La Palabra del Domingo - 24 de enero de 2010- Cumplir la voluntad de Dios

Lucas 1, 1-4; 4, 14-21: Hoy se cumple esta Escritura

1 Puesto que muchos han intentado narrar ordenadamente las cosas que se han verificado entre nosotros, 2 tal como nos las han transmitido los que desde el principio fueron testigos oculares y servidores de la Palabra, 3 he decidido yo también, después de haber investigado diligentemente todo desde los orígenes, escribírtelo por su orden, ilustre Teófilo, 4 para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.

14 Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu, y su fama se extendió por toda la región.15 El iba enseñando en sus sinagogas, alabado por todos. 16 Vino a Nazará, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura.17 Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: 18= El espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos = 19= y proclamar un año de gracia del Señor. = 20 Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él.

21 Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy.»

COMENTARIO

Cumplir la voluntad de Dios

1.-El evangelista Lucas, al comienzo de su Evangelio, da una explicación de cuál ha sido su labor. Él, personalmente, aunque pudiese ser médico de san Pablo, no había conocido a Jesús de forma, digamos, directa, como sí lo habían conocido el resto de apóstoles. Ha estudiado la vida conocida de Jesús desde el principio y así nos lo transmite. Idea, entonces, de la misma, bien formada.

2.-Cumplir la voluntad de Dios era, sobre todo, la misión que tenía encomendada Jesús. No era un a modo de hacer lo que le pareciera con la ley del Creador sino, muy al contrario, y como dijera Él mismo, venir a darle plenitud o, lo que es lo mismo, a que se cumpliese ya que, por desgracia, no se estaba cumpliendo.

3.-Aunque no lo diga el texto sí podemos deducir de lo que hace Jesús que, sin duda alguna, había tenido algún tipo de formación porque, de otra manera, hubiera sido difícil que, como de costumbre (como dice el mismo Lucas) se dirigiera a la sinagoga a hacer algo que debía ser de su gusto: leer la Sagrada Escritura y, además, a enseñar.

4.-Lo que lee Jesús escrito por el naví Isaías no es poca cosa. Es más, venía a ser como lo que determinaba que había venido el Mesías esperado por el pueblo judío. Alguien que devolviera la vista a los ciegos y diera la libertad a los oprimidos sin duda alguna tenía que ser a Quien todos estaban esperando.

5.-Es de suponer que en otras ocasiones alguna persona de las que acudía a la sinagoga a leer los textos sagrados habría leído el mismo texto que acababa de proclamar aquel joven que volvía al lugar donde se había criado. Por tanto, también era seguro que todos entendían que se refería, expresamente, a la venida del Mesías.

6.-Entonces, Jesús, con unas pocas palabras, se presenta como el Mesías: “Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy”. Y se había cumplido en su persona que, entre aquellos sus contemporáneos, se presentaba como Quien era.

7.-Cumplir la Escritura no era otra cosa que hacer lo propio con la voluntad de Dios. Para eso había salido (en sus propias palabras) Jesús: los pobres esperaban la Buena Noticia y para ellos la traía; los cautivos querían ser liberados y para ellos la iba a hacer efectiva; los que no veían iba a ver y aquellos que eran oprimidos iban a ser liberados…

8.-Por eso todos aquellos que lo escucharon proclamar el texto de Isaías se fijaron, especialmente en él. No era un desconocido porque ya llevaba tiempo predicando y haciendo cosas extraordinarias y aunque, en realidad, no esperaban de él lo que venía a traer (así se deduce de Lc 4: 23-29) sí se sorprendieron al saber que era quien decía que era.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a comprender la verdad de la Escritura que Jesús vino a hacer cumplir.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalem