Opus Dei: "'Camino': el camino de la Fe - La santa discreción"

Serie “El Camino de la Fe”

El Camino de la Fe -29
Una santa discreción

De callar no te arrepentirás nunca: de hablar, muchas veces.
S. Josemaría
Camino, 639

Es cierto que la discreción es una virtud. Sin embargo, no siempre la ejercemos. Además, la misma, entendida según la espiritualidad del Opus Dei es algo más, una forma, quizá, mejor de comportarse como cristianos.

También puede pensarse, sin embargo, que es un obstáculo para relacionarse con los demás creyentes.

Lo que es discreción bien lo define S. Josemaría. Lo hace en el punto 641 de su “Camino”. Y dice que “Discreción no es misterio, ni secreteo. —Es, sencillamente, naturalidad”.

Y esto, dicho así, debería disipar muchas dudas acerca, por ejemplo, del sentido que de tal virtud se le da en la Obra porque no consiste la misma en callar lo que se es sino, muy al contrario, en demostrar que se es sin tener que alardear de lo que se es. Por eso no hay misterio alguno ni tampoco secreto sino justo comportamiento natural.

En realidad, no ejercer la discreción puede llevar, en muchas ocasiones, a pecar de poco humildes. Por eso dice (punto 648) que “Si callas lograrás más eficacia en tus empresas de apóstol —¡a cuántos se les va “la fuerza” por la boca!— y te evitarás muchos peligros de vanagloria”.

¿Cuántas veces, efectivamente, hemos querido aparentar más, espiritualmente, de lo que, en realidad, somos? A eso bien se le puede llamar irse la fuerza por la boca que es, exactamente, de donde sale lo que el corazón tiene de verdad.

En otras ocasiones, las más, determinada situación que nos produce enojo muy bien puede llevarnos por mal camino. Por eso recomienda, el santo aragonés (punto 656), “Calla siempre cuando sientas dentro de ti el bullir de la indignación. —Y esto, aunque estés justísimamente airado.—Porque, a pesar de tu discreción, en esos instantes siempre dices más de lo que quisieras”

Y esto porque es muy posible que se pueda decir que “Ha afilado tu lengua el despecho. ¡Calla!” (punto 654) y tal situación no es la mejor para, como se dice, sacar la lengua a pasear.

Por eso hemos de tener el silencio como oro precioso que nos inunde del espíritu. Y, además, considerar la importancia de que las cosas de Dios queden, en muchas ocasiones, en nuestro corazón: “No se puede ser raíz y copa, sino siendo savia, espíritu, cosa que va por dentro".—El amigo tuyo que escribió esas palabras sabía que eras noblemente ambicioso. —Y te enseñó el camino: la discreción, el sacrificio, ¡ir por dentro!”

Y es que en el punto 651 de “Camino” nos aconseja algo que ya practicara la Virgen María: guardar muchas cosas que nos pasan en nuestro corazón.

Por otra parte la página dedicada a las obras de S. Josemaria, en el apartado dedicado a “Camino”, y, en concreto, en el capítulo titulado ”Discreción” trata, precisamente, sobre el tema al que hoy nos referimos.

Ahora, lo que sigue, es lo que yo entiendo, como cristiano (no miembro del Opus Dei aunque creyente en su espiritualidad) al respecto:

1 La discreción no podemos confundirla con el silencio absoluto. Esto último es simple desidia.

2 Atiende a lo que es importante decir. Lo demás, sobra.

3 La excesiva verborrea, en un católico, es signo de falta de sentido común.

4 Ser reservado no es ser tímido. En la fe, a veces, es necesaria tal reserva.

5 Sé prudente. Es una forma Buena de ser discreto.

6 La discreción es una forma de manifestar sensatez en el comportamiento cristiano.

7 A veces no decir lo que piensas puede tener más valor que decirlo.

8 Tu fe te reclama, a veces, cierta contención.

9 Con discreción puedes hacer ver qué piensas en materia de fe. Sobra, entonces, el palabreo.

10 !A cuántos silencios no les debes la propia vida!

11 Dice el dicho que en boca cerrada no entran moscas. Pero tampoco salen inconveniencias espirituales.

12 A lo mejor te conviene hacer una cura de silencio. Prueba.

13 La voz del corazón se evoca mejor, a veces, con la discreción.

14 Ten cuidado. Si alguna vez te dicen “seamos discretos” seguramente lo quieren decir es “seamos lenguaraces”. Tienes que ser, como sabes, astuto como una serpiente.

15 Muchas veces la lengua corta más que un cuchillo.

16 Un prudente silencio puede ser la forma más prudente de proceder. Al menos, no producirá estragos en tu vida.

17 Callar no es ser cobarde sino, seguramente, la mejor forma de ser valiente.

18 Soportar el agravio es, seguro, muestra de gran fortaleza y no al contrario, de debilidad.

19 La discreción también puede ser una luz que te guíe. Al menos, no te hará tropezar.

20 Piensa, con franqueza, que aquello no lo deberías haber dicho. Entonces, recomiéndate más discreción la próxima vez.

Y contra la falta de discreción, lo siguiente:

“Si fueras más discreto no te lamentarías interiormente del mal sabor de boca que te hace sufrir después de muchas de tus conversaciones”

En este punto, el 646 de “Camino” deja claras muchas cosas S. Josemaría: es necesario ser discreto; la falta de discreción puede producir malestar espiritual y hacernos, así, mucho daño.

Otra cosa es que sigamos, o no, lo que dice el fundador del Opus Dei, claro.