"Tontos de capirote" : ¡Vete a tomar por tu apellido Manolo Saco!

RECORDATORIO:

Decía Unamuno, en un artículo publicado en 1923 en la revista argentina “Cara y Caretas” , que el tonto de capirote “es el que con un capirote o bonete puntiagudo, hace de tonto en las fiestas. Es un tonto de alquiler y casi oficial“. Y eso es lo que, espero, vaya apareciendo aquí: personas que hacen de tales.

Vayamos, pues, con otro personaje de esta serie.

Tontos de capirote
2.- Manolo Saco

En determinadas ocasiones no valen las medias tintas porque si así procedes pueden pensar que otorgas lo que no se puede otorgar porque hay personas que sirven, con sus expresiones, al Mal.

A este individuo malcarado ya tuve que dedicarle un artículo porque escribió algo que, teniendo nombre exacto, me voy a callar.

Pero ahora ha vuelto a rebuznar y a dar coces que es lo propio de jumentos y otros animales irracionales.

Todo el artículo es desvergonzado y, seguramente, no exento de tipos penales que se le podrían imputar.

Por ejemplo, llamar al principado de Liechtenstein “estado delicuente” es demostrar que, o bien es un individuo afectado por el mal de la idiocia o, simplemente, que su sectarismo izquierdoso le procura monstruos que su sinrazón produce.

Esto, sin embargo, como manifestación de rojerío ridículo, envidioso y trasnochado se lo podemos perdonar a quien, juntando letras, difícilmente enhebra alguna mala idea.

Sin embargo, si hay algo que es difícil de soportar, para un católico, es que, en un corto párrafo (no da para más, claro) se haga ostentación de una falsedad tan extensa.

Por ejemplo, cuando dice que al Vaticano “Lo gobierna un príncipe, no en nombre del pueblo, sino en representación de un dios que nadie ha visto”.

Esto es muy propio de personas que desconocen lo más básico del cristianismo porque cualquier cristiano sabe que decir que a Dios (con mayúscula, ¡so analfabeto religioso!) no se le ha visto o que no se le ve es que, en verdad, desconoce no a Dios sino a su Creación. Por eso, a Dios se le ve en lo creado… como poco… y entre tal creación al ser humano, semejante del Creador.

De todas formas, ignorar que Jesús es Dios hecho hombre es manifestar unas carencias francamente patéticas por su parte.

Por ejemplo, cuando dice que “La mujer sólo existe para cumplir con sus funcionas subordinadas de servicio doméstico”.

Se refiere, claro está, al Vaticano y a la consideración que, según dice Saco, se tiene de la mujer en tal Estado.

Sin embargo, en cuanto al papel de la mujer en la Iglesia católica recordemos, para que más de un despistado con nombre y apellidos sepa a qué atenerse, las palabras que san Pablo escribiera a los de Corinto (Primera Epístola, concretamente en 12, 28 - 31):

“En la Iglesia, hay algunos que han sido establecidos por Dios, en primer lugar, como apóstoles; en segundo lugar, como profetas; en tercer lugar, como doctores. Después vienen los que han recibido el don de hacer milagros, el don de curar, el don de socorrer a los necesitados, el don de gobernar y el don de lenguas.

¿Acaso todos son apóstoles? ¿Todos profetas? ¿Todos doctores? ¿Todos hacen milagros? ¿Todos tienen el don de curar? ¿Todos tienen el don de lenguas o el don de interpretarlas? Ustedes, por su parte, aspiren a los dones más perfectos. Y ahora voy a mostrarles un camino más perfecto todavía”

Parece que el apóstol de los gentiles sabía, a la perfección, que cada persona ocupa el lugar que ocupa en la Iglesia católica y no por eso debe de producir malestar alguno en las que, con tanto tesón y trabajo, se incardinan en el seno de la Iglesia católica.

Aunque eso, para un sectario de izquierdas, es difícil de comprender, claro.

Pero lo más grave es lo que sigue:

“Un régimen terrorista, pues su poder se basa en el terror que infunde en los católicos, a los que amenaza con la tortura eterna si no cumplen con sus leyes supranacionales (entre otras cosas, sosteniendo las finanzas vaticanas), estado juguete al que, también graciosamente, le llaman Santa Sede”.

Como es lógico se refiere al Vaticano porque ignora que los católicos no nos sentimos aterrorizados con eso que llama la “tortura eterna” sino, muy al contrario, gozosos sabiendo que Jesucristo nos ganó la vida eterna. ¡Al revés, so zoquete siniestro! y, como mucho, lo único que nos infunde una (por la experiencia) cierta prevención es la actitud de impresentables que, como Manolo Saco, incitan a la violencia contra la Iglesia católica que es lo que, exactamente, hace cuando escribe ciertas cosas.

A lo mejor se cree, Manolo Saco, que es un provocador cuando no pasa de ser un chiquilicuatre de la crítica y un mindundi que cree ser alguien haciendo tal tipo de críticas.

Pues ha de saber que, como mucho, llega a la categoría de tonto de capirote. Y gracias.

Eleuterio Fernández Guzmán

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