Eppur si muove - ¿Qué ha pasado con la forma de vestir del sacerdote y del religioso?
Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.
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“El hábito no hace al monje”.
Este refrán o dicho popular nos viene a decir que, en realidad, no importa que una persona, que tenga que llevar determinada vestimenta por la profesión o el trabajo que desempeña, lleve tal vestimenta. Puede querer decir también que lo que importa es que trabaje bien y punto.
Sin embargo, no podemos negar que, en determinadas funciones sociales importa mucho que se haga como se tiene que hacer porque es conveniente y, en muchos casos, imprescindible, identificar a determinada persona según lo que es y hace en la vida.
Por ejemplo, si voy por la calle y, de repente, creo que estoy en peligro de muerte y veo a un sacerdote que lleva el hábito que le corresponde llevar, a lo mejor muero en gracia de Dios y no me veo abocado, podría ser, al mismo infierno. Y esto será así si haciéndole ver que lo necesito, el hombre con toda seguridad se ofrece a hacer lo que, en estos casos, corresponda hacer.
Y esto, que podría parecer un ejemplo algo traído por los pelos no viene nada mal para introducir lo que, por desgracia, para hoy día porque, al menos en España (no sé yo si en América o en otras partes del mundo) el traje eclesiástico o el hábito religioso brilla… pero por su ausencia.
Puede dar la impresión, seguramente comprobada, que sólo los sacerdotes especialmente concienciados de lo que son para la sociedad en la que viven y, en especial, para los creyentes de su fe y aquellos que pertenecen a determinados movimientos eclesiales llevan hábito sacerdotal (digamos la sotana o el clerman) porque, al parecer, al resto le parece de poca importancia.
Pues para esto me pido el comodín del P. Iraburu que viene, como siempre, la mar de bien. Dice, por ejemplo, en su “Hábito y clerman” (Editado por Gratis Date) esto:
Pues bien, la Iglesia, al establecer sus normas sobre el vestir de religiosos y sacerdotes, considerándolos como personas especialmente consagradas a Dios, se fundamenta muy principalmente –casi exclusivamente– en la gran conveniencia de significar sensiblemente su condición sagrada invisible. Por esa razón teológica, verdadera, profunda, importante, la Iglesia, fiel a la tradición de ya muchos siglos, quiere y manda con autoridad apostólica que por la misma vestimenta «se vea», se haga visible de modo patente, la condición especialmente sagrada de sacerdotes y de religiosos. La Iglesia quiere que el signo sagrado en sacerdotes y religiosos signifique visiblemente y cause lo que significa. Y esto lo quiere y ordena con tanto mayor empeño cuanto que advierte con todo realismo que estamos «en una sociedad secularizada, donde tienden a desaparecer los signos externos de la realidades sagradas y sobrenaturales» (Direct. 66). Comprobemos esta voluntad de la Iglesia en los dos documentos ya aludidos.
El que esto escribe ha tenido, precisamente teniendo como causa el libro citado del P. Iraburu, el gozo de escribir sobre el tema. En su día dije que “tras la celebración del Concilio Vaticano II se ha venido produciendo, en amplios grupos pertenecientes a la Iglesia católica, un alejamiento del lenguaje sagrado y, así, de lo que significaba el mismo y de todo a lo que se refería” porque, en realidad, se ha producido no poco desnortamiento por haber entendido de manera, digamos que, regular, lo que el Concilio citado quiso decir, supuso y dijo.
Por cierto, algo después de lo escrito por el P. Iraburu escribe (mismo libro y misma editorial católica) lo que, en realidad, aquí debe pasar. Es esto:
Por el contrario, aborrecen lógicamente la identificación visible de sacerdotes y religiosos todos aquellos que rechazan la enseñanza de la Iglesia Católica sobre la teología y la disciplina de lo sagrado; quienes estiman que el sagrado cristiano no debe tener –debe no tener– visibilidad sensible; quienes no aceptan que entre el «sacerdocio ministerial» y el «sacerdocio común de los fieles» haya una diferencia esencial, y no solo de grado (Lumen gentium 10); quienes niegan que, sobre la consagración bautismal de todo cristiano, haya en sacerdotes y religiosos una nueva consagración. Todos ellos –que normalmente son los mismos– aborrecen visceralmente el hábito o el clerman. Se oponen a ello por principio, por principio doctrinal, teológico; falso, por supuesto. Incluso no raras veces marginan y descalifican a quienes se atienen en el vestir a las normas de la Iglesia, y aún llegan en ocasiones a palabras y actitudes agresivas. Ellos, en cambio –merece la pena señalarlo–, no suelen recibir ataque alguno, ni dentro ni fuera de la Iglesia, a causa de la secularización completa o casi total de su apariencia.
Por esto pregunto si es que existen razones para que tantas personas que deberían llevar traje eclesiástico no lo lleven o, como mucho, lo lleven en determinados momentos que pudieran parecer más importantes como si no lo fuera el devenir de cada día. Si, además, nos dejan sin saber en quién, en determinado momentos, podríamos apoyarnos, es algo más que serio y que, como católicos, no deberíamos olvidar.
“El hábito no hace al monje”. Eso es cierto porque, en determinados casos llevarlo no supone hacer bien su labor o del todo bien. Sin embargo, me pregunto qué se puede hacer sin mostrar lo que se es.
Eleuterio Fernández Guzmán
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10 comentarios
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EFG
Pues a mí no me parece poco irrelevante porque es un aspecto muy importante del ser sacerdote y del ser religioso.
Por lo que, entre habito y monje, si que existe una relación.
Se pretendió en épocas pretéritas, que eliminando los signos visibles, la sal se disolvería mejor en la masa, salandola de modo más efectivo que hasta la época.
El tiempo es un juez inmisericorde, y actualmente, el indice de salobridad de la masa es más bien escaso.
Correlación no implica necesariamente causalidad. Pero sí implica, necesariamente, correlación. Apliquemonos el cuento.
Luego, sería importante, que "Maga" profundizara mejor los documentos del Concilio Vaticano II. No todos los consagrados están animados a la Santa Obediencia, lo cual sería muy útil, pues con la obediencia a la Iglesia Católica y al Papa, la situación iría mucho mejor.
Ya hace algún tiempo que escribí, y sobre todo, vemos en defensa de los derechos de Cristo, los trabajos del P. José María Iraburu, y lo que habla pedía el Beato Juan Pablo II, etc, sobre la importancia de los signos externos. Se puede buscar en mi blog: Salvación en la Iglesia Católica, y en el índice tematico están esos temas.
Vicente pregunta, sobre donde se confecionan las sotanas, ¡cuidado! solo los sacerdotes pueden llevarlos. Pero puede preguntarse donde haya monasterios y conventos, y también podría informarse en algunas librerías católicas, aunque no todas lo saben.
Y, efectivamente, en la cita que Eleuterio Fernández Guzman, comparte del P. Iraburu, es esa la realidad.
Los que no le agradan ver ni el hábito religioso ni la sotana por las calles, no quieren tener el recuerdo de Dios, porque esos signos externos, es otra forma de evangelizar a gran distancia. Pues viendo al sacerdote que camina, pero no le escuchamos, su sotana o clerman, o hábito religioso en religiosos o religiosas, suele llevar nuestros pensamientos al Señor.
Pero esta obsesión tan mundana, que "el hábito no hace al monje", ya sola su visión, la conciencia se hace sentir, por los pecados o vicios, y siempre busca esa opción, diría, como el querer hacer "un lavado de cerebro", y como suele decirse, que la mentira repetida por parte de algunos, se hace como una verdad, y caen los que no se fortalecen en el Señor. Pero que esa mentira tiene su límite, por ejemplo, otro caso distinto, ¿recuerdan ante de las elecciones?.
Siendo así, que si para algunos "el hábito no hace al monje" ¿Esperan ver a un monje con traje de frac, o corbata y sombrero de copa?
Otra de las burlas que el demonio ha conseguido para aumentar el desprecio del hábito religioso, es que alguna empresa no católica, tenga a sus agentes cobradores, con hábito religioso, para ir detrás de la gente, y éstas sientan luego aversión por los verdaderos monjes.
"Otro punto que sería objeto de polémica es la utilización como disfraz de hábitos religiosos, lo que podría constituir un posible escarnio a la religión católica y una ofensa a los católicos; pero esto es harina de otro costal." Fuente: http://www.gestoresderiesgo.com/cobros-y-recobros/%C2%BFson-legitimos-los-cobradores-disfrazados
He aquí imágenes que deberían estar prohibida por escarnio a los signos de fe católica:
http://www.elmonasteriodelcobro.com/
De hecho, estos claramente son enemigos del Evangelio de Cristo, irreverentes y mal intencionados.
2 Corintios 11, 13-15: «Porque esos tales son unos falsos apóstoles, unos trabajadores engañosos, que se disfrazan de apóstoles de Cristo. Y nada tiene de extraño: que el mismo Satanás se disfraza de ángel de luz. Por tanto, no es mucho que sus ministros se disfracen también de ministros de justicia. Pero su fin será conforme a sus obras. »
Estoy pensando seriamente que los laicos deberiamos tener alguna especie de hábito o "laiciman" que nos "diferencie" de los sacerdotes y/o religiosos. No quiero que me identifiquen con uno de ellos si no lo soy.... Asi que si insisten en vestir como nosotros, pues de alguna manera debemos ponerlos "en evidencia". De otra manera, no servirán para poco o nada los policias, los bomberos o los medicos que anden por la vida escondidos entre los "laicos"... ni hablar si los que se esconden son sacerdotes. Y no me vengan conque de esa manera se "identifican" con el pueblo. No necesitamos que se "identifiquen" de esa manera sino con lo propio suyo. El policia de policia y el cura de cura. Lo demas, las medias tientas, ya sabemos de donde provienen y donde terminan...
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EFG
Me parece bien la idea que usted plantea. Lo que pasa es que, a lo mejor, pasa igual que sucede con el tema aquí tratado y son pocos los laicos que quieren identificarse como tales. Lo digo por lo del comportamiento políticamente correcto y el respeto humano.
"Pues a mí no me parece poco irrelevante"
No entiendo que quisiste decir aquí?
Creo que en realidad eso no es un aspecto importante de los sacerdotes y religiosos, sino algo secundario, lo importante es que los sacerdotes y religiosos, y en general todos los Cristianos, actuemos segun el modelo de Cristo. Eso es lo importante.
Tan es así que como sabrá la mayoría de las congregaciones religiosas no tienen "hábito", por ejemplo.
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