Un gran avance para la humanidad: matar es un derecho
Cuando, con la invención humana, se han conseguido avances que han colaborado en el desarrollo de nuestra especie, se produce un lógico contento. Por ejemplo, cuando se inventó el teléfono o se logró encauzar la energía eléctrica para distribución a los domicilios particulares o empresas, etc.
Son, así, formas mediante las cuales la humanidad se realiza a sí misma y mediante las cuales uno se puede sentir legítimamente orgullo de pertenecer al denominado homo sapiens.
Sin embargo, no todo lo que se considera avance lo es. Muy al contrario, más de una cosa que se considera avance supone el exacto retroceso a la caverna.
Por ejemplo, lo que sigue que es, seguro, más que conocido y más que hiriente: la nueva legislación sobre el aborto.
Es bien cierto que en InfoCatólica se ha recogido la noticia con todo lujo de detalles. Sin embargo, me parece que en esta ocasión debo acudir a quien, al hacerse cómplices del daño que se va a causar, podemos considerar, también, culpables del holocausto que se cierne sobre las cabezas de nuestra, aún, llamada España.
Decía arriba que ha llegado el momento en el que tenemos que empezar a decir las cosas como son y no andar ni con medias tintas ni con lenguajes políticamente correctos.
Hay seres, a los que sólo por la apariencia podemos llamar humanos, que han tenido la malhadada idea de actuar sobre otros seres humanos de manera que la vida que los dignifica (a los segundos) se queda en nada o, mejor, es como si nunca hubiera existido.
Aquellos, los que creen que tienen el derecho a decidir sobre la vida y la muerte sin saber, al parecer, que ni siquiera tienen el derecho a decidir sobre la suya misma porque no les pertenece sino a Dios, han sugerido, en una norma escrita, que un ser humano, la mujer, puede optar por matar a otro ser humano, el nasciturus, sin que, por ello, pueda recaer sobre la conciencia legal ningún reparo ni pero alguno sobre la norma.
Por eso, bien podemos decir que matar es, ya, legal, lo cual supone, para la humanidad, como una especie de bajada a los infiernos en un ascensor legitimado por la fuerza de los votos electorales que se convierten, también, en instrumentos del Mal.
Tengo que decir que, a este respecto, los obispos españoles, se equivocaron cuando, el 17 de junio de 2009, dejaron por escrito que “Estamos convencidos de que ‘todo hombre abierto sinceramente a la verdad y al bien, aun entre dificultades e incertidumbres, con la luz de la razón y no sin el influjo de la gracia, puede llegar a descubrir en la ley natural escrita en su corazón’” (tomado esto de Romanos 2, 14-15).
Y digo que se equivocaron porque no tuvieron en cuenta que hay personas que no se pueden abrir a la verdad ni al bien porque una ideología nigérrima que se fundamenta en la posesión de la verdad política se ha apoderado de sus corazones y nada bueno puede salir de ellos pues ya es conocido aquello que dice que “de la bondad del corazón habla la boca” y ciertas bocas (que escriben lo que dicen) dejan claro cómo son ciertos corazones.
Pero es que, además, la luz de la razón no ilumina sus vidas sino, en todo caso, el ansia de dominación y de poder que tanto entenebrece el proceder humano.
Por eso ahora matar al nasciturus es legal y por eso mismo sólo las personas que han colaborado en la elaboración de una norma tan inhumana a base de ser tan humana pueden ser consideradas, con toda verdad, alimañas que proceden contra seres de su misma especie cual vampiros sedientos de sangre ajena.
Por eso es tan triste que la noticia recoja lo siguiente:
“La Asociación de Juristas Themis, la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, y la Fundación Mujeres coincidieron ayer en destacar que fue “un día para celebrar”. Las organizaciones de mujeres se sienten satisfechas de que una ley recoja su reivindicación, de hace tres décadas, y que la mujer tenga derecho a decidir libremente sobre su embarazo”.
Resulta, entonces, que al aprobar que se pueda acabar con la vida de un ser humano inocente se le llama “día para celebrar”. Extraña celebración es la que supone alegrarse una misma de la muerte del hijo que lleva en su seno.
Pues no deberían celebrar tanto el asesinato de sus hijos porque, con toda seguridad, desde sus tumbas y desde el cielo, les recordarán su negro proceder y harán que sus oscuras conciencias padezcan más que cuando decidieron, un mal día, dejarse llevar por extraños intereses más propios de egoístas procederes que de personas dignas de llamarse tal cosa.
Pero una cosa sí tenemos que dejar bien claro: matar es, ya, legal.
!Enhorabuena, progres¡
6 comentarios
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EFG
Para mi gusto la ONU no es una organización, digamos, positiva ni nada por el estilo. No hay más que ver qué tipo de naciones la forma y qué tipo de regímenes políticos hay en la mayoría de tales naciones. No es de extrañar, por lo tanto, que siempre apoye políticas políticamente correctas: si viene bien el aborto, pues el aborto; si viene bien el preservativo, el preservativo.
Así el derecho del morador terrenal -que no es hombre-para con el Mundo dios; Y del dios Mundo para con el morador terrenal -que no es hombre- es matar todo derecho que siendo del Mundo no puede proceder de Dios.
Y aquí el dilema: ¿Quién es más poderoso de matar por propio derecho: El Dios celestial espacial; o el dios terrenal temporal?
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EFG
En todo cado, el hombre, como criatura de Dios, no creo yo tenga ningún derecho a matar a otra criatura de Dios.
01/03/10 12:41 PM
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-Ni yo lo creo: Siempre y cuando se entienda que es matar o morir.
Pues Dios en justicia consiente, tolera esta susodicha muerte que para unos es vivir eternamente; Y para otros es para morir eternamente.
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EFG
Una foto bastante triste en la que, sin saber la razón de tal cosa, había personas que se reían de haber sido capaces de aprobar tal aberración.
saludos
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