Aborto: se cerró el círculo vicioso del derecho a matar... Su Majestad
Como todas las malas cosas que en la vida suceden y nos suceden bien podemos decir que tienen un principio y un fin, un recorrido intermedio (un, a modo de iter) y, para terminar, unos resultados de lo que pasa o ha pasado, con el aborto ha pasado algo parecido: tuvo su origen legislativo, su iter procedimental y, ahora, su nigérrimo final.
En todo este proyecto han colaborado muchas personas y alguna que otra institución que se ha echado la manta a la cabeza para, seguramente, tapársela y hacer como que la cosa no va con ella.
El primer culpable por acción es el Presidente del Gobierno laicista y abortista que desmanda en España, José Luis Rodríguez Zapatero; como colabores necesarios todos los miembros del Ejecutivo con la ministra florero Bibiana Aído.
En segundo lugar, como cómplices de la aprobación hay varias instituciones y muchas personas:
1.-Personas, los diputados y diputadas que, con su voto, permitieron (en el Congreso y Senado como mataderos públicos) que se aprobara tan aberrante legislación que, no podemos olvidarla, por ser intrínsecamente perversa, no hay obligación de acatar ni cumplir.
Por tanto, ya tenemos una institución, propia de la soberanía nacional, a la que podemos situar, en el debe vergonzoso de su acción, haber perpetrado una salvajada tan grande como la denominada, falsamente, “Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo” porque para nada se corresponde con la salud sexual y reproductiva y mucho menos trátase de una interrupción del embarazo porque no puede volver a reanudar al vida (tal supone interrumpir) lo que ya ha sido asesinado.
2.-Por otra parte, el Secretario de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino ofreció, gusto, una coartada al Rey al decir que, en realidad, se trataba de un caso especial el suyo y que, en todo caso, no se le podía aplicar a Su Majestad lo que a cualquier católico sí se le tenía que aplicar de participar en la aprobación de la Ley del aborto: la excomunión o cualquier otra negativa consideración.
3.-Pero no podemos olvidar, como cómplice por acción, a quien, en verdad, ha dejado mucho que desear. Es bien cierto que ya tenemos precedentes de normas anteriores en las que también ha colaborado con su firma en la sanción de las mismas (en la anterior del aborto o, por ejemplo, en la que corresponde al imposible matrimonio entre homosexuales) Y me refiero a Su Majestad el Rey que, al parecer, no ha podido impedir que su pluma real dejase su impronta en uno de los momentos más negativos de la historia de la aún llamada España.
Habría que decir que, si sancionar es, bien “Dar fuerza de ley a una disposición” o bien “Autorizar o aprobar cualquier acto, uso o costumbre” está bastante claro que el Rey podía no haber firmado y, entonces, la ley no tendría fuerza y no hubiera podido entrar en vigor. Es tan simple que, francamente, da qué pensar las razones que han podido hacer que el resultado final haya salido publicado en el BOE el pasado 4 de marzo para silencio de unos y vergüenza de muchos.
Todo lo que, ahora mismo, podamos decir de la actuación del Rey de España podría entrar, seguramente, dentro de lo delictivo y, en verdad, tampoco, según lo visto, vale la pena hacer tal cosa para no darle importancia a quien, en verdad, no la merece ni el cargo que ocupa le otorga por mucho que pueda creer lo contrario.
Sin embargo, sí que no puedo callar lo que creo que, en verdad, se puede decir de una actuación, a coro de muerte, de tantas personas e instituciones y es que pueden estar contentas unas y otras porque van a pasar a la historia de España.
Lástima que sea como matarifes de seres humanos.
25 comentarios
Petición a Su Santidad Benedicto XVI
Suplicando un Decreto de Excomunión para Juan Carlos I de Borbón Fundada en el Catecismo de la Iglesia Catolica (2272 y 2287) y en el Derecho Canónico (1405,1398 y 1329 §2)
S.S Benedicto XVI
Vicario de Cristo en la Tierra
00120 Via del Pellegrino
Ciudad del Vaticano
Correo electrico: [email protected]; [email protected]; [email protected]
fax: +390669885373
Santo Padre,
De rodillas suplicamos humildemente a Su Santidad, Vicario de Cristo en la Tierra, cumpla el Sagrado Deber de defender la Fe y la Justicia de la Unica Iglesia de Cristo y se digne redactar un Decreto confirmando la Excomunión latae sententiae de Juan Carlos I de Borbón por su apoyo –directo e indirecto– al horroroso crimen del aborto voluntario provocado.
Suplicamos a Su Santidad este decreto puesto puesto que es irrefutable y hecho historico comprovado que:
I. Juan Carlos I de Borbón promovió de manera INDIRECTA el crimen del aborto. Juan Carlos I defendió y finalmente autorizo la fundación legal del estado como uno ateo/positivista/naturalista que autoriza leyes amorales como la del aborto contrarias a la Moral de la Iglesia Católica.
La doctrina católica prohíbe terminantemente que nadie utilice su posición o poder para remover del estado el “orden objetivo moral” para promover y autorizar uno ateo/naturalista/positivista desprotegido en su fundación legal fundamental de leyes amorales. Dice el Catecismo de la Iglesia Católica:
2105 El deber de rendir a Dios un culto auténtico corresponde al hombre individual y socialmente considerado. Esa es ‘la doctrina tradicional católica sobre el deber moral de los hombres y de las sociedades respecto a la religión verdadera y a la única Iglesia de Cristo’ (DH 1). Al evangelizar sin cesar a los hombres, la Iglesia trabaja para que puedan ‘informar con el espíritu cristiano el pensamiento y las costumbres, las leyes y las estructuras de la comunidad en la que cada uno vive’ (AA 13). Deber social de los cristianos es respetar y suscitar en cada hombre el amor de la verdad y del bien. Les exige dar a conocer el culto de la única verdadera religión, que subsiste en la Iglesia católica y apostólica (cf DH 1). Los cristianos son llamados a ser la luz del mundo (cf AA 13). La Iglesia manifiesta así la realeza de Cristo sobre toda la creación y, en particular, sobre las sociedades humanas.
2109 El derecho a la libertad religiosa no puede ser de suyo ni ilimitado, ni limitado solamente por un ‘orden público’ concebido de manera positivista o naturalista. Los ‘justos límites’ que le son inherentes deben ser determinados para cada situación social por la prudencia política, según las exigencias del bien común, y ratificados por la autoridad civil según ‘normas jurídicas, conforme con el orden objetivo moral’ (DH 7).
El promover la transición o cambio de un estado de orden objetivo moral protegido en su fundación legal contra leyes amorales contrarias a la Fe Católica hacia un estado de fundación legal atea, naturalista/positivista es contrario a la doctrina Católica y es además un gran escándalo publico que posiblemente lleva a decenas de miles de almas a la perdición eterna. Dice el Catecismo de la Iglesia Católica:
2286 El escándalo puede ser provocado por la ley o por las instituciones, por la moda o por la opinión. Así se hacen culpables de escándalo quienes instituyen leyes o estructuras sociales que llevan a la degradación de las costumbres y a la corrupción de la vida religiosa, o a ‘condiciones sociales que, voluntaria o involuntariamente, hacen ardua y prácticamente imposible una conducta cristiana conforme a los mandamientos’.
2287 El que usa los poderes de que dispone en condiciones que arrastren a hacer el mal se hace culpable de escándalo y responsable del mal que directa o indirectamente ha favorecido. ‘Es imposible que no vengan escándalos; pero, ¡ay de aquél por quien vienen!’ (Lc 17, 1).
2287 El que usa los poderes de que dispone en condiciones que arrastren a hacer el mal se hace culpable de escándalo y responsable del mal que directa o indirectamente ha favorecido. ‘Es imposible que no vengan escándalos; pero, ¡ay de aquél por quien vienen!’ (Lc 17, 1).
Aquí se ve claramente que utilizar el poder para la cooperación al mal moral que “directa o indirectamente ha favorecido” es falta gravísima de escándalo público. El no enmendar el gravísimo pecado de escándalo pero confirmarlo con el acto de firmar con su puño y letra el Real Decreto 2409 de 1985 que autoriza el aborto provocado es una gravísima falta sancionada con la pena canónica de excomunión. Catecismo de la Iglesia Católica:
2272 La cooperación formal a un aborto constituye una falta grave. La Iglesia sanciona con pena canónica de excomunión este delito contra la vida humana.
El Catecismo de la Iglesia Catolica queda confirmado por el Derecho Canonico (1398 y 1329 §2) y por SS Juan Pablo II:
“La excomunión afecta a todos los que cometen este delito conociendo la pena, incluidos también aquellos cómplices sin cuya cooperación el delito no se hubiera producido” (Juan Pablo II, Carta Encíclica Evangelium Vitae, n. 62).
III. El Rey Juan Carlos I de Borbón no solo promovió y autorizo el estado naturalista positivista desprotegido en su fundación legal de leyes amorales, no solo firmo Real Decreto 2409 de 1985, que autorizó y legalizó el gravísimo pecado del aborto directo voluntario, sino que ahora en el año 2010, también firmó con su puño y letra la Ley Orgánica 2/2010 que amplia y permite de manera mas radical el infanticidio masivo de bebes no natos.
Esta cooperación al mal esta estrictamente prohibida por el Catecismo de la Iglesia Católica:
2287 El que usa los poderes de que dispone en condiciones que arrastren a hacer el mal se hace culpable de escándalo y responsable del mal que directa o indirectamente ha favorecido. ‘Es imposible que no vengan escándalos; pero, ¡ay de aquél por quien vienen!’ (Lc 17, 1).
Así y debido a su gravísimo pecado de escándalo, el gravísimo acto de apoyar el aborto provocado en el 1985 y en ahora en el año 2010, suplicamos a Su Santidad, basandonos en el Derecho Canonico 1405, un decreto que confirme la Excomunión latae sententiae del Rey Juan Carlos I Primero de Borbón para que todos los sacerdotes y obispos esten al tanto de la imposibilidad de ofrecer la Santa Eucaristica a Juan Carlos I de Borbon, como lo manda el punto 2272 del Catecismo de la Iglesia Católica y el Derecho Canonico (1398 y 1329 §2).
Humildemente y de rodillas ante el Vicario de Cristo,
LA CARTA LA ENCONTRARAN ENTERA EN LA SIG DIRECCION:
http://radiocristiandad.wordpress.com/2010/03/05/peticion-formal-de-excomunion-para-juan-carlos/
LLENEMOS LOS EMAIL Y FAX DEL VATICANO CON ESTE PEDIDO DE EXCOMUNION FORMAL EN LA QUE EL rey YA INCURRIO AL MOMENTO DE FIRMA LA NEFASTA LEY DEL ABORTO
VIVA LA VIDA!!!
ESPAÑA SIEMPRE MADRE FECUNDA...!!!!
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EFG
Como no quisiera que para una personas se aplicara la normativa católica y para otras no, estoy totalmente de acuerdo en lo que Ud. ha escrito y aquí puesto en sus comentarios, totalmente de acuerdo.
Esperemos que las cosas lleguen a buen término aunque también le digo que, con franqueza, me extrañaría mucho.
Así que mándela, mándela. Daría lo que fuera por ver el choteo que su cartita puede provocar en el Vaticano.
Un cordial saludo.
P.D. Por muchos intentos que hagan, a Don Juan Carlos no lo va a sustituir Don Sixto (con todos mis respetos, conocido en su casa y a la hora de comer); olvídense de eso.
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EFG
Es muy triste lo que Ud. dice pero, ciertamente, es verdad.
El link donde se ha tratado el tema de la Cooperación Material Remota. Infórmese.
http://infocatolica.com/blog/coradcor.php/1002271238-martinez-camino-el-aborto-el
Un cordial saludo.
PD. Donde dice "a publicado", léase "ha publicado".
No mezclemos churras con merinas. A los políticos que han sacado y aprobado esa ley, guerra a ellos sin cuartel, pero no metan en el lote al Rey, que bastante tiene ya y que obispos como Reig Plá ya han dicho que ha sido causa material remota, que no es lo mismo, para nada, que lo de los políticos; pero es que ni parecido. En todo existen grados, y también en la responsabilidad moral (y eso es doctrina de la Iglesia).
Un cordial saludo.
A ver:
Vuelvo a repetir lo que dijo la Reina y que está recogido por la prensa
http://www.hazteoir.org/node/15153
http://www.lasprovincias.es/valencia/20081030/mas-actualidad/sociedad/reina-contra-eutanasia-aborto-200810301513.html
Y aquí el ataque que recibió de todos esos colectivos:
http://www.publico.es/espana/169575/opinion/reina/sofia/matrimonios/gay/levanta/primeras/ampollas
Vuelvo a repetir que sabiendo lo prudente que es la Reina, nunca hubiera dado esas declaraciones si no fuera también la opinión del Rey, aunque otros opinen lo contrario.
Un cordial saludo
Y verá qué gracia le hará también el Obispo Pla cuando rinda cuentas de su Ministerio y le diga al Juez Supremo que excusó a quien firmó una ley asesina por ser una mera "Cooperación Material remota"
Mejor es ir avisándole al Rey (y de paso a algún obispo) desde la tierra con dureza para evitar que se den un batacazo en el otro mundo.
¿Ahora resulta que sabe usted mucho más que los obispos o que el magisterio de la Iglesia?, ¿o es que acaso tiene línea directa con Dios como para saberlo?. Recuerde, con la misma vara que midas, serás medido (solo por precaución, yo me abstendría de hacer juicios sobre el Juicio que haga Dios de los demás; eso es asunto de El, no nuestro).
Un cordial saludo
Yo me suelo tomar en serio las cosas que dice la Biblia y el Magisterio de la Iglesia entre otras que todo cristiano -no sólo la jerarquía eclesiástica-, por el hecho de su bautismo está erigido en sacerdote, profeta y rey.
La función profética sin duda es la más molesta de todas, pero aunque seamos nosotros mismos unos malvados e hipócritas, si observamos que se hace el mal delante de nuestras narices nuestro deber no es decir: que juzguen los obispos y yo me callo. En absoluto, nuestro deber es advertir que no se pueden poner paños calientes a actitudes que van a propiciar un inmenso reguero de sangre inocente en nuestro País. Nuestro deber no es ser "tibios" (en precisa expresión del Apocalipsis) ante el mal.
El cristiano no puede cooperar al mal, ni remota no directamente, porque el cristiano, por definición, es alguien que actúa en todo por la gracia de Dios "No soy yo, es Cristo el que vive en mí" dice Pablo. Salvo que seamos malos cristianos, claro, y usemos nuestra fe como un traje del que nos desprendemos en los momentos duros.
Cualquier cooperación al mal es incompatible con la Santidad absoluta de Dios, y la santidad que nos exige a los que somos miembros de su Cuerpo Místico, por eso no veo temerario advertirle a quien hace el mal -pública y notoriamente-, que ante Dios nada queda impune. Ni el mal que ha hecho el rey por firmar esa Ley asesina, ni el mal que yo pueda hacer hoy mismo. Nada queda impune ante Dios, y estimo necesario que lo recordemos de vez en cuando.
Recuerde que Dios le dijo a Ezequiel que si no advertía al impío que había obrado mal, moriría el impío y el mismo profeta por su silencio.
Pobre Ana: Está escrito: Dice el Cristo; Sin rodeos, preambulos o contorsionismos de la humana ley. Que no es la Ley de Dios.
"EL QUE NO ESTÁ CONMIGO ESTÁ CONTRA MI; EL QUE NO SIEMBRA DESPARRAMA."
La ley del Aborto por el Rey sancionada por muy remota que sea; Por efecto remoto le sancionará a él y a toda su descendencia de no estar con Él, sino comtra Él.
Ana: Algo así como ocurre con los "camellos del delito" que no consumen sino que sólo ditribuyen la droga en sus complicidades. Complices "remotos sí". Pero complices del mal que produce el consumo de la droga.
Yo también, y cada vez más, y precisamente por eso además de por considerar que ellos tienen más conocimientos que yo, prefiero fiarme de lo que me dicen (los obispos), que para eso son los pastores.
Un cordial saludo.
Pues nada, encantada de conocerte y un cordial saludo.
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-Es que lo que habla por sí mismo: No necesita más comentarios.
De cualquier forma el anunciado: "Aborto: se cerró el círculo vicioso del derecho a matar,.. Su Majestad".
Se me antoja una especie de visión antológica del subconsciente.
También se hace necesario un fin de semana de retiro espiritual para saber tener caridad,respetar a las personas, que son nuestros hermanos y un examen profundo del mensaje evangélico. Eso pienso yo. Y en los dos cursillos yo el primero.
En cuanto al segundo, yo también me apunto.
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EFG
Yo no creo que España haya perdido sus raíces católicas. Lo que sin duda ha pasado es que hay personas que sí las han perdido.
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