¿Debería hacer caso la Iglesia católica a “El País”?

A grandes males, grandes remedios” Eso dice el dicho.

Sin embargo, en determinados casos, los grandes remedios son, más que nada, grandes simplezas.

Además, siempre hay que tener en cuenta quién es quien proporciona soluciones a determinadas situaciones. Sobre todo por si quien las ofrece lo hace con intenciones malsanas o impresentables.

Eso es lo que ha pasado con “artículo-consejo-envenado” publicado en el diario laicista y proabortista El País”, donde Juan G. Bedoya ha procedido a sembrar cizaña sin saber, a lo mejor, que su semilla, por podrida, nunca podrá germinar siquiera como tan mala hierba entre buena cosecha.

Hay formas más o menos buenas de llevar el agua al molino de uno. Sin embargo, Bedoya, poniéndose la venda antes de tener la herida dice, para justificar su tesis, que “Benedicto XVI lo ha proclamado Año Sacerdotal para buscar una solución a la imparable crisis de vocaciones

Esto es, simplemente, falso. Se demuestra la falsedad de lo dicho cuando se lee, precisamente, la Carta para la convocación del Año Sacerdotal. Allí se habla de la importancia del presbiterado, del ejemplo que supone, para el mismo, el Santo Cura de Ars y realidades espirituales que, al parecer, no entiende JG Bedoya.

No es, precisamente, la causa principal de tal Año Sacerdotal que existan pocas vocaciones.

Por tanto, lo que sigue al planteamiento de la supuesta causa del Año Sacerdotal, es todo una serie de propuestas que carecen de sentido y tienen, por eso mismo, los pies de barro.

¿Qué es lo que se propone para dar solución a la crisis de vocaciones que, sin duda, sufre la Iglesia católica?

Lo que dice Bedoya es que lo mejor es promover, entre los católicos la conciencia de que se sumen, a los trabajadores de la mies del Señor, el mayor número de creyentes o que, por ejemplo, que se trate de aumentar la conciencia del papel importante que desarrollan los sacerdotes y así se incremente el número de seminaristas.

Pues no. Eso no ha sido sino que se ha desviado por la senda fácil de la provocación.

Al parecer lo mejor que puede hacer la Iglesia católica es aceptar dos posibilidades que son, simplemente, imposibles de aceptar: la ordenación de mujeres o el permitir que los sacerdotes abracen otro sacramento como es el del matrimonio.

En cuanto a lo segundo pone como ejemplo de la defensa del, digamos, doble sacramento, al cardenal emérito de Milán, el jesuita Carlo María Martini. Como ya sabemos qué es lo que piensa el susodicho cardenal al respecto de muchos aspectos de la Iglesia católica, tendremos lo dicho por Bedoya como una propuesta ocurrente pero que, en realidad, no solucionaría nada sino, en todo caso, produciría una dispersión en la vida del sacerdote que no es posible admitir.

En cuanto a lo primero, es muy conocido que, por ejemplo, parte del anglicanismo ha aceptado la ordenación de mujeres. Incluso han podido a llegar a ser obispos y en Alemania altas jerifaltes de alguna denominación protestante.

Sin embargo, vuelve a apoyarse, para la defensa de su peregrina idea, en personas cuya teología (al menos por pertenencia a asociación teológica) dista mucho de ser ortodoxa.

Así, cuando se pone de ejemplo, a alguien que, perteneciendo a la Asociación de Teólogos Juan XXIII, ha elaborado un estudio titulado “La presencia de las mujeres en la Iglesia católica española” (Margarita Pintos) permitirá que dudemos sobre la idoneidad de tal propuesta. No es por desconfiar sino, simplemente, por experiencia.

Además, pone como argumento que defiende su propuesta, nada más y nada menos que las mujeres son “inmensa mayoría en la Iglesia romana”.

Pero eso no parece, digamos, una prueba que sea demasiado fuerte porque las mayorías no han de determinar la situación, siempre, de las cosas que pasan. Aunque comprendo que el sentido torcido que tienen algunos de la igualdad les provoca tales desmanes mentales.

Por cierto, se le ha olvidado decir a JG Bedoya que también pueda permitirse la ordenación de homosexuales.

¡Es que no se puede estar en todo!

Por cierto, dice, justo al comenzar el artículo que El rebaño se está quedando sin pastores”. Pero los pastores no acudirán a cuidar el rebaño aceptando cualquier tipo de pastor.

Otro por cierto.

Habla, también, Bedoya, de curas obreros y de curas rojos.
Yo creo, de verdad, que ante propuestas de tal jaez siempre se pueden oponer la doctrina, el Magisterio y la Tradición de la Iglesia católica aunque bien sepamos que a según qué tipo de personas eso les importa poco o, más bien, nada.

12 comentarios

  
Esteban
Al parecer lo mejor que puede hacer la Iglesia católica es aceptar dos posibilidades que son, simplemente, imposibles de aceptar

Porque es imposible aceptar el matrimonio de los sacerdotes?, expliquelo señor Eleuterio
07/12/09 4:04 AM
  
pollito
La Iglesia no debe hacer ningún caso de lo que diga "El País"... por la simple razón de que "El País" odia a la Iglesia y desea su desaparición. Es que no hay que darle más vueltas a la cosa. Cuando habla de la Iglesia, "El País" respira por la herida; a la derecha incluso a veces le ha dado coba cuando estaba en el poder; a la Iglesia, no, nunca, ni agua, porque representa todo lo que detestan: el recordatorio permanente de que Dios existe, y por tanto la ley natural y por tanto la moral sexual... ¡y hasta ahí podríamos llegar!
07/12/09 6:52 AM
  
Eleuterio
Esteban

Yo creo que no se puede aceptar el matrimonio de los sacerdotes (al menos en origen y, al menos, en la Iglesia católica), simplemente, porque es de doctrina, de Magisterio y de Tradición.

Sí, ha sé que se puede decir, teniendo toda razón en tal forma de argumentar, que es una forma muy fácil, la mía, de defender una idea. Sin embargo, como católico yo creo que, al respecto poco tengo que decir cuando ha quedado, más que claro, que el matrimonio de los sacerdotes (al menos en origen, al menos en la Iglesia católica) no es posible.

Por eso creo que es una salida demasiado fácil decir que, como no hay pastores, pues que no pasaría nada si se aceptase que el sacerdote se casase. Pues yo sí creo que pasaría algo: se tergiversaría el sentido mismo del sacerdocio. Si yo, como laico casado me veo en la imposibilidad (por ocupación del tiempo en la familia) de llevar a cabo la impagable labor del sacerdote... no sé cómo es posible hacer lo contrario. Y, eso, por experiencia propia, es, simplemente, innegable.

También sé que se puede decir que, efectivamente, dentro de la misma Iglesia católica hay sacerdotes casados y que los hay, con toda "normalidad" dentro de otras, digamos, variantes, del cristianismo. Pues yo a eso nada puedo objetar aunque sigo creyendo que resulta, de todo punto, difícil, compaginar la vida matrimonial con la vida sacerdotal. Y para decir eso no me tengo que acoger (cosa que es y así lo comprendo, fácil) a ninguna doctrina ni a ninguna Tradición ni a ningún Magisterio... me basta con mi vida de creyente casado con dos hijos. Y es más que suficiente.
07/12/09 6:53 AM
  
Eleuterio
pollito

Veo, con alegría, que Ud. ha sabido comprender, a la perfección, lo que he querido decir y la respuesta a la pregunta que da título al artículo.
07/12/09 6:55 AM
  
Joaquín
Ciertamente es posible ordenar sacerdotes casados. Pero... hacerlo sería llevarle la contraria al Señor (que elogiaba a los que se hacían eunucos por el reino de los cielos) y a San Pablo (que elogiaba el celibato y de hecho era célibe).
No olvidemos esto: de los 12 apóstoles, el único que sabemos SEGURO que estuvo casado fue Pedro. Y sin embargo su mujer no es mencionada por ninguna parte. Así que es posible que estuviera hasta viudo cuando el Señor le llamó.
07/12/09 8:59 AM
  
Eleuterio
Joaquín

Pero, ya sabemos que, para los progres,las mayorías sólo son importantes cuando sirven a sus intereses.
07/12/09 9:27 AM
  
rastri
Por cierto, dice, justo al comenzar el artículo que “El rebaño se está quedando sin pastores”. Pero los pastores no acudirán a cuidar el rebaño aceptando cualquier tipo de pastor.

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Claro que también hay que reconocer que a menor rebaño, menos pastores corresponde.
Pues ya es hora de pensar que la CANTIDAD DEMOCRÁTICA DE LA LEY DEL MUNDO, nunca suplirá convenientmente a la CALIDAD TEOCRÁTICA DE LA lEY DE DIOS.

Y aquí por lo que fuera profetizado, y cómo: -"Muchos serán los llamados y pocos los escogidos". Máxime cuando éstos por interés personal de conocer la Verdad, ya son avisados.


No creo que la Iglesia deba prestar atención al diario "El Pais". Pues éste huele tanto a cuerno quemado como el "pais" huele. Hasta que la España, que es más que "El Pais del actual pais" avente sus verdeazules moscas.
07/12/09 11:20 AM
  
Eleuterio
rastri

Yo tengo bastante claro que la democracia nunca suplirá a la Ley de Dios porque ésta es anterior y superior a aquella.
07/12/09 11:28 AM
  
pepe
La Misión de los sacerdotes no es la de llenar las iglesias.-Es predicar con su palabra, su vida y su ejemplo la palabra de Dios, llegada del Evangelio y de la Tradición, a través de la Iglesia. El hombre es libre para aceptar o no esa PALABRA.-Jesús murió sólo en la Cruz, ninguno de los que le aclamaban el Domingo de Ramos estaba a su lado al morir
07/12/09 2:21 PM
  
Eleuterio
pepe

Pues estoy muy de acuerdo con Ud.
07/12/09 2:33 PM
  
Esteban
Yo creo que no se puede aceptar el matrimonio de los sacerdotes (al menos en origen y, al menos, en la Iglesia católica), simplemente, porque es de doctrina, de Magisterio y de Tradición.

No es cierto señor, es una práctica que solo se generalizó hasta el siglo XVI, el celibato sacerdotal obligatorio no es ni de doctrina, ni de Magisterio ni de Tradición

Joaquin: Basta de fundamentar la mitología cristiana, con excusas seudohistóricas, todos los apostoles estuvieron casados, salvo San Pablo y quizás San Juan, lo dice San Pablo en sus cartas, y no solo eso, San Pablo dice que los obispos y presbiteros deben ser casados, falsear la historia y mentir no va a fundamentar una disciplina adoptada en el final del medievo y que no fue realmente aplicada sino hasta después del concilio de Trento
08/12/09 12:34 AM
  
Gallego
pero si esto del celibato ya lo hemos hablado otras veces, Eleuterio.

Y allí reconoció que había curas casados dentro de la Iglesia y que era una cuestión revisable, no inmutable.

Y ahora dice que no. En fin, a veces parece usted Zapatero, que da la razón a todo el mundo, sin darse cuenta que no se puede mantener una postura y la contraria a la vez.
09/12/09 12:18 PM

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