Musulmanes en Europa: pedir lo que no se da
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Un lector amable y un amable lector me envió una noticia que, no por poco sorprendente según están las cosas deja de preocupar.
Creo recordar que en Suiza se aprobó una norma dirigida a que no se construyeran más minaretes en aquella nación europea. Eso, como es lógico, produjo más de una ampolla en corazón de las personas que creen que se puede cambiar el devenir religioso de la vieja Europa a base de proselitismo musulmán.
Pero lo de ahora responde a un intento de tergiversar las cosas y de ponerlas bocabajo para ver si la cosa revienta por donde conviene a ciertos radicales y muchos progres aprueban y aprovechan para pescar en río revuelto.
La noticia dice que “Musulmanes piden que Suiza quite la cruz y use una bandera invasora” porque, según informaba Libertad Digital (noticia que recogía el blog de “Contando estrelas”), se había presentado, digamos, una extraña solicitud por un grupo de creyentes de la fe musulmana y es, exactamente, la que dice el titular de la noticia.
Dice “Elentir” en el blog citado que se quiere imponer una bandera que, en realidad, no es la propia de Suiza. Pero, en realidad, esto, aunque está muy bien saber el origen de una y otra bandera, importa poco porque hay algo que es mucho peor y que es el trasfondo de todo este intento.
Lo que se quiere imponer es, además, algo que en sus naciones de origen (musulmanas) no se practica porque es bien conocido que el régimen de libertades que existe en naciones en las que predomina el Islam es francamente mejorable y, sobre todo, en materia religiosa (que es, aquí, el caso, por lo de la cruz) brilla por su ausencia no el consentimiento de la práctica sino el mínimo respeto.
Y dicen, para que cause más pavor por el desahogo que tiene plantearlo por quien lo plantea, que resulta que el hecho de que aparezca una cruz en la bandera suiza es signo de que no se respeta el multiculturalismo y que, además, tal símbolo unifica política y religión.
¡Acabáramos! Ahora resulta que lo que se predica desde la religión musulmana (la no separación de religión y Estado) y la falta de respeto a otras culturas religiosas (propio de las naciones, precisamente, musulmanas) quieren que se lleve a cabo en Suiza y, seguro por extensión en el resto de Europa.
Es bien cierto que, por ejemplo, en España se han dado casos de quitar, de las imágenes en las que aparecían moros sometidos a cristianos, las de los citados musulmanes porque, al parecer, insultaban o menospreciaban a los miembros de tal religión. Y algo así se pretende ahora en la nación en la que, he recordado arriba, ya se ha tratado de poner coto a la expansión musulmana. Por eso, nada de esto extraña pero sí debería preocupar y traer a nuestra memoria la expresión de la (ya fallecida) escritora italiana Oriana Fallaci acerca de lo que denominaba “Eurabia” y que no era nada halagüeño para nadie que tenga dos dedos de frente y quiera seguir manteniendo la cabeza sobre los hombros.
Y es que no hay que ser profeta ni hijo de profeta para descubrir, en determinadas iniciativas, una variante poco sutil de la imposición musulmana asentada, a lo mejor esto es más que probable, en comportamientos políticamente correctos de muchos políticos europeos y de la voluntad de causar malestar a la religión de la cruz que tanto bien ha hecho por Europa y, entre otras cosas, librar de la bota musulmana al acecho, desde fue posible, de rendirnos al alfanje y someternos bajo los pies de sus babuchas.
Pero lo que no hay que ser es, sobre todo, iluso y, menos aún, creer que todos vamos a hacer seguidismo de determinadas actuaciones claramente contrarias a la tradición europea que nada tienen que ver con la musulmana como, por cierto, ya dejamos claro los españoles durante los siglos que duró la Reconquista.
Dicen, además, que esto lo proponen los musulmanes de segunda generación que son los hijos de los que llegaron, ahora es el caso, a Suiza es de suponer en busca de una vida mejor que la que tenían en sus naciones origen y que quieren, ahora sus descendientes, echar todo por tierra y pisotearlo para imponer sus propias ideas y, al cabo, religión, dando exactamente igual que se quieran servir del confuso vocabulario actual que busca, las más de las veces, embaucar a incautos.
Con lo fácil que lo tendrían regresando a sus paraísos de origen…
Eleuterio Fernández Guzmán
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7 comentarios
Y en un pueblo de la Mancha, al Santiago matamoros que corona el retablo de la iglesia parroquial le han cmbiado la espada por una cruz, con lo que aparece amenazando con la cruz al moro caído a sus pies(no sé qué es peor)
Igual si los cristianos yugoslavos se hubieran comportado como auténticos cristianos ahora no habría tantos musulmanes en Suiza.
2)La decisión de prohibir minaretes es estúpida y xenófoba, porque identifica "musulmán" con "extranjero", sin darse cuenta de que en Europa hay musulmanes de segunda, tercera o cuarta generación, y también conversos desde el cristianismo, y por lo tanto tienen la nacionalidad del país en que han nacido y los mismos derechos que sus compatriotas cristianos, de cualquier otra religión o ateos.
El problema del racismo mal disimulado es decirle a un musulmán "vuélvete a tu país" y que te responda "ya estoy en el", y se te queda cara de tonto.
3)Si nos quejamos de que en países musulmanes se discrimina a las minorías cristianas a pesar de llevar allí milenios, no nos podemos poner a sus misma altura moral y discriminar aquí a las minorías musulmanas, porque entonces ¿qué ejemplo damos, son ellos los que deben volverse tolerantes como nosotros o nosotros convertirnos en teocracias como ellos?.
4)Y a los imbéciles como esos musulmanes que piden quitar las cruces de las banderas o se ponen a rezar en la caTedral de Córdoba, no hay que darle más importancia de la que tienen ni más publicidad, ni ponerse a su altura.
En la vida de Santa Clara de Asís, cuando los musulmanes comenzaban a invadir los conventos para hacer el daño posible a los buenos cristianos. Santa Clara de Asís con sus hermanas religiosas, fueron donde estaba Jesucristo, en el Sagrario, comenzaron a orar con verdadera piedad y santidad. Y los musulmanes huyeron aterrorizados, porque Jesucristo defendió a esas santas religiosas: las Clarisas.
El problema de que la invasión musulmana parece crecer, es precisamente porque no todos los cristianos nos dedicamos a la oración.
Necesitamos mucho de la oración, y en esta oración, hemos de pedir por la conversión de los musulmanes, porque si nos dedicamos a insultarles, no ganamos y perdemos ante Dios.
«La oración ferviente del justo tiene mucho poder.» (St 5, 16).
Tampoco hemos de olvidar que las raíces de Europa son Cristianas. El Cristianismo ha hecho un bien inmenso a Europa, pero el enemigo de las almas envía a sus ministros para poner fin al Cristianismo. Los cristianos no debemos rendirnos en la oración. Purifiquemos nuestras vidas, para que el Señor acoga con agrado nuestras oraciones y trabajos en la paz y en la verdadera caridad.
La decisión de prohibir minaretes es muy acertada, porque la cultura de Europa no es la cultura de los países islámicos. Del mismo modo, que en esas tierras en que hay mayoría musulmanas, hubo un tiempo en que no eran tantos. Había muchos cristianos, pero los que se oponían al Cristianismo, se iban reuniendo cada vez más, matanzas, secuestros, amenazas si no se convierten al Islam, y los cristianos que comprendían a Jesús, que no había ni tiene porque haber de responder con violencia al violento. Precisamente, se aprovechan de esa situación. Porque si todos los cristianos de Europa, se unieran para impedir a los musulmanes, imponer su cultura islámica, desde luego que no habría ningún musulmán ni en España ni en Europa. Pero nuestra vida es la de Jesús, buscando y trabajando por la paz al modo del Corazón de Jesús.
Y por eso, es preciso la oración constante y sincera, y cuánto más desprendido de las cosas terrenales tengamos, tanto más venceremos al tentador, siempre con la ayuda y méritos de Nuestro Dios y Señor Jesucristo.
-Me explico: El croissant que es una pasta cocida al horno compuesta principalmente de harina y manteca de cerdo, que cortada en triángulo y enrollada forma la "media luna", lo ideó un pastelero vienés para festejar la victoria de Lepanto.
-No obstante, hoy por hoy,..lo que se ve
-El Islam se impone. Y todo lo que es filosofía del judeo-cristiano, mírese por donde se mire, no entra en los cálculos del Islam.
-Ellos tienen su espíritu de sacrifico con martirio y paraiso incluído; el número de gentes dispuestas al sacrificio. Y el dinero con que pagar traiciones democrático-cristianas.
-Al sincero cristiano, que son los menos, solo les queda decir:-Ven Señor Jesús no tardes.
No sé si es cinismo o necedad. Se marchan de un lugar a otro. Que digo yo que por algo será, y a la postre al llegar pretenden que el lugar al cual llegan se conviertan en el lugar del cual salieron. Si, decididamente, para los que quieran, el regreso al lugar inicial es lo más práctico para todos. Para ellos que añoran aquel lugar del que salieron por alguna razón, y sobre todo para los que estaban antes de que llegaran.
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