Serie Pensamientos de vida sobrenatural - 9.- Plan de santidad
Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.
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Presentación de la serie
Tomás de Kempis, dice refiriéndose a Jesús que “’El que me sigue no va a oscuras’, dice el Señor. Estas palabras son de Cristo y con ellas nos enseña a imitar su vida y sus virtudes si queremos gozar de la luz verdadera, y librarnos de la ceguera del alma”.
No puede ser mejor explicado, en esencia, el comportamiento que debe expresar, con su vida, un discípulo del Hijo de Dios y resulta difícil, por eso mismo, decir más cosas con menos palabras.
Tal forma de demostrar que la Fe puede ser difundida, evangelizando con ella, es la que también siguió S. Josemaría en libros suyos como Camino, Forja o Surco que representan, para un creyente en el Dios Único y Omnipotente, una forma de demostrar que se cree porque se sabe lo que se cree.
El aforismo, por eso, es una fórmula comprimida de definir pensamientos, en este caso religiosos, que cada cual llevamos dentro y que, saliendo al exterior desde el corazón, puede servir para encauzar más de una situación que damos por perdida por las asechanzas del mundo o, simplemente, por nuestra mala cabeza mundana.
Por eso mismo, cuando manifestamos por escrito lo que tenemos como cierto para nuestro interior y, así, para nuestro corazón, no hacemos más que tratar de hacer ver que si del mismo habla la boca es de desear que hable bien del lugar donde, por tradición, se ha considerado que actúa el Espíritu de Dios y donde está su Templo.
Lo que podemos decir en pocas palabras a lo mejor es preferible que no se diga de forma extensa. Se entiende mejor lo que se pretende transmitir si no hay exceso de sílabas que, en muchas ocasiones, deforman una verdad espiritual y, en cierta manera, pervierten en esencial sentido que le queríamos dar.
Es, por otra parte, lo que de nuestra vida sobrenatural, llevaba y traída por el deambular de la existencia y conciencia que nos conducen hacia el definitivo reino de Dios, extraemos lo que nos ofrece unas frases que pretenden hacer real la voluntad de quien siente que su fidelidad a Dios puede ser imitada, puesta en práctica particular, como máxima expresión de una comunión vital y de fe.
Así, los “Pensamientos de vida sobrenatural” son una aproximación a la vivencia de la fe y un intento de plasmar, por la vía del mensaje escueto, lo que un alma puede sentir y expresar para obviar la tribulación por la que esté pasando o, a lo mejor, creyendo que pasa.
Cada cual, por supuesto, puede hacer con ellos lo que tenga por conveniente y, si eso surge, añadir los que crea oportunos porque, es bien cierto, que si Dios lo es personal para cada uno de nosotros, no está mal, de vez en cuando, compartir lo que su Espíritu nos ha sugerido. De todas formas, bien sabemos que no podemos ocultar la luz, aunque sea escasa, bajo el celemín.
9 .- Plan de santidad
Es bien cierto que el cristiano tiene que ser santo. También es más que cierto que la santidad está al alcance de quiere hacer el esfuerzo espiritual como para alcanzar. Ser santo debería ser, de todas formas, el camino a seguir para todo discípulo de Cristo y, sin embargo, es tan costoso humanamente…
No podemos olvidar, de todas formas, que ser santo es, sobre todo, obligación grave de todo hijo de Dios.
Y lo que a continuación traigo es lo que, para este católico, supone saber que debe ser santo.
1 Serás santo si quieres serlo. Sólo así se pone la primera piedra de tan esforzado camino…
2 ¿Yo, santo?, te puedes preguntar. Y esto lo haces porque te imaginas que los santos son personas que acometieron grandes hazañas. Y es cierto, porque, primero, no sucumbieron al mundo y, después, pusieron todas sus humanas fuerzas en ser divinos. Y eso no es, precisamente, poco.
3 Desde lo poco también se es santo. Lo que importa es que ese poco no sea mundano sino que tenga una visión de eternidad.
4 Pídele a Dios santidad. No creas que vas a poder con tus solas fuerzas.
5 Recuerda que Jesucristo pidió y oró mucho al Padre. Para ser santo no puedes romper ese hilo que te une a Dios.
6 Empieza, hoy mismo, a querer ser santo. Siempre hay un primer momento para todo.
7 La mejor manera de ser santo es, simplemente, serlo.
8 No dudes que la santidad es posible. Tal duda es mal síntoma para alcanzarla.
9 Que no puedan decir de ti que, con tu comportamiento, eres como uno de aquellos falsos profetas de los que Jesús dijo aquello de la piel de cordero.
10 El Fiat que, al estilo de María, puedes ofrecer a Dios sólo es el principio de tu santidad. No olvides que la madre de Cristo siguió siendo santa.
11 ¿Puede haber algo mejor que ser hijo de Dios y empezar a reconocerlo llevando una vida santa?
12 Santos ha habido muchos a lo largo de los siglos. Pero tú has de ser, al menos, como ellos quisieron serlo una vez.
13 La luz de Dios nos muestra el camino para llegar al definitivo reino de Dios. Es ella una buena ocasión para ser santos; al menos, para intentarlo.
14 La esperanza de ser santos no la podemos perder nunca. Tienes que saber que es, sobre todo, cosa tuya y no de nadie más. Ser santo es serlo desde uno mismo.
15 La virtud de la santidad, en muchas ocasiones, es rehuída porque, bien mirada, es una cruz más que añadir a la nuestra.
16 ”Santo” Repite tal palabra, en tu corazón, muchas veces. Verás que son dulces sus sílabas porque están en relación directa con Dios.
17 Al menos promete que, en cuanto puedas, harás propósito de enmendar lo que sabes que no haces bien. Ser santo también supone, sobre todo, eliminar las hojas muertas y secas de tu corazón.
18 No estaría mal que escribieras en un papel: “quiero ser santo, quiero ser santo, quiero ser santo”. Así, hasta que te convenzas que es, con seguridad, lo más importante que te puede pasar y que puedes hacer.
19 Si pisas, metafóricamente hablando, algún charco de mal en tu vida… ojalá que tengas una buena coraza de santidad de tal manera tupida de oración y entrega que te haga decir: ¡Bah, a un santo eso no le importa! y que, de verdad, lo sientas.
20 Los primeros cristianos se llamaban, entre sí “santos”. Que se diga, de nosotros, que también lo somos.
Hagamos, pues, lo posible para que se pueda decir de nosotros que, al menos, aspiramos a la santidad.
Ruego, también, a quien quiera hacer su aportación a estos veinte puntos, que así lo haga. Seguramente podremos aprender mucho unos de otros.
Eleuterio Fernández Guzmán
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3 comentarios
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva,
acaba ya , si quieres,
rompe la tela de este dulce encuentro.
¡Oh cauterio suave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda1 ¡Oh toque delicado,
que vida eterna sabe,
y toda deuda paga !
Matando, muerte en vida la has trocado.
¡Oh lámparas de fuego.
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,
que estaba oscuro y ciego.
con extraños primores,
calor y luz dan junto a su querido!
¡Cuan manso y amoroso
recuerdas en mi seno,
donde secretamente sólo moras!
Y en tu aspirar sabroso.
de bien gloia lleno.
¡Cuán delicadamente me enamoras!
SAN JUAN DE LA CRUZ
De esa manera, todas las realidades de la tierra, a través de los hombres Buenos, se van acercando a CRISTO.
Ése es el modo principal como DIOS obra en este mundo
Los ojos espirituales estan detras de nuestros ojos carnales.
Adan y Eva perdieron esta capacidad, en aquel momento que desobedecieron la orden de Dios; de no comer del fruto del arbol de la ciencia del bien y el mal.
Satanas por supuesto sabia bien de esto, y engaño a eva para que comiera del arbol diciendole:
No es cierto que moriran , Dios no quiere que se les abran los ojos , porque ustedes Seran como Dioses.
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