Huelga espiritual a la japonesa

Según queda acreditado algunas personas de la aún llamada España han organizado para hoy miércoles, 29 de septiembre del Año de Nuestro Señor de 2010 una llamada Huelga General que consiste, en general, en molestar todo lo que se pueda al trabajador para que no trabaje y en hacer que se malgaste mucha de la energía laboral que España tanto necesita.

Como el que esto escribe detesta a más no poder a las organizaciones sindicales que han hecho tal cosa y que han metido en un lío a muchas personas que, aún queriendo acudir a su puesto de trabajo, no lo van a poder hacer, me he propuesto hacer una huelga muy especial. Invito, claro, a que se lleve a efecto para que sepan, de verdad, que hay otra forma de colaborar en el desarrollo de una nación.

He dado en llamarla de la siguiente forma: “Huelga espiritual a la japonesa”.

La tal forma de actuar supone, en su variante general, aumentar el ritmo de trabajo el día que se hace tal tipo de huelga. Pues algo así propongo yo para este malhadado día, de presiones y vergonzantes actuaciones, seguro, de más de uno.

Por ejemplo, hoy podemos, no digo podríamos como posible, sino podemos como efectivo, hacer lo siguiente:

-Acudir a dos o más Eucaristías (preferentemente 3) para pedir por el bien de las personas que van a sentirse perjudicadas por el día de hoy.

-Rezar dos o tres rosarios, no el habitual de cada día, para pedir por el bien de las personas que van a sentirse perjudicadas por el día de hoy.

-Hacer lectura meditada de, al menos, 10 textos de las Sagradas Escrituras.

-Contemplar el Evangelio en el sentido de aplicarlo a nuestra vida diaria, al menos durante 3 o 4 horas.

-Hacer un “Itinerario de oración” completo (Jesucristo, la Virgen María, el Espíritu Santo y Ángel Custodio) a lo largo del día y no una sola parte.

-Leer el Salmo 1 (“Dichoso el hombre que no camina aconsejado por malvados…”) al menos 100 veces.

O, también,

-Confesarse si es que ha deseado algún mal grave a las personas que han perpetrado el engendro de hoy.

Esto lo digo porque, a no ser que cierren también las Iglesias y no sea posible asistir a las Eucaristías prescritas, el resto de actuaciones las podemos llevar a cabo sin impedimento porque aún, digo aún, no pueden inmiscuirse en la vida espiritual de las personas por mucho que intenten que la misma se lleve a cabo entre las cuatro paredes de las casas de los creyentes o entre las paredes de la Sacristía.

Por eso yo recomiendo una huelga a la japonesa. Pero, por favor, sin expresiones orientalistas propias de aquellas tierras porque nos basta y nos sobra con nuestra fe y con lo que ella supone y es.

A lo mejor con tales acciones se apiade Dios de los hijos que creó y que tanto daño, por desvergüenza, le hacen al mundo que, con demasiado amor según ciertos merecimientos, les entregó allá por el principio.

Eleuterio Fernández Guzmán

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