Juan Masiá dice adiós… otra vez

Uno espera que con un hasta siempre sea suficiente y que, en realidad, se está posponiendo el encuentro con los creyentes para la vida eterna en la que, sin duda alguna, ha (debería) creer el jesuita que se va pero se queda, se queda pero se va y se va para quedarse cuando se queda pero parece que se va.

Francamente, hasta para despedirse ha tenido que dejar claro lo que piensa y cómo piensa el jesuita que, allende nuestras fronteras, en lo que es el oriente del mundo para nosotros, mora su extraña fe y su particular sincretismo.

Yo creo, por otra parte, que Juan Masiá Clavel ha de encontrarse en un estado espiritual bastante exaltado y muy alejado de la tranquilidad que se le supone a todo aficionado a lo oriental, con el yin y el yan, los Gautamas y toda la parafernalia meditativa que arrastra y arrastra. Lo digo porque ha pergeñado un escrito en el que predomina algo que en la red de redes no es conveniente que se utilice más de la cuenta y que es la letra mayúscula. Yo tengo entendido que eso es como querer gritar en un medio en el que lo escrito es lo que cuenta y transmite.

Creo, por lo tanto, que está gritando su desesperación.

Decía arriba que el sincretismo de Juan Masiá no le ha traicionado sino que, al contrario, le ha ayudado a presentarse como es. Esto lo digo porque presenta a la vez, al unísono, como haciendo iguales, dos textos que no iguales sino de expresiones espirituales muy distintas:

“Siempre morando con vosotros predicando el Dharma” (Sutra del Loto. )

“Con vosotros todos los días, hasta el fin” (Mt 28, 20)

Ahora resulta que se puede poner al mismo nivel lo dicho por Buda y lo dicho por Jesucristo pues es lo que hace, exactamente, Juan Masiá Claver, el jesuita que parece que se va.

¿Esto tiene importancia? ¿En realidad, qué quiere decir con haber puesto al mismo nivel dos mensajes tan distintos?

Sin querer entrar en el pensamiento de Juan Masiá, a mí lo que me parece es que pretende hacer ver que, en realidad, todas las religiones son iguales y que un espíritu universal recorre todos los recovecos del mundo iluminando la existencia de los seres verificando que el camino hacia la luz está lleno de obstáculos que sólo una meditación que trasciende los cuerpos y alcanza el nirvana puede ser entendida.

Es una pena, por cierto que haya olvidado referir lo que, inmediatamente antes de lo que aquí refleja dicho por el Hijo de Dios dice el Hijo de Dios: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado” (Mt 28, 19-20a). Y luego “Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.

Dice Jesucristo que tenían que enseñar a guardar, en sus corazones, lo que Él había mandado porque era la voluntad de Dios. Por eso quien se dice discípulo suyo no puede poner a la misma altura espiritual lo que ha dicho su Maestro y lo que dicen otros maestros humanos tipo, por ejemplo, Buda.

Pues eso que parece tan sencillo de entender no entra en el caletre de Juan Masiá. Pues lo voy a decir despacito: si-eres-discípulo-de-Cristo-has-de-seguir-a-Cristo.

Del resto del escrito de Juan Masiá no digo nada porque se comenta él solo. La utilización de mayúsculas ya he dicho lo que cualquiera sabe y lo que significa.

Y lo dicho… que se va pero que no se va: “En los blogs abiertos por grupos de apoyo y en mi página web: juanmasia.net se puede acceder a escritos míos y descolgar gratuitamente libros”.

Pues gracias pero, con franqueza, creo que hay cosas mejores en las que perder el tiempo y, seguro, en las que invertirlo para bien del alma.

Eleuterio Fernández Guzmán

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