deje duda alguna de dónde se encuentra cada cual.

Sin embargo, como sabemos, el ser humano es, por naturaleza, ambicioso y, muchas veces, soberbio. Eso le lleva a adoptar posiciones que no se pueden admitir según sean qué personas.

El caso es que hay una religiosa que, curiosamente, le gusta estar en Misa y repicando, estar al plato y a las tajadas, nadar y guardar la ropa o, en fin, dormir y guardar la era o, incluso, ser el niño en el bautizo o, yendo a lo más extremo, el muerto en el entierro.

Su nombre es más que conocido porque ya se cuida ella de salir todo lo que puede en los medios y, aprovechando que el Ebro también pasa por Cataluña, a diestro y (siempre) a siniestro, le gusta más un foco que a un político una concesión pública. En fin… que está bastante más por lo político que por lo religioso porque, al parecer, su naturaleza humana sobrenada sobre la que es religiosa y se apodera de su mente y su corazón.

Alguna entrevista ha leído el que esto escribe (quien quiera le digo dónde puede leerla o, incluso, se la envío) en la que esta religiosa dice cosas como que el capitalismo es malo, malísimo y que si la justicia social, que si la jerarquía eclesiástica, que si los obispos no tienen a nadie por encima de ellos y que el Papa es, poco menos, que alguien que han elegido para que esté en Roma pasando el rato y que le gustan mucho las decisiones asamblearias dentro de la Iglesia católica. Y así, un rato largo.

Como pueden comprender los amables lectores, no hay que ser un lince para saber de qué pie cojea esta religiosa y qué ideas son las que sustentan su vida. No son, digamos, demasiado ortodoxas en materia religiosa y son, exactamente, bastante pasadas de rosca en materia política.

Lo mejor de todo es que se escuda en el Evangelio para sostener lo que sostiene porque las Sagradas Escrituras son muy sufridas y aguantan, a lo que se ve, lo que le echen aunque, para algunas personas es como si les hubieran echado las famosas perlas de las que Jesús habló en una ocasión (Mt 7,6). Y, claro, acaban revolviéndose y, si es posible, mordiendo… pues, al fin y al cabo, es lo que la naturaleza propia de determinadas personas les obliga, voluntariamente, a hacer cuando no son capaces de darse cuenta de las perlas que les están ofreciendo y que, por el mundo, rechazan.

Por cierto, que en “El País” han escrito, de esta religiosa que, junto a un economista, “dan el salto a la política” cuando, en realidad, no se sabe que esta religiosa se haya secularizado y, entonces, que campe a sus anchas por la vida política de Cataluña pues de otra parte del mundo no alcanzará mientras se está mirando el ombligo…

En realidad, lo que ha dado esta religiosa es un salto no a la política sino al abismo. Y, francamente, por mí, como si no sale nunca de tan merecido agujero.

Y es que querer confundir las cosas de Dios con las del César sin separar una realidad de la otra es demostrar, a la perfección, que no se ha entendido nada de nada aunque, claro, tampoco se quiera entender.

Por cierto, esta religiosa zascandil y pizpireta tiene nombre y, aunque a estas alturas todos sabrán quien es, lo digo para que no haya duda alguna y se sepa: Teresa Forcades y Vila. Además es doctora en Teología.

Ja, ja y ja.

Eleuterio Fernández Guzmán

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