La Palabra del Domingo - 6 de septiembre de 2009 - El tiempo se ha cumplido

Mc 7, 31-37. Hace oír a los sordos y hablar a los mudos.

31 Se marchó de la región de Tiro y vino de nuevo, por Sidón, al mar de Galilea, atravesando la Decápolis.
32 Le presentan un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le ruegan imponga la mano sobre él. 33 El, apartándole de la gente, a solas, le metió sus dedos en los oídos y con su saliva le tocó la lengua.
34 Y, levantando los ojos al cielo, dio un gemido, y le dijo: “Effatá, ”que quiere decir: “¡Abrete!” 35 Se abrieron sus oídos y, al instante, se soltó la atadura de su lengua y hablaba correctamente.
36 Jesús les mandó que a nadie se lo contaran. Pero cuanto más se lo prohibía, tanto más ellos lo publicaban. 37 Y se maravillaban sobremanera y decían “Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos”.

COMENTARIO

Curó con Su Palabra

1.-Lo que Jesús hizo con aquel sordo no era, sino, la confirmación de lo que ya se había escrito, referido al Mesías, en el Antiguo Testamento. Es decir, que lo que así se hacía era confirmar que era quien decía que era.

2.-Cuando el profeta Isaías escribía (Is 35: 5) que “Entonces se despegarán los ojos de los ciegos, y las orejas de los sordos se abrirán…” lo hacía, seguramente, con una actitud profética o, lo que es lo mismo, para que, cuando llegara el momento, se supiera que el Mesías había sido enviado por Dios. Por eso cuando los enviados de Juan el Bautista le preguntan, a Jesús, si es Él el Enviado, el Hijo de Dios les dice que le digan a quien los envía eso de que los ciegos, ven y los sordos, oyen, porque era el síntoma claro de que el Mesías sí era él.

3.-En este texto del Evangelio de Marcos, varias cosas hay que tener en cuenta: la oración de Jesús y la voluntad de ser humilde.

4.-Jesús mira al cielo. Seguramente lo hace para orar a Su Padre y pedirle que curara a aquel enfermo que tanto necesitaba de la ayuda divina. Pide, primero; hace, después, en una demostración de que de la oración a Dios siempre se obtienen buenos frutos.

5.-El poder de Dios está, completo, en Cristo (que es Dios hecho hombre) Por eso, siendo así, la humildad que muestra el Hijo del Hombre vale la pena destacarla para que, además, nos sirva de ejemplo.

6.-En dos ocasiones muestra Cristo tal virtud en grado sumo: en primer lugar cuando aparta al sordo de la multitud para que nadie vea lo que hace y, luego, cuando les dice que no digan a nadie.

Fuera por una razón o por otra, Jesús no pretende que, al ver tal signo del poder de Dios (otra cosa no era) se le vanaglorie. En realidad, había venido, sobre todo, a salvar (en todos los sentidos) a aquellas personas que se encontraban muy debajo en la escala social: pobres, enfermos…

7.-Y, sin embargo, era imposible, humanamente hablando, que quien había estado privado, nada más y nada menos, que del habla por estar sordo (es decir, era sordo y, además, en este caso, casi mudo) pudiera sucumbir a la idea de no decir lo que le había pasado. A todos, creo yo, nos pasaría lo mismo porque proclamar Quién había hecho tal milagro no era cosa para callarse sino, muy al contrario, para dar gloria a Dios por lo recibido.

8.-Como en tantas otras ocasiones, Jesús tiene muy en cuenta la fe de aquellos que se dirigen a Él. El Hijo de Dios reconoce amor en aquellos que le acercan a aquella persona que no oía y hablaba, seguramente, mal. No podía hacer otra cosa: el amor con amor se paga.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a tener la suficiente fe como para pedirte por aquellas necesidades que puedan tener nuestros hermanos y que así escuches nuestra súplica.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalem.