El poder abusivo

Es muy conocida aquella frase que dice que “la mujer del César además de ser honrada ha de parecerlo”. Y esto es así porque lo que parece puede tener o no relación con lo que se es pero es lo básico y elemental en el comportamiento de las personas.

Exactamente igual podemos decir de un sistema que se dice democrático: ha de serlo y, además, ha de parecerlo. De otra forma, sólo se trata de un engaño, de un timo social o, en fin, de una tomadura de pelo.

Pues que venga Dios y lo vea si lo que tenemos en España no es, sino, un remedo de dictadura del laicismo.

Con unas ansias no exentas de resultado, pues se busca que el Estado sea no laico sino plenamente laicista (Zerolo dixit), se van mermando los derechos religiosos según la legitimidad electoral y democrática manda.

Sin embargo, bien sabemos que no es oro lo que reluce sino, en este caso particular, podredumbre manipuladora.

Dice Benedicto XVI (antes Joseph Raztinger), en su libro “Verdad, Valores, Poder” (Rialp, 2005) algo clarificador que debería dejar en pañales a las teorías basadas en los abusos que se sostienen sobre las mayorías políticas:

La idea de que en la democracia lo único decisivo es la mayoría y que la fuente del derecho no puede ser otra cosa que las convicciones mayoritarias de los ciudadanos tiene, sin duda, algo cautivador. Siempre que se impone obligatoriamente a la mayoría algo no querido ni decidido por ella parece como si impugnáramos su libertad y negáramos la esencia de la democracia. Cualquier otra teoría supone, al parecer, un dogmatismo que socava la autodeterminación e inhabilita a los ciudadanos, convirtiéndose en imperio de la esclavitud. Más, por otro lado, es indiscutible que la mayoría no es infalible y que sus errores no afectan sólo a asuntos periféricos, sino que ponen en cuestión bienes fundamentales que dejan sin garantía la dignidad humana y los derechos del hombre, es decir, se derrumba la finalidad de la libertad, pues ni la esencia de los derechos humanos ni la de la libertad es evidente siempre para la mayoría”.

Es más, para que no haya duda alguna, más adelante concluye diciendo que “Si la mayoría tiene siempre razón, el derecho tendrá que ser pisoteado. Entonces lo único que cuenta, a fin de cuentas, e el poder del más fuerte, que la mayoría sabe disponer a su favor”.

Además, en el caso concreto de España el resultado del análisis resulta sangrante. Y eso es así porque la gran mayoría de los ciudadanos españoles se dicen, como bien demuestran todas las encuestas, católicos. Entonces, es preocupante que, so capa de las mayorías políticas, se empeñen, por activa y por pasiva, en ir disminuyendo la importancia de la religión católica en la sociedad de la que forma parte, sin duda, con mucho más vigor que muchas de las instituciones políticas puestas, a fuerza de leyes, de reglamentos y a machamartillo, en el devenir social.

Por eso, según lo dicho arriba, la democracia no sólo ha de ser democracia sino, además parecerlo porque, de otra forma, podemos asegurar, sin temor a equivocarnos, que vivimos en una dictadura laicista.

Por ejemplo, si se empeñan en que desaparezcan los crucifijos de los centros educativos de carácter público, están haciendo oídos sordos a la voluntad de los padres que, en su gran mayoría, escogen religión católica para sus hijos. Y eso no es actuar de forma, precisamente, democrática donde, en este caso, la mayoría se pretiere porque conviene.

Y es que el tema del crucifijo significa mucho para el comportamiento democrático de más de uno.

Algunos sostienen, además, que en los “espacios públicos” no tiene que haber símbolos católicos. Pues demuestran, con tal pretensión, tener un concepto abusivo del poder porque no deberían olvidar que tales espacios son sufragados por personas que son, en su mayoría, católicos.

¿Dónde está, en este caso, la democracia?

¡Ah!, ¿Que lo democrático es sólo lo que entiende como tal la izquierda?

Pues podrían haber empezado por ahí porque rápidamente podríamos definir tal forma de pensar como puramente totalitaria.

Y en esto estamos.

Eleuterio Fernández Guzmán

Escucha a tu corazón de hijo de Dios y piedra viva de la Santa Madre Iglesia y pincha aquí abajo:


Y, si puedes, da el siguiente paso. Recuerda que “Dios ama al que da con alegría” (2Cor 9,7).

4 comentarios

  
María
Sino dejan poner crucificos en los lugares publicos, tendremos que ponernos todos nosotros, las cruces colgadas de nuestras cadenas..así daremos testimonio de que DIOS está con nosotros allá donde vayamos, y habran miles de cruces dando testimonio de nuestra FE.
Yo llevo el crucifijo, la cruz, y una medallad San Vicente Ferrer.
Siempre las llevo bien visibles.
Como decía Monseñor Enrique y Tarancon......

Resiste con fortaleza, apoyado en tus convicciones y en el cumplimiento de tu propio deber...aunque EL MUNDO MURMURE.
No hay que rendirse a un " qué mas dá " o porque nos conviene...esto supone una FE débil, venida a menos, dominada por la mundanidad...a la que nunca debemos dar conversación

Saludos
24/08/10 1:22 AM
La democracia es una utopía que se secuestra con demasiada facilidad, para el provecho de unos pocos. Fijémonos en lo que terminaron los gritos de libertad de la revolución francesa o la revolución rusa.

Básicamente, vivimos en una dictadura revestida de democracia. Esto se evidencia si nos damos cuenta de la actitud de los políticos ante cualquier reforma que profundice en la verdadera democracia.

Reforma del senado, voto a los candidatos y no a los partidos, democracia interna de los partidos, validación de los referendos, merienda del poder judicial, responsabilidad directa de los cargos ante el incumplimiento de sentencias judiciales y un largo etcétera.

La desaparición de los crucifijos en los colegios no es más que un paso más en el programa de homogenización social al que estamos sometidos. Se trata de hacer desaparecer a la Iglesia o dejarla reducida a un reclamo turístico-etnológico.

Dios le bendiga D. Eleuterio :)
24/08/10 10:43 AM
  
Ana
Estoy de acuerdo con el Paapa en que debe haber una laicidad , no un laicismo beligerante y agresivo
24/08/10 4:28 PM
  
JSC
Esta Democracia Liberal en decadencia nos está llevando directamente a una democracia jacobina = dictadura del proletariado, hacia la "utopía" marxista de un Gobierno Mundial. A nuestros políticos de izquierdas les caen las lágrimas por la emoción de saber que el embrión satánico del NOM es viable. Por fin la Prostituta Democracia será MAMÁ ...
Bueno, si eliminan los crucifijos de la vista pues habrá que comenzar a modelar nuestro corazón a modo de Cristo. TODO esto que nos sucede lo denunciamos ahora tarde, este fuego laicista ha tardado muchos decenios en gestarse. Ha sido el 2x1 de la democracia, todo para el hombre, nada para Dios.

Bueno pero todo sea por la Paz y la Unidaz y la Libertaz que nos hace Verdaderos, como dijo un día un "okupa" de la Moncloa.
24/08/10 11:24 PM

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