Sobre Peces-Barba, Gregorio
Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.
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Enlace a Libros y otros textos.
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Si alguien creía que se me había olvidado, va listo.
Hace pocos días faltó de entre los mortales el que fuera llamado “padre” de la Constitución Española de 1978, aún vigente. Gregorio Peces-Barba ha sido de todo en España: político, profesor, presidente del Congreso de los Diputados, perseguidor de las víctimas del terrorismo. Pero, sobre todo, ha sido un firme laicista y perseguidor de la Iglesia católica.
Es muy común, entre los hombres, la extraña manía de poner bien a quien ha fallecido porque pudiera dar la impresión de que borrando lo malo, la tal persona va a tener un juicio particular más favorable. Pero Dios, que ve en lo secreto del corazón, sabe qué corresponde a cada uno. Y estoy más que seguro que a Peces-Barba el juicio le habrá ido sólo regular.
Pues, para ser justos, no voy a decir nada malo de Peces Barba aunque, claro está, sí voy a traer aquí lo que, en su día, escribí sobre este señor.
Fue lo siguiente:
“Peces Barba ha vuelto a demostrar lo que representa y lo que es”
Borracho de laicismo (con suerte) el padrastro de la Constitución, perseguidor de las víctimas del terrorismo y sacamantecas del socialismo español ha vuelto a soltar, por su teclado, algo que lo define muy bien y que, a la perfección, lo pone en su sitio: el de la hez ideológica que sustenta tan bajilocuente ser.
Con franqueza… la verdad es que le tengo ganas a este individuo malcarado y escaso de tolerancia. Ciertamente resulta, ya, demasiado cargante que, de vez en cuando tenga que soltar, por su boca, engendros propios de sí mismo y de la verborrea iluminista que sustenta tan escaso-de-masa-gris ser.
Y es que ha vuelto a provocar porque, en realidad, eso es lo suyo: bañarse en su propia porquería mental para deglutir y, como una vaca (nada metafísica), volver a rumiar su pensamiento totalitario y fascistoide. Facha, que es que es un verdadero facha, pero facha, facha, fachón que lo define a la perfección: con fachada de demócrata pero puro sepulcro blanqueado y podrido por dentro.
El vómito lo ha publicado, ¡Qué boda sin la tía Juana!, en “El País” donde tiene asiento cualquier simpleza que se pueda decir en contra de la Iglesia católica y donde le pasan la lengua por las posaderas de personas como Gregoriete Peces Barbas, pequeño en libertades y diminuto, pequeño, enano, nada, en respeto al prójimo.
A personas como Peces Barba sólo se les puede responder de una forma: endiñándoles en la parte que les duele para que prueben de su propio Bálsamo de Fierabrás presuntamente democrático, que es una mezcla de veneno de serpiente hervido con pedacitos de mantel masónico que, por el uso, está desgastado, fofo, raído.
¡Y qué asco lo que escribe! ¡Cuánta falsedad y cuánta mentira es capaz de tejer en su tela de viuda negra!
Ahí va algo dado a las masas indoctas y de pensamiento progre:
“En cuanto se les presenta la ocasión, como en estas elecciones autonómicas, dicen que no se puede votar a partidos que apoyan el divorcio, el aborto o el matrimonio entre personas del mismo sexo” porque, al parecer, la Iglesia católica no tiene que mostrar sus propia doctrina sino, sólo, hacer seguimiento borreguil de un Ejecutivo basuriento y ruín y de una ideología muerta, asesina y Latona.
“Todavía hay tiempo y pido al PSOE y a su Gobierno que se decidan a tomar medidas que se sitúen claramente en la línea debida. Al menos dos medidas, derogación de los acuerdos con la Santa Sede y supresión de la enseñanza reglada de la religión deben ser tomadas. ¡Todavía se puede hacer!” porque, al parecer, este tipo gusta de desconocer los derechos ajenos y clama, en exclusiva, por los propios de su clan, tribu, grupete y sacacuartos oficiales.
Y, ahora, lo que llamamos la mascletà, es decir, el último petardo de la petardada barbista:
“Solo entienden del palo y de la separación de los campos. Un Estado libre y una Iglesia libre, cada uno en su ámbito y sin que puedan tener ningún ámbito exento, ni ningún privilegio. Pactar con ellos desde la buena fe es estar seguro de que se aprovecharán todo lo que puedan.”
¡Qué finura, qué galanura, qué exquisitez mental propia de un ser con donaire natural y gracia esbelta!
Es que no hay más que leer, despacio, lo que ha dicho este martillo de católicos, empuñadura de espada de Damocles y trasnochado dictadorzuelo. Pero muy despacio porque rezuma, ¡qué rezuma!, emponzoñea su veneno de ofidio en celo perseguidor de cristianos. ¡Oh gran Diocleciano, emperador de sociatas en vísperas del adiós al cargo y al sillón de vuestras entretelas! ¡Suculento trozo de carne ideológica ante el que cualquier ave carroñera se relame! ¡Paño viejo en el que no cabe vino nuevo! En fin… él mismo.
¡Y dicen de este tío que fue democratacristiano! En realidad desconoce las dos palabras que componen la susodicha: ni ha sido nunca demócrata sino totalitario y autoritario y de cristiano tiene lo que yo de chino de Pekín. Pero ahora sí… de lengua suelta y de meto-la-pata-hasta-el-corbejón tiene un rato largo, bien estirado y rechoncho.
Y es que no hay nada mejor que desahogarse… ¡Qué alivio tan grande para el alma!
Y esto otro:
“Gregorio Peces Barba, Genio y figura”
El padrastro de la Constitución Gregorio Peces Barba, perseguidor de las víctimas del terrorismo y zascandil de Educación para la Ciudadanía, da la impresión que no gana nada con la edad sino que, al contrario, el vino se le está volviendo vinagre.
Como no hay mejor que darle un palito para que se suba y se ponga a piar, magisnet.net le hizo una entrevista ya muy comentada pero sobre la que vale la pena volver.
Dice que Educación para la Ciudadanía se apoya, para su existencia en el apartado 2 del artículo 27 de la Constitución Española que dice que “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales.”
Debe ser que lo que entiende por personalidad humana es adoctrinar según el punto de vista progre y por eso introducen en EpC contenidos claramente ideológicos como, por ejemplo, la ideología de género o el uso del preservativo, dicen, para evitar embarazos no deseados.
Para Peces Barba sólo vale actuar de forma borreguil o en masa porque dice que, “la desobediencia civil no tiene ninguna relevancia si no es masiva, y en este caso no ha sido masiva”. Es decir que cuando el poder establecido hace algo de aplicación obligatoria no se puede protestar, siquiera, acudiendo a los tribunales. Don “Ángel sí señor” quiere que seamos todos… cuando gobiernen los suyos, claro. En caso contrario, toda desobediencia civil será bienvenida y, siempre, escasa. Agitprop lo llaman a eso.
Pero cuando, verdaderamente se luce es cuando habla de una asignatura como Religión católica. Se le ve el plumero, vaya.
Por una parte, entiende la libertad ajena de forma un poco rara: “Y la libertad de los padres para elegir no significa que la Religión se tenga que incluir como asignatura.” ¡Qué forma tan rara de ser libre!
Por otra parte, fluye de su corazón relativismo progre: “Las religiones son todas iguales”. Claro, y los totalitarios, también, como es su ejemplo.
Y por otra parte más, el máximo de expresión de su verdad, de lo que le gusta, de lo que quiere. “La sociedad española merecería tener un poquito de anticlericalismo por todo lo que hemos soportado, que ha sido muchísimo”. Su horizonte no pasado de los años que van desde 1931 a 1939 porque es su sueño: desmemoria para vencer cuanto perdieron, incluidos los muertos que inmerecidamente lo fueron a manos de su misma ideología. Por eso impone lo que puede y lo que sabe que es bien poco pero nigérrimo.
Y, para terminar, Peces Barba mirándose en un espejo porque refiriéndose a Religión católica va y dice que “Lo único que quieren es adoctrinar, adoctrinar y adoctrinar.” Tal cual, él mismo por tres veces repetido.
Pues, al parecer, hay que recordarle a Peces Barba lo que dice el apartado 3 del artículo 16 de la misma Constitución en la que él mismo se apoya para defender lo indefendible. Dice que “Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.”
Por eso Religión católica es una asignatura, aunque venida a menos por incitación gubernamental, que los padres escogen para que les sea impartida a sus hijos en los centros públicos pagados con los impuestos, entre otros, de tales padres. Los mismos impuestos que le han pagado el sueldo al mismo Peces Barba durante muchos años y no sé si ahora también.
El Sr. Barba es un empleado de la ciudadanía que tanto dice defender que es la misma que pide, año tras año, que Religión católica es lo que tiene que ser. Y lo demás, Educaciones para las ciudadanías y demás intentos manipuladores son, precisamente, eso, intentos de llevar el agua al molino izquierdoso y, por tanto, ruin y echado a perder. También lo podemos llamar ingeniería social, podrida ingeniería.
Y sigue, erre que erre, genio y figura, evadiendo la verdad. Y le ha ido bien, todo hay que decirlo. Ahí está, peceando.
Y, además, esto:
“Peces-Barba y su cansina cantinela contra Religión Católica”
Hay personas que, venga a cuento o no venga a cuento, tienen que demostrar su visión laicista y meter la pata donde no la tenían que haber metido.
El poco ínclito, es decir el poco Ilustre, poco esclarecido y poco afamado Peces-Barba, don Gregorio, es uno de los individuos que, cuando sacan la lengua a pasear, miren por dónde, no puede dejar de empitonar a la Iglesia católica aunque sea a costa de la asignatura de Religión Católica.
La cuestión es despotricar y demostrar, una vez más, que el sentido que tiene de la democracia es, digamos, escaso o más bien nulo por totalitario.
Independientemente de lo que ahora diremos, resulta sintomático de una concepción alicorta de la democracia que, por una parte, una asignatura que es solicitada por un número de padres muy elevado (pero que muy elevado) y que es la de Religión Católica, quiera suprimirse (eso es lo que se busca, sin duda, con el paulatino apartamiento de la misma) mientras que otra (Educación para la Ciudadanía) se quiere imponer a fuerza de leyes y reglamentos.
Sin embargo, con ser lo dicho muy importante (porque supone un actuar ciertamente torticero) hay algo que va más allá de tal pretensión y que es la razón por la cual se quiere hacer tal cosa con Religión Católica. Es la cuestión de los valores, ni más ni menos.
Bien sabemos que, casi todos los días, se presentan presuntos argumentos contra el hecho mismo de la Religión en las escuelas; casi todos los días se deducen malas conclusiones sobre la influencia que puede tener tal enseñanza en el proceder de los alumnos que la cursan; casi todos los días se pretende sobredimensionar la influencia negativa (¿?) que se atribuye al contenido de lo que se enseña en las escasas horas (2, como mucho, a la semana) como si se tratase de un extraño adoctrinamiento que perturbara el normal desarrollo emocional de los alumnos.
Sin embargo, al igual que se puede decir lo que se diga en contra del mantenimiento, lógico y normal, de Religión Católica, en las aulas, también se puede hacer lo contrario.
Sin ánimo de ser exhaustivos, estos son algunos argumentos a favor de que Religión Católica se mantenga (y aumente) su presencia en el calendario escolar:
1.-El hecho mismo de la presencia de Religión Católica en la enseñanza no va en contra de lo que se hace en el resto de Europa. Naciones como Holanda, Alemania, Dinamarca, Grecia (y otras) imparten Religión en sus escuelas. Oponerse supone tener un desconocimiento grande de la realidad espiritual de Europa.
2.- La no obligatoriedad.
Religión Católica no es, como sabe cualquiera, una asignatura obligatoria para nadie. El hecho mismo de que un tanto por ciento tan alto de padres manifiesten, año tras año, la voluntad de que sus hijos cursen la misma no deja de ser un punto a su favor. Si se hace oposición a Religión Católica se hace en contra de las personas que tienen derecho a ejercer tal decisión.
Oponerse, pues, a la existencia de Religión Católica es prueba más que suficiente de totalitarismo que, con sus palabras, demuestra Peces-Barba.
3.-Aquello que se imparte en las clases de Religión Católica no es si se practica la fe que los alumnos dicen tener. No se trata, pues, de impartición de catequesis. Cuando se enseña, por ejemplo, los 10 mandamientos o los siete sacramentos no se hace, a continuación, un control sobre el cumplimiento de los mismos.
4.-Está claro que aquellos conocimientos que se quieren transmitir tienen un valor cultural tan grande (nuestra historia, literatura, arte, costumbre, etc.) que quien desconozca de ellos no puede decir que tiene, siquiera, un saber sobre la realidad en la que vive que está, con mucho, constituida por valores cristianos.
5.-La pretensión según la cual la enseñanza ha de ser neutra no cabe en lo que se refiere a la Religión. Personas creyentes y consecuentes con su fe han de ser los que transmitan los conocimientos a los alumnos. Eso es, precisamente, lo que se pretende con la elección de tal asignatura por parte de quien tiene derecho a hacerlo (los padres)
6.-La Religión, su enseñanza, no es, para nada, anticonstitucional ni va, por tanto, en contra del ordenamiento jurídico. Muy al contrario, la misma Carta Magna de 1978 contempla el respeto a la que lo es Católica así como al derecho de los padres a elegir una educación moral adecuada a sus creencias (Art. 16.3 y 27.3, respectivamente)
Por lo tanto, de “Dudosamente constitucional” nasti de plasti, don Peces, sino más constitucionales que la imposición de Educación para la Ciudadanía.
7.-Resulta extraño que aquellas personas que proclaman a los cuatro vientos lo necesario que resulta educar en valores (por ejemplo, los democráticos) a los escolares se opongan a que la enseñanza en los valores cristianos se haga en el mismo sentido cuando, como hemos dicho arriba, han dado forma lo que hoy es Europa.
Y esto es una prueba más de tener un sentido totalitario de la convivencia como, por ejemplo, demuestra Peces-Barba.
Por todo lo dicho, la beligerancia que se tiene hacia las clases de Religión Católica sólo puede entenderse por mentalidades muy pegadas a una ideología puramente impositiva. Y, por eso mismo, la defensa de tal derecho es obligación grave de los padres, exigencia importante de los alumnos y, sobre todo, manifestación pública de aquellos que de una manera o de otra, tenemos el deber de hacer ver lo que, a veces, se oculta al común de las personas por intereses, siempre, manipuladores de la Verdad.
Otra cosa es ser un Peces-Barba cualquiera o, mejor, alguien que, desde su atalaya laicista pretende imponer sus nigérrimas y, ya muy carcas, ideas.
Y es que dice, el gachó, que “La clase de religión debe desaparecer totalmente de las escuelas”
¡Qué tío más cansino!
Y, para más abundancia, esto:
“Lo que la Iglesia católica merece según Peces-Barba”
El antiguo perseguidor de las víctimas del terrorismo y zascandil de Estado, Gregorio Peces-Barba ha dado muestras de un comportamiento más propio de alguien que entiende la libertad ajena mirando con la parte pequeña del embudo y la suya, con la parte mas ancha. Vamos, más que como padre de la Constitución como padrastro que odia a su impropia descendencia.
Lo dicho es lo siguiente:
“El Estado español le da más libertades a la Iglesia de las que merece”
La verdad… no ha sido la frase demasiado extensa pero encierra tanta falsedad y tanta negligencia intelectual que no puede quedar como si nada.
¿Qué es lo que ha querido decir, en su indigencia moral, Peces-Barba?
Debe querer decir, por ejemplo, que la Iglesia católica no tiene ningún derecho a enseñar su doctrina en los centros de enseñanza de titularidad suya. La Libertad de enseñanza no le parece buena para la Iglesia católica.
Debe querer decir, por ejemplo, que la Iglesia católica no tiene derecho a regentar centros médicos donde se atiende, también, a los desahuciados de la sociedad (pensemos, por ejemplo, en enfermos de SIDA o drogadictos) La libertad de existencia sanitaria no le parece buena para la Iglesia católica.
Debe querer decir, por ejemplo, que la Iglesia católica no tiene derecho a opinar sobre los más candentes temas de la actualidad española (pensemos, por ejemplo, en el aborto) La libertad de expresión no le parece buena para la Iglesia católica.
Debe querer decir, por ejemplo, que la Iglesia católica no debe responder a los ataques que sufre por parte del mismo Estado, éste, que tanto defiende Peces-Barba. La libertad de defensa frente al zaherimiento no le parece admisible para la Iglesia católica.
Debe querer decir, por ejemplo, que la Iglesia católica no tiene que tener ningún acuerdo económico con el Estado como el actual que sólo reconoce, la importancia de la implantación del catolicismo en España.
¿Qué es, entonces, lo que merece según el indigente moral Gregorio Peces-Barba?
La Iglesia católica merece inhibirse de intervenir en la vida pública. Y eso ha de suponer, como poco:
No hacer mención de su doctrina.
No manifestarse libremente.
Callarse.
Quedarse en las sacristías.
Permanecer aislada de la sociedad que, además, constituye.
Ser como quien no ve y como quien no oye.
Ser esclava del poder establecido.
Al fin y al cabo, lo que ha querido decir Peces-Barba es que la Iglesia católica, simplemente, debería quedar al margen de la sociedad que es la situación que ha tener como ideal, para la Esposa de Cristo, quien tiene de la democracia un sentido alicorto y ombliguista que consiste en mirarse a sí mismo sin darse cuenta que hay vida fuera de su augusta persona e ideología.
Además, esto que dijo lo dijo en un curso de libertad de expresión.
Pues será la suya porque a los demás que no son de su cuerda, poca libertad les reserva a no ser que sea la libertad de enmudecer.
Y aún hay más:
“Peces Barba, Gregorio y la objeción de conciencia: según y cómo”
Resulta que hay personas, como por ejemplo Gregorio Peces Barba, que defienden lo que piensan según les conviene y como les viene en gana.
Objetividad y correspondencia: cero; interés egoísta: todo.
Pero siempre, por supuesto, de forma torticera.
El tema de la objeción de conciencia es uno de sus preferidos. Y esto es algo raro, porque conciencia, lo que se dice conciencia, tiene más bien poca, como demuestra lo que dice y hace (ha hecho y hará)
La página web ”Diario de un objetor” ha hecho notar una contradicción de antiguo perseguidor de las víctimas del terrorismo llamado Peces Barba.
La verdad es que es algo sorprendente ver la cara que se puede llegar a tener.
Si ser consecuente con lo que se dice es una cualidad apreciable en una persona, hacer lo contrario debería ser algo muy despreciable en una persona. O, dicho de otra forma, transforma, tal comportamiento, a quien lo lleva a cabo, en alguien a no tener en cuenta.
El caso es el que sigue y define, a la perfección, a tan poco insigne persona.
Resulta que en el tema de la objeción de conciencia a la malhadada, tergiversadora y ruin asignatura Educación para la Ciudadanía Peces Barba es uno de los defensores más interesados que le han salido a la misma.
Entonces, resulta lógico (y, además propio de manipuladores de tomo y lomo) defenderla como si le fuera la vida en ello. Y eso ha hecho siempre el que fuera Presidente del Congreso de los Diputados y, como he dicho arriba, fustigador de las victimas del terrorismo y perseguidor maléfico de sus intereses.
Y así lo ha hecho.
Pero, sin embargo, da la impresión de que no tiene muy claro que la objeción de conciencia suponga oponerse a algo y que, además, tal oposición se produce porque existe determinado aspecto legal que choca contra lo que una persona, en lo profundo de su pensamiento, no acepta y afecta al mismo.
Por eso dice, al respecto de la que lo es contra Educación para la Ciudadanía que “Cuando hay justificación la protesta es buena” pero que, además, “la objeción de conciencia es posible en el caso de la despenalización del aborto”.
Esto lo dijo el 27 de julio de 2007 en S. Lorenzo de El Escorial.
Lo que quería decir (y ya es una contradicción) es que si se puede justificar es buena la objeción pero que, en realidad, sólo está permitido, legalmente hablando, en el caso del aborto.
Pero… bueno, como esto no es suficiente, tenía que darse otro caso en el que se le viera el plumero a Peces Barba.
Ha sido a causa de lo que sucede en Cataluña, donde el gobierno nacional-socialista del Montilla comete tropelía tras tropelía en materia lingüística.
Al pasado 9 de julio, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander, tuvo a bien decir Peces Barba que vería bien hacer uso de la objeción de conciencia para el caso de que los padres no quieran que la educación de sus hijos se “vehicule”, exclusivamente, en catalán.
Sí señor. Para un caso sí y para otro caso (EpC) no.
A eso se le puede llamar “justa correspondencia” entre lo que se piensa y lo que se dice. O sea, al revés.
A eso, también, se le puede llamar, simplemente, tener la cara muy dura, ser un jeta y tener un morro que lo pisa.
Además, para más guasa, el seminario (que, además, dirige) donde fue a propagar su malsana ideología, se llama “Los Derechos Humanos en el siglo XXI”
Pues no hace falta que se venga al siglo presente. Es más que suficiente reconocer que el ser humano tiene conciencia desde que es ser humano y que, entonces, puede defenderla.
En todo, Peces; en todo, Barba.
Y, para terminar, esto otro:
“Criaturas laicistas: Peces Barba, Gregorio, contigo non possumus (tampoco)”
El texto venía contenido en un artículo publicado en el diario “El País” el pasado 15 de agosto, día que, además, era muy adecuado para una publicación laicista.
Para ser justos, tengo que dar las gracias a Religión Digital que recogió el texto al día siguiente, 16. Sin eso, el que esto escribe, no se habría enterado de nada.
Ya, para empezar, publicar un artículo como el que allí se contiene el día de la Asunción de María es, simplemente, un ejemplo de estulticia (en cuanto a supuesto clásico de terquedad y de porfía en el intento de denigrar a la Iglesia católica)
Pero es que el texto se las trae como, conociendo al personaje que lo escribe, era de esperar.
Su título: “Versión laica del ‘non possumus’”
Veamos, por ejemplo, mentiras y simplezas que contiene el mismo en el que, además, ha equivocado el título porque querría decir “Versión laicista” y no laica. Debe haber sido para despistar a quien quiera dejarse engañar, claro.
Pero, bueno, vayamos con lo nuestro.
Mentiras:
1.- “La Iglesia reclama un derecho de veto frente al contrato social, a los acuerdos de las mayorías, y la idea de soberanía popular. Son los signos más evidentes del carácter antimoderno de la Iglesia católica que quisiera para sí lo que está institucionalizado en países como Irán, donde un poder religioso está por encima del poder de un presidente de la República elegido por sufragio”
Cuando Peces Barba escribe de “contrato social” ya está diciendo demasiado de su pensamiento. El “contrato social”, como forma de pensar está, digamos, bastante caduco y trasnochado porque ampara políticas, digamos, iluministas con las que parece estar de acuerdo Peces Barba.
Pero, hablando del tal “Contrato social”, como aquí nos conocemos todos, voy a copiar una parte del libro de tal título del revolucionario francés, Juan Jacobo Rousseau que muestra, a la perfección, lo que ha de creer Peces Barba: “Pero quien intente decir: fuera de la Iglesia no hay salvación, debe ser arrojado del Estado, a no ser que el Estado sea la Iglesia y el príncipe el pontífice. Tal dogma sólo es bueno en un gobierno teocrático: en cualquier otro es pernicioso” (del apartado titulado “De la religión civil” de “El Contrato Social”)
Aunque es de pensar que ni Rousseau entendía lo que eso quiere decir ni Peces Barba quiere prestar atención a lo que significa.
2.- “Desde esas coordenadas intelectuales antimodernas que desconfían del impulso social y político desde la idea un hombre un voto, se puede afirmar la difícil coexistencia y la más difícil lealtad de la Iglesia con la democracia, que no actúa desde la ética de la verdad sino desde la difícil ética que se mueve entre la dialéctica de dudar y decidir”
Mentira que la Iglesia desconfíe del impulso social y político a no ser que se quiera decir que tanto uno como otro dependan del capricho político del gobernante de turno que legisla a su gusto y entendimiento independientemente de las consecuencias que tenga su legislar.
Por tanto, si por impulso social y político se quiere decir la elaboración de normas que van en contra del ser humano y que la Iglesia católica no puede admitir, no es que se trate de un ejemplo de ir contra tales impulsos porque no hay tales impulsos sino meras normativas partidistas y tal cosa no puede considerarse, jamás, positiva. La oposición eclesial es, además, obligatoria.
También es incierto que la Iglesia no actúe desde la ética de la verdad porque la mueve la Verdad misma y tal Verdad, emanada de Dios, ni puede ser falsa ni lo es.
Simplezas:
1.-“No sólo el Vaticano ni el Papa, también la Iglesia institucional española ha repetido en innumerables ocasiones que es depositaria de verdades que están por encima de las coyunturales mayorías y de la soberanía popular”
Es evidente que existe una Ley Natural que es superior, y está por encima de la normativa humana.
Así, los Derechos Fundamentales están estrechamente relacionados con el que lo es Natural.
Sin embargo, no es menos cierto que al Derecho Natural (DN) se le puede achacar el estar atacado de una falta de suficiencia como norma aplicable. O lo que es lo mismo, que el DN no es apto para regular las relaciones sociales, lo que, desde el positivismo, determinaría su innecesariedad.
Cierto es que de la aparente abstracción de los derechos naturales, la falta de sanción adecuada de la ley natural, las exigencias de la seguridad jurídica (que ha de ir más allá de las meras declaraciones filosóficas que se puedan derivar del DN) podría deducirse una falta de adecuación con la realidad. Sin embargo, como ya dijera Sto. Tomás de Aquino “Toda ley tiene razón de ley en tanto en cuanto se deriva de la ley natural. Si en algo se separa de la ley natural no será ley, sino corrupción de ley“.
Por eso, la positivación del DN y su reflejo, a modo de sombra platónica, del que lo es verdaderamente esencial. Sin embargo, de esta necesaria fijación por escrito de los principios del DN en normas aplicables no se ha de derivar, necesariamente, una preterición de lo que significan aquellos ni, tampoco, un elemento sustentador y justificador de la supremacía de lo positivo (por contemplado en leyes escritas) sobre lo que le da origen y que no es otra cosa que la Ley Natural, pues el mismo Sto. Tomás dice que la ley propuesta por los hombres ha de respetar los derechos inalienables de cada persona.
Estoy de acuerdo con Oscar Fdez. Espinosa de los Monteros cuando dice, con relación al sentido de aquella que es “el conjunto de leyes racionales que expresan el orden de las inclinaciones naturales a los fines propios del ser humano, aquel orden que es propio del hombre como persona“. Nada más lógico que estas normas que emanan de la razón humana (entendidas, como ya hiciera Sto. Tomás de Aquino, como participantes de la ley divina en la criatura racional) tengan su imagen en el orden establecido por el hombre en el devenir social.
Esto, que parece estar meridianamente claro, queda muy alejado de ese relativismo imperante en la sociedad actual, lejos del “todo vale” tan defendido por personas como Gregorio Peces Barba (al menos, el relativismo)
2.-“Frente a toda esa cultura institucional católica que niega la modernidad, es necesario ese non possumus, para señalar lo que desde la cultura democrática no se puede aceptar de las posturas de la Iglesia”
Esto es una simpleza porque es de ser muy simples argumentar que se trata de una cultura “institucional católica” la que se “opone” a la democracia. Esto, que en sí mismo, es, además, una gran mentira supone tomar a los españoles por tontos porque se trata, simplemente, de poner en el ojo del huracán a la llamada “jerarquía eclesiástica” (que no es otra que tal “cultura institucional” de la que habla el representante de Educación para la Ciudadanía y antiguo perseguidor, desvergonzado y vergonzante, de las víctimas del terrorismo -¡Vamos, una joya!-)
Pero lo más curioso del asunto que hoy traigo aquí es lo que sigue.
Lo que yo no entiendo es qué manía tienen los laicistas de construir un universo paralelo al religioso. Exactamente igual establecen ceremonias laicas para el bautismo, para la comunión y, ahora, para la fórmula del “non possumus”.
Yo, la verdad, no puedo, por menos, que esbozar una sonrisa de comprensión hacia tal simpleza y, sobre todo, hacia tan inutilidad profunda porque ¿Acaso creen que van a prevalecer a Dios?
Y es que la ignorancia, verdadera, en lo referido a Dios, puede llegar a ser tan atrevida…, y cuando, además, de trata de personas tan “ilustradas” en la ciencia del hombre… (¡Ja!)
Pero lo que en verdad (y esto debe de saberlo don Gregorio) es cierto es que la frase que refleja el tal “non possumus” viene expresada en el episodio que sufrieron los cristianos de Abitinia(en el año 304) cuando dijeron, al ser sorprendidos celebrando una Eucaristía (penada con la muerte tal práctica) aquella famosa frase: “Sine dominico non possumus” o, lo que es lo mismo, sin el Día de Señor no podemos vivir.
Pero esto, para alguien que tanto tergiversa la realidad, como es el poco ínclito Peces Barba, le debe quedar muy lejos, a tanta distancia como nos separa de aquel año 304 después de Cristo.
Y es que, además, y para su desgracia, Jesucristo sigue presente en el mundo y no pueden con él ni los Peces ni los Barbas que en el mundo (ahora en España) son. Ni por esas, laicistas patrios.
Porque ya he dicho que contra el enemigo de la fe sólo cabe la implacabilidad porque con implacabilidad persigue a la Iglesia católica.
Pues eso, que ya va servido el laicista amigo del mal porque con él tampoco possumus, tampoco.
Y yo, con franqueza, no tengo nada más que decir.
Eleuterio Fernández Guzmán
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11 comentarios
Luc 9,60
Y conste que no comparo a Peces Barba con la bestia alemana.
La muerte no convierte a nadie en buena persona. Otra cosa es que el mismo día de la muerte de alguien, se tire uno a degüello.
Es muy digno hablar de las personas cuando se habla en verdad y sin odio.
Destaco de él su fanatismo anticatólico ya expuesto, pero también el anticatalán mal camuflado (para él España es el antiguo Reino de Castilla, que es "más extenso"): "Siempre me pregunto medio en broma qué hubiera pasado si nos hubiéramos quedado con los portugueses y hubiésemos dejado a los catalanes. Quizá nos hubiera ido mejor", "Cuando el Conde-Duque de Olivares se encontró al mismo tiempo con el alzamiento de los catalanes -que, por cierto, celebran las derrotas como sus fiestas llamadas nacionales- y los portugueses, se tomó una decisión: dejar a los portugueses y quedarnos con los catalanes", "No soy pesimista, estaremos en mejores condiciones que en otras épocas. No se cuántas veces hubo que bombardear Barcelona.(...) Creo que esta vez se resolverá sin necesidad de bombardear Barcelona").
De cualquier forma, es evidente que este artículo habla mal de quien lo escribe, mas de sobre quien se escribe.
Peces Barba, implacable enemigo de la Iglesia y padre de los jovenes indignados de Podemos, creador de la crispacion en las calles durante el su reinado universitario y el de Zapatero... perdon, por muy muerto y muy Psoe que haya sido, lo detesto y no lo olvido facilmente, porque España seguiria mas feliz sin la crispacion que su intolerancia absolutista se empecino en imponer por decreto, o algo parecido.
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