Prudencia y contundencia en el caso Pagola

Debido a un exceso de bonhomía y de comportamiento caritativo, el Director de InfoCatólica, Luis Fernando Pérez Bustamante, sostuvo, en un artículo titulado “A las barricadas” que con la utilización de los comportamientos que dan título al artículo de hoy, será suficiente como para que, por ejemplo, personas como José Antonio Pagola se avengan a las razones doctrinales y morales de la Iglesia católica a la que pertenecen.

Pues qué bien.

Sin duda alguna, el ejercicio, por un cristiano, de la prudencia es importante y, a veces, casi siempre, necesaria. Es más, aún lo es más por parte de quien tiene el deber de, en su labor de pastor, llevar al rebaño del Señor por los pastos buenos de la Palabra de Dios y la doctrina de la Santa Madre Iglesia.

Pero, poco a poco, el caso llamado Pagola y su “Jesús” se va liando más y más porque, en realidad, la progresía eclesial no puede dejar de lado ni olvidar un tema tan importante como es un entendimiento tergiversado de la persona de Jesucristo. Manipulando al Hijo de Dios creen poder influir en el devenir de la Iglesia católica y así actúan.

Y digo que, con casos como éste la prudencia va a servir para poco.

Además, no será fácil la cosa porque creo que con prudencia poco se puede hacer según lo que sigue:

Cuando erre que erre, se apoya la posición de Pagola de poco servirá la prudencia.

Cuando, sostenella y no enmendalla, hay empeño en criticar a la jerarquía eclesiástica como origen de todos los males y, en particular, del mal de José Antonio Pagola y, ahora, su libro sobre Jesús, de poco ha de servir la prudencia.

Cuando, por defender lo que parece indefendible, se trata de enredar a costa del Nihil Obstat dado, al libro de Pagola, por el anterior obispo de S. Sebastián, monseñor Uriarte, a mí me parece que la prudencia va a servir para poco.

Y si, por si todo lo aquí expuesto fuera poco, a las personas que podamos defender que el caso Pagola ha de ser resuelto en bien de la Iglesia católica y de sus fieles, se nos llama “talibanes” me resulta bastante difícil que con prudencia se resuelva este tan difícil, pero fácil, tema.

Ahí tenemos, pues, a la prudencia, esperando a que los frutos del ejercicio de tan buena virtud sean muchos en los corazones de personas que no tienen el más mínimo interés en darlos.

Para mí que van a ser pocos los frutos que se puedan cosechar en según qué tipo de personas pero, por supuesto, prudencia no puede faltar en aquellos que la han de demostrar (llamada aquí jerarquía) porque los otros, en los que se empecinan en negar la verdad de las cosas, poca demuestran al lanzar, al viento eclesial, sus teorías tangentes, por ser caritativos, a la doctrina de la Iglesia católica.

Entonces, ¿Qué es lo que corresponde hacer en el caso, ahora, de José Antonio Pagola?

Pues creo que está bastante claro: contundencia.

Otra cosa no entienden, porque así lo han demostrado a lo largo de los años ni, por supuesto, van a entender porque no les conviene al ir contra su propia actuación. Lo demás son medias tintas y dar largas a la solución.

Ahora bien, si por lo dicho aquí se me llama talibán tendré que dejarme crecer la barba porque será lo único que, como tal, tenga.