En los altares - Santa Rita

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Santa Rita

Margarita, tal era su entero nombre, nace en el pueblo italiano de Roccaporena allá por el año 1383. Ya desde pequeña apuntaba hacia la vida religiosa pues así se lo hizo saber a sus padres (Antonio Mancini y Amata Ferri). Sin embargo no permitieron que siguiera una vida tan piadosa y, muy al contrario de lo que era voluntad de Rita la casaron con un hombre, de nombre Paolo Ferdinando que era, además, violento.

Rita permaneció en tal estado matrimonial durante 18 años y fruto de aquella unión nacieron dos hijos que tuvieron, como ahora diremos, un final inesperado.

Sucedió de la siguiente forma:

El marido de Rita fue asesinado y los hijos, llevados por el odio tramaron venganza contra aquella muerte que consideraban injusta. Sin embargo la madre, Margarita, pide a Dios que, viendo venir una muerte violenta de sus hijos, preferiría que se los llevase a su Casa antes que verlos muertos de una terrible forma. Y Dios, al parecer, escuchó el ruego de Rita porque enfermaron y murieron no haciéndolo como, con toda probabilidad, habrían muerto de haber tratado de perpetrar su plan de venganza por la muerte de su padre.

Quería, entonces, Rita, seguir la vida religiosa que había querido empezar cuando era aún una niña. Antes que eso, y tras la trágica muerte de marido e hijos se entregó a la oración, a la penitencia y a procurar obras de caridad en defensa de los más desfavorecidos. Y, entonces, quiso entrar en el Convento Agustiniano de Casia donde, sin embargo, no fue aceptada.

No iba Rita a quedarse en aquel estado espiritual y decidió orar a San Juan Bautista, San Agustín y San Nicolás de Tolentino, santos por los que sentía una gran devoción, para que, milagrosamente, le permitieran entrar donde le habían cerrado la puerta antes de abrírsela. Y con aquellas ayudas del cielo, en 1413 entró, al fin, en aquel convento de Casia.

Es de pensar y creer que la vida que llevó Rita en aquel convento donde durante tanto tiempo había querido estar sería muy de su gusto porque disfruta de algo quien durante tiempo ha querido alcanzarlo y lo tiene como prenda preciosa que no quiere perder. Y así fue porque su vida de religiosa se caracterizó por manifestar una gran caridad e infringirse unas muy severas penitencias.

En materia de oración destacó nuestra santa en haber obtenido, a través o por medio de ellas, la curación de muchas personas que necesitaban de la misma. También liberó del demonio a personas y obtuvo muchos favores del Creador poniendo, de su parte, el dolor que compartiera el de Cristo en su Cruz y con su Corona de Espinas. Y esto tuvo, también, un regalo espiritual.

Fue en la Cuaresma de 1443 cuando un predicador de nombre Santiago de Monte Brandone predicó, en Casia, acerca de la Pasión de Nuestro Señor. Tal fue la impresión que causó aquella predicación en el alma de Rita que cuando volvió a su monasterio después de haberla escuchado pidió con gran fervor a Jesucristo participar en sus sufrimientos. Entonces, el Dulce Cristo hizo por ella lo que ella quería que hiciera: recibió los estigmas y una herida de una espina en su frente que, como es de imaginar, era dolorosa pero que la consideraba, como así era, una gran gracia de parte de Dios hacia su humilde persona. Por eso oraba diciendo “Oh amado Jesús, aumenta mi paciencia en la medida que aumentan mis sufrimientos“.

Aquella herida duró en su frente durante el resto de su vida en la tierra donde falleció en 1457, a los 76 años de edad, un 22 de mayo.

Podemos dirigirnos a Santa Rita con la oración par los casos desesperados:

Oh poderosa Santa Rita, llamada Abogada de los casos desesperados, socorredora en la última esperanza, refugio y salvación en el dolor, que conduce al abismo del delito y de la desesperación: con toda la confianza en tu celestial poder, recurro a ti en el caso difícil e imprevisto que oprime dolorosamente mi corazón.
Dime, oh Santa Rita, ¿no me vas a ayudar tu?, ¿no me vas a consolar? ¿Vas a alejar tu mirada y tu piedad de mi corazón, tan sumamente atribulado? ¡Tú también sabes lo que es el martirio del corazón, tan sumamente atribulado! Por las atroces penas, por las amargas lágrimas que santamente derramaste, ven en mi ayuda. Habla, ruega, intercede por mí, que no me atrevo a hacerlo, al Corazón de Dios, Padre de misericordia y fuente de toda consolación, y consígueme la gracia que deseo (indíquese aquí la gracia deseada). Presentada es seguro que me escuchará: y yo me valdré de este favor para mejorar mi vida y mis costumbres, para cantar en la tierra y en el cielo las misericordias divinas.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Santa Rita, ruega por nosotros.

Eleuterio Fernández Guzmán

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3 comentarios

  
Renée
Leyendo una biografía documentada de Santa Rita, me doy con la sorpresa de que esta Santa no tuvo el carácter sumiso que muchos le atribuyen, antes bien tuvo los pantalones para poner paz entre "los Corleone y los Tattaglia" de la época. La película que sobre ella hicieron Matilde y Luca Bernabei enfocan esta faceta desconocida de Rita y le atribuyen una causa que me parece más cercana a la realidad: EL AMOR APASIONADO HACIA SU ESPOSO, AMOR SUSTENTADO EN SU FE EN CRISTO. Francamente esta versión de su historia se me hace más creible por lo que ella hizo después de quedar viuda y sola.

Dejo aquí el link de la película. La verdad es una obra de arte en todo sentido.

http://es.gloria.tv/?media=131659

En su idioma original tiene mucha más fuerza.

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EFG


Muchas gracias por la dirección para ver la película. Que tenga un buen año.

Rita da Cascia, ora pro nobis.
31/12/11 2:52 AM
  
Joaquin Simo Caballer
Santa Rita es mi protectora. Desde que tenía meses cuando me encomendaron mi família a ella hasta el día de hoy que tengo 46 años. Doy fe y testimonio de decenas de gracias que me ha obtenido de forma instantánea o y otros consuelos de la forma más insospechada pero con su indudable sello.
Santa Rita, incorrrupta, tan pequeña de estatura, con ese rosario ceñido a la cintura y esa cruz entre las manos. Ahí reside su fortaleza, en la Fe que Dios le dio por ser ella tan humilde y decidida. Y la Fe en Dios es fuente de Su poder, ese que obra milagros. Que por la fe en el maestro y la decisión, la hemorroísa obtuvo su curación. Ni Fe sin obras, ni obras sin Fe, que eso no agrada al Señor.
Que en este Año de la Fe 2012 podamos a ejemplo de Santa Rita, saber aceptar esas cruces que nos esperan y ofrecérselas a Dios con amor, para nuestro bien o en beneficio de otros.
Hágase!
Gracias Eleuterio por traernos hoy a esta Santa tan poderosa, tanto ... Si tuviéramos tan sólo una décima parte de su Fe, nuestras obras de caridad sería casi casi divinas. Pero si no tenemos Fe, corremos el riesgo de dejar de amar a ejemplo de Aquel que Es Amor, pues el que no recoje con Cristo, desparrama -y cuán cierto es, tanto despilfarro pseudofilantrópico, que es hambre para mañana ... así estamos-.
Feliz y Venturoso año 2012 Eleuterio!! Gracias -tres veces- por su providencial artículo y la oración a Santa Rita! Es justo lo que necesitaba.
31/12/11 12:20 PM
  
GEORGE DAWAHER BAKHOS
Ella no pidió la muerte de sus hijos para "evitar una muerte violenta", eso es ridículizar a la Santa. Ella pidió que Dios se los llevase antes de que cometieran el pecado mortal del asesinato. En esa época más gente tenía Fe y creían lo que dice Jesús en el Evangelio, de preferir la muerte corporal antes que la espiritual. La madre de San Luis le decía lo mismo a su hijo sobre el pecad mortal: «Preferiría verte caer muerto a mis pies antes de verte cometer un sólo pecado mortal»
01/02/19 2:31 AM

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