Reig-Sistach: falsas polémicas entre obispos

Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.

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Es de esperar que, por parte de los disidentes eclesiásticos y demás aplaudidores de la disidencia, cuando alguien de la jerarquía católica dice lo que no es de su especial gusto rancio y malintencionado se le pongan los puntos sobres las sílabas que correspondan. Eso no ha de extrañar porque el Mal trabaja así y gusta de sembrar cizaña en espera de que, cuando corresponda y si cuela, no sea segada junto al buen trigo, separada del mismo y, acto seguido, quemada.

Digo que esto no debería extrañar a nadie a no ser que viviera en el mejor de los mundos ciegos y sordos y no se diera cuenta de lo que pasa. Sin embargo, sí debería extrañar, y mucho, que salgan pastores a defender, de la forma que sea, a los lobos.

El tema es fácil de entender. El obispo de Alcalá de Henares, Monseñor Juan Antonio Reig Pla dijo, en un momento determinado de la homilía de Viernes Santo, algo que ha molestado mucho a determinado tipo de personas muy tiquismiquis con ciertas cosas. Al parecer el obispo no ve bien la homosexualidad porque, ciertamente, no está bien vista en las Sagradas Escrituras y eso ha de tenerlo en cuenta quien ha de tenerlo en cuenta y no los partidarios de tales comportamientos antinaturales y claramente contrarios al ser humano.

Decir eso no es políticamente correcto, no gusta a quien se dice partidario de todo tipo de aberraciones humanas y es, además, contrario al desarrollo de la especie humana. Incluso pretenden censurar las palabras de don Juan Antonio en la web de Televisión Española donde deben estar las imágenes correspondientes a tal homilía y, claro, lo que dijo el obispo de Alcalá de Henares que, por cierto, no es nada raro ni ajeno a la doctrina católica.

Pues bien, como ya se sabe a esta altura de la película, tuvo que salir uno de los de siempre a desentonar. El cardenal-arzobispo de Barcelona, Lluis Martínez-Sistach. tuvo que decir, como se dice en catalán, la suya. Y, como era de esperar, no iba el buen hombre a decir lo mismo que don Juan Antonio, a la sazón obispo asaeteado por los partidarios de la homosexualidad no justamente entendida.

En realidad, lo que pasa es que quien ha criticado al obispo de Alcalá de Henares no ha, seguramente escuchado siquiera la homilía famosa. En un momento de la misma dijo lo siguiente:

“Quisiera decir una palabra a aquellas personas llevados por tantas ideologías que acaban por no orientar bien lo que es la sexualidad humana. Piensan ya desde niños que tienen atracción hacia las personas de su mismo sexo y, a veces, para comprobarlo se corrompen y se prostituyen o van a clubs de hombres nocturnos. Os aseguro que encuentran el infierno".

¿Es eso algo que esté fuera de la más pura lógica católica? Encuentra en infierno quien lleva a cabo determinados comportamientos. ¿Podemos, además, no estar de acuerdo con lo dicho?

No, no podemos.

Pero es que, además, parece que poco les importa esto otro denunciado por el obispo de Alcalá de Henares:

La explotación laboral y también las injusticias de los trabajadores a su empresa.
El acoso sexual a la mujer en el trabajo.
El botellón y la drogadicción de los jóvenes.
La doble vida de algunos miembros del clero.
El aborto, incluido el drama nunca difundido del postaborto.
El adulterio.
Los robos, incluidos los que se producen en los grandes almacenes.
La corrupción de menores a los que se les inculca la duda sobre su sexo.
La prostitución.

Pues nada, a alguno lo más importante que ha dicho don Juan Antonio es que la homosexualidad, entendida de determinada manera, no es ni buena ni recomendable.

En realidad, todo esto no es supone más que establecer una falsa polémica entre obispos. Aquí, el malo, al parecer, el de Alcalá de Henares; aquí el bueno, al parecer, el de Barcelona.

Eso conviene al Mal porque procura dividir al fiel y llevarlo por caminos de extravío o, simplemente, a separarse un poco más de la Iglesia católica al ver lo que pasa en las altas esferas de la misma pero, en todo caso, lo que tenemos que tener claro los católicos es que quien dice la verdad de las cosas, en este caso Monseñor Juan Antonio Reig Pla, ha de tener el mayor de nuestros apoyos porque no es posible que al pastor bueno se lo coman los lobos y las ovejas se queden mirando el banquete que tanto necio se está dando.

Por cierto, ¿Saben algo gracioso?

Resulta que dicen los comunistas de Izquierda Unida de Alcalá de Henarés que van a pedir, ¡ellos!, en el próximo pleno del Ayuntamiento de tal ciudad, la destitución del obispo y que, además, “amenazan” con no coincidir en don Juan Antonio en ningún acto público.

¿Pero es que al obispo de Alcalá de Henarés se le puede ver en tan malas compañías?

¡Vaya fauna!

Eleuterio Fernández Guzmán

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