La Palabra del Domingo - 13 de diciembre de 2009- Saber escuchar al profeta
Lc 3,10-18. ¿Qué hemos de hacer?
10 La gente le preguntaba: «Pues ¿qué debemos hacer?»
11 Y él les respondía: «El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer, que haga lo mismo.»
12 Vinieron también publicanos a bautizarse, y le dijeron: «Maestro, ¿qué debemos hacer?»
13 El les dijo: «No exijáis más de lo que os está fijado.»
14 Preguntáronle también unos soldados: «Y nosotros ¿qué debemos hacer?» El les dijo: «No hagáis extorsión a nadie, no hagáis denuncias falsas, y contentaos con vuestra soldada.»
15 Como el pueblo estaba a la espera, andaban todos pensando en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo; 16 respondió Juan a todos, diciendo: «Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. El os bautizará en Espíritu Santo y fuego. 17 En su mano tiene el bieldo para limpiar su era y recoger el trigo en su granero; pero la paja la quemará con fuego que no se apaga.» 18 Y, con otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Nueva.
COMENTARIO
3er Domingo de Adviento: El Bautista anuncia
1.- Como culminación de las maldades de Herodes, tetrarca de Galilea, éste, ante la acusación de Juan, hijo de Zacarías y de Isabel, sobre su ilícito matrimonio con Herodías, manda que lo prendan y sea encarcelado.
2.- Juan, antes de este infausto momento, predica. Su predicación, continuación de su presentación al mundo, a su siglo, con ese “enderezad sus sendas” (se refiere a las del Señor) y la dura acusación a los hipócritas, a los que llama raza de víboras (Lc 3,7) tiene un sentido, que en este texto del evangelista médico de Pablo, doble, porque dos cosas nos quiere decir.
3.- El profeta de lo ordinario
Juan, el Bautista, en la primera parte de este discurso, justo antes de clarificar quién es él y, sobre todo, quién vendrá, da una explicación, ante las preguntas que hacían, de cómo se debe actuar, de cuál ha de ser el comportamiento de sus discípulos.
Era una pregunta muy genérica eso de “¿qué debemos hacer?”. Sin embargo, a este Juan contesta de una forma muy específica. No se limita a dar un gran discurso moral que pudiera valer para todos, no hace que su predicación sea algo vacío sino que, al contrario, da a cada uno una respuesta.
Juan, el Bautista, tenía, por así decirlo, respuestas para todos. Pero ¿qué quiere decir el primo de Jesús, por qué contesta así?
Sabemos que, en nuestra vida, convivimos con personas diversas, distintas, con dignidad propia, que cada cual tiene unas relaciones particulares, un medio en el cual desarrolla su existencia. En esa vida, en ese convivir, en esos momentos en los que podemos manifestar un comportamiento que sea más o menos adecuado con lo que es un comportarse, después, y ahora, cristiano es cuando debemos hacerlo.
Para cada uno de los que le preguntan Juan tiene algo que decirle: para el que tiene dos túnicas, que reparta una, para el que tiene de comer, que reparta; también para quien sobre impuestos, que no abuse, etc. Esto lo dice como resultado, eso que ha de devenir, como resultado de esa conversión, digo, de ese bautizo que él ofrece. Cabía, por lo tanto, un cambio de actitud.
Pero lo que resulta más importante, a mi entender, es que viene a decir que en cada circunstancia, en la de cada cual (porque cada uno le pregunta según lo suyo), en la vida ordinaria de cada quien, debemos llevar una conducta acorde con esa voluntad de Dios, preguntándonos, antes de cada acción, qué querría Dios que hiciéramos. Ese profeta, Juan, es, por eso, profeta de lo ordinario, pues en su boca, a través de ella, nos comunica el qué para cada cual, sin formulismos de carácter absoluto, pues es evidente que cada uno estamos en el siglo y somos, por eso, seculares, de una forma distinta.
Pero Juan, viendo que podría, quizá, por sus palabras y sus hechos, confundirlo, con quien tenía que venir, con el Cristo esperado por el pueblo de Israel, no tiene más remedio que pronunciarse al respecto. Era, además de profeta de lo ordinario, profeta de la Verdad que llegaba.
4.- A este respecto, por muy importante que fuera decir a cada uno lo que tenía que hacer, aún tenía reservado un mensaje trascendente par el pueblo que lo escuchaba. Venía el Cristo, a quién él no era digno, en frase muy conocida, de desatarle la correa de sus sandalias. Para mí esta expresión, además de referirse a ese trabajo propio de sirvientes en aquella época, quiere decir lo que sigue: alguien se desata la correa de las sandalias cuando va a descansar de un camino hecho, para que descansen los pies que le han llevado por esa senda. Pues bien, ni siquiera Juan, con el camino que había recorrido, espiritualmente hablando, en su vida, podía ponerse a la altura de aquel que, sin haber, aún, recorrido, su camino, y el nuestro, entre la gente, ya había caminado bastante, mucho, pues venía de Dios, quien todo lo ve y quien, en su Reino, todo lo tiene ya andado.
Además, su bautizo, el de Juan, el de agua, el que perdona los pecados, no es nada comparado con el que trae Jesús porque es un bautismo de fuego, de Espíritu (recordemos Pentecostés y las lenguas de fuego) y con el que no sólo venía a perdonar los pecados sino que, además, cambiaría el corazón de piedra por otro de carne, más dado a la misericordia que al sacrificio (como dijo el propio Jesús).
Este mensaje era claro, diáfano, pues si él mismo había criticado a sus contemporáneos (como, por otra parte, habían hecho siempre los profetas) mucho más haría Jesús, en su predicación.
Para mí, Juan refiere, al decir eso de “fuego que no se apaga” a algo trágico. Lo trágico, para quien sea esa paja que se aparta de Dios, voluntariamente, es que ese resquemor que pueda sentir en su corazón no se apaga nunca, que siempre tenga, aunque no quiera, esa desazón, ese sentimiento de no haber hecho bien, lo correcto. Los demás, aquellos que, tras su conversión, tan necesaria entonces como ahora, ingresará, por así decirlo, en el “granero” de Dios porque habrá sido fruto bueno (unos el 30, otros el 40 y otros el 100%, como dice la parábola del sembrador).
Todo esto era, como dice el texto de Lucas, un anuncio de la “Buena Nueva”, de que Jesús estaba al llegar.
5.- A nosotros, ahora que tantos siglos después escuchamos estas palabras, ahora que nos refieren a nuestra vida ordinaria, a nuestro proceder diario, a nuestro vivir, se nos pide, también, el acogernos a María, Madre de Jesús y Madre nuestra que, entonces, mientras Jesús, si Hijo, acudía a Juan, como estaba escrito, guardaba todo aquello en su corazón.
ORACIÓN
Padre Dios; ayúdanos a no olvidar el anuncio de Juan el Bautista. Pero a no olvidarlo nunca.
Gracias, Señor, por poder transmitir esto
El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalem
12 comentarios
Que el PAN partido que comemos,nos haga formar cuerpo con CRISTO y nos haga sentir un sólo CUERPO con los hermanos....
La Torah era y es perfecta.Y lo que tiene de verdadero el Evangelio ya esta en la Torah.
La Torah es el lenguaje del alma.
Todos los profetas de la Escritura anuncian y esperan el Mesias en una enigmatica espera que dura hasta hoy.Cuando venga el Mesias todo el mundo se rendira a la evidencia y todos los misterios seran desvelados.
Todos los salmos son un anuncio del Mesias.
Salmos profeticos que Jesus no cumplio ni uno.
Cuando venga el Mesias,los cristianos tambien diran NO A JESUS.En ninguna parte de la Escritura figura que el Mesias vendra "dos veces".
El fantasma de las "dos venidas" demuestra la falsedad absoluta del cristianismo.
"Todos los profetas de la Escritura anuncian y esperan el Mesias en una enigmatica espera que dura hasta hoy.Cuando venga el Mesias todo el mundo se rendira a la evidencia y todos los misterios seran desvelados" (...)
Porqué no te espabilas y lees en las Escrituras qué y cómo escrito está: Que antes de que venga el Mesías, primero, habrá y vendrá un mensajero llamado Elías anunciando la venida del Mesías.
Y a tenor de esta lógica te preguntas:
-¿Hablará éste mensajero en nombre de Jesús el Mesías. O como Anticristo hablará en nombre los que dicen ser judíos, y no lo son sino que son hijos de los de la sinagoga de Satanás?
Y vino Juan el Bautista que como está escrito: En espíritu y poder de Elías, siendo más que profeta -que el profeta Elías- vino y no le creyeron.
Y Juan el Bautista que en espíritu es la herencia genética de Elías; y en poder es el verbo del profeta Elías. Lo mataron.
Y ni los judiós de antaño, ni los cristianos de hoy creen que el espiritu y el poder de Elías haya llegado anunciando la segunda venida del Mesías.
Sí, pero así dicho la Torah queda expuesta a las subjetividades de cada uno o a la objetividad brutal de un estado que la mantiene, como en el antiguo Israel.
La cuestión es que te olvidas un poco, demasiado a mi parecer, de que los libros históricos de la Biblia y los profetas se dedican casi en exclusiva a demole con la palabra al pueblo infiel.
La Torah es perfecta, pero el pueblo siempre es infiel y siempre merece la reprobación, con Torah y sin Torah. La Torah no salva, sólo aumenta la condenación porque pone de manifiesto el pecado. Y es doble pecado cuando se peca con conciencia que sin ella.
La Torah está escrita en piedra, por eso Dios reescribió la Torah, sin que falte un punto de una i, en carne.
La santa Torah prefigura a la Torah VIVA, a Cristo, que es, que era y que viene.
Tienes razón en casi todo, Carlo, excepto en una cosa: en llamarte cristiano.
De manos de MARÍA, nos disponemos en el Adviento y en este año MARIANO para acoger al " ENMANUEL " al DIOS-CON -NOSOTROS que nos nace en la NAVIDAD.
MARÍA es ademas la MADRE DE LA ESPERANZA, porque creyó en las palabras del ÁNGEL Y porque esperó en el cumplimiento de su promesa.
MARÍA es la MADRE DE LA ESPERANZA porque es la MADRE DE JESUS. VERDADERO DIOS Y VERDADERO HOMBRE,...NUESTRA ESPERANZA.
JESUCRISTO YA HA TRAIDO LA PLENITUD DE LA VIDA EN DIOS a los hombres y nos emplaza a recibirlo con FE Y a mantenernos fieles y firmes en la FE "hasta que EL vuelva.
a carlo
EL SALVADOR JESUS ,con su nacimiento en BELEN,ha iniciado ya, el mundo nuevo, la VIDA NUEVA DEL HOMBRE EN DIOS :en EL se realizan las promesas de DIOS y las esperanzas humanas......DIOS ENVIO A SU HIJO PARA REDIMIR A TODA LA HUMANIDAD.-
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