Hipócritas
Fue hace unos días y sucedió en un andén del metro de Barcelona: un desconocido propinó un codazo y luego una bofetada a una muchacha sin mediar motivo alguno. Un hecho de violencia gratuita, y por desgracia demasiado frecuente en nuestros días de agresividad verbal y física cotidianas.
No obstante, la noticia saltó a los medios de comunicación de toda España. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que la víctima era una chica afecta de síndrome de Down. Llamó llorosa a su madre, y esta puso la denuncia y avisó a los medios de comunicación. Todos se hacen eco, de la investigación que ha puesto en marcha de inmediato la policía autonómica catalana, y de la indignación de Jordi Jané, consejero de interior de Cataluña, afirmando todos ellos que hallarán al culpable y lo castigarán. En las redes sociales la repulsa por este abuso a una persona discapacitada ha sido unánime.
Pueden verse resúmenes de la noticia y las reacciones de condena en los principales diarios del país: en Barcelona, la Vanguardia y el Periódico de Cataluña. A nivel nacional, El País (de PRISA), El Mundo (de Unidad Editorial) y ABC (de Grupo Correo). Igualmente, los grupos propietarios de las dos grandes televisiones privadas: Atresmedia (Antena 3, la Sexta, etc) y Mediaset (La Cuatro, Telecinco, etc), así como la segunda agencia española por importancia, Europa press. E infinidad de medios locales o regionales, tanto en papel como en red.
Desde 1986 la legislación española permite a las madres acabar con la vida de sus hijos antes de que nazcan por diversos supuestos. Entre ellos, la presencia de una “enfermedad fetal grave” permite hacerlo hasta el último momento de la gestación. Y, ¡oh sorpresa! el síndrome de Down es uno de ellos. La modificación de la ley del aborto de 2005 convirtió al infanticidio de un “delito despenalizado” en un derecho.
¿Hace falta que diga que todos y cada uno de los grandes medios de comunicación de este país ha apoyado la ley del aborto libre y a sus impulsores políticos cada vez que se ha cuestionado su abolición o al menos reforma, y ha silenciado, ridiculizado o criticado a quienes se oponían? Gracias a las presiones políticas apoyadas por esos mismos medios de comunicación, y a las decisiones judiciales derivadas de ellas, desde hace muchos años en España la mayoría de los médicos (con la autoridad técnica que ello conlleva) aconsejan a las gestantes de niños con síndrome de Down que los maten antes de que nazcan, llegando a presionarlas, y obligándoles a que firmen un documento legal por el cual se consideran informadas de lo que “van a hacer”, descargando al galeno de cualquier responsabilidad civil o penal. Un documento legal similar al que se obligaría a firmar a un enfermo de cáncer que rechazara un tratamiento. Imagínese cuál es la situación para esa madre, ya llena de dudas por la misma maternidad (sobre todo si es primeriza) y el desconocimiento de la enfermedad que padece su hijo. Se trata de un auténtico empleo del abuso psicológico y el terror social.
Por ese medio se ha envenenado a toda una sociedad, y se la ha corrompido hasta el tuétano de sus principios más básicos (el amor de una madre por su hijo), con la consecuencia de que el 95% de los niños con síndrome de Down son asesinados antes de nacer en nuestro país. Gracias a iniciativas políticas muy concretas de todos los partidos que hoy están en el parlamento (incluyendo el partido del señor Jané) y de casi todos los medios de comunicación que las han apoyado. Los mismos que condenaron la reforma a la ley (ya tímida de por sí) que intentó el ministro Gallardón en 2014, y que fue tumbada por su propio partido tras una campaña furibunda de esos medios. En ese proyecto, el síndrome de Down era excluido de la lista de enfermedades que permitían el aborto legal.
Una chica de 23 años en el andén de una estación, con un teléfono móvil que sabe utilizar, esperando tomar el tren metropolitano. Algo normal, salvo que se trata de una afecta de síndrome de Down, una terrible tara que por lo visto obliga a inducir a los padres a que la maten antes de nacer o “afronten las consecuencias” documento legal por medio, según la mecánica infernal del aborto eugenésico en nuestro país.
A esta chica, el dolor y la humillación se le pasarán, y podrá llevar una vida normal, amada y acogida por sus seres queridos. La indignación de los medios, que podrán continuar con su pose de defensa de los más débiles se evaporará. Ha habido y habrá nuevas campañas a favor de los niños con síndrome de Down, maratones solidarios, calendarios, ferias y todo tipo de eventos, donde asistirán a hacerse la foto políticos y famosos, apoyados y magnificados por los grandes medios de comunicación.
Los mismos que han apoyado la actual ley del aborto y han combatido cualquier intento de abolición o al menos restricción, tildando a sus promotores de reaccionarios, machistas o ultracatólicos. Los que han conseguido que 95 de cada 100 muchachos con síndrome de Down en España jamás lleguen a estar en un andén de estación, esperando a que llegue un tren para hacer una vida normal.
Hipócritas.
11 comentarios
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LA
Esta moneda no tiene más caras. El homicidio premeditado de un inocente es siempre ilícito y grave pecado (mortal). La aceptación social del aborto, promovida por los medios a los que critico en el artículo, podrá fungir de atenuante en algunos casos, que habrá que valorar uno por uno, pero no modifican la ilicitud radical del acto en sí.
Nada tiene que ver eso con el tipo de medidas pasivas que un estado adopte para evitar la violación de las leyes de inmigración, que podrán ser discutibles, pero que entran dentro de sus atribuciones y que, en ningún caso, se catalogan de homicidio voluntario.
Lo hipócrita es equiparar ambos ejemplos
Saludos.
También debo decir que el que agredió a la chica con sindrome de Down es probable que sea un discapacitado psíquico o que estuviese bajo los efectos de alguna sustancia.
Yo lo hubiera titulado "Cobardes prostituidos" o "Los falsos aspavientos de la canalla infame"
Las personas a las que groseramente calificamos De "Síndrome de Down" me parecen lo más parecido a un eslabón imaginario entre el hombre y el ángel.
Que un albañil violento y alcohólico, un economista, (y sobre todo) un político con su limitadísima capacidad intelectual decidan que vidas deseadas por Dios no pueden desarrollarse, es una atrocidad que ofende a las estrellas.
¡Cuidado, chicos! Los destrozos que ocasionéis tendréis que pagarlos.
Muy caros.
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LA
¿Dejar que una madre decida o no si matar a su propio hijo? ¿De qué me está usted hablando?
"Las personas a las que groseramente calificamos de 'Síndrome de Down' me parecen lo más parecido a un eslabón imaginario entre el hombre y el ángel".
Capitán, ¡qué gran frase! Nunca me había planteado algo así pero me dejó pensando, y eso nunca es malo. Enhorabuena, me la quedo; aunque el copyright es suyo.
Un saludo
Si los hombres se embarazaran, sería más fácil castigar el aborto con cárcel, castración o pena de muerte.
Pero a la gente actual no le gusta la idea de aplicar esos castigos a las mujeres.
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LA
Si los hombres se embarazaran, serían mujeres, porque esa es la principal, diferencia entre ambos sexos, y todas las demás son derivadas de aquella.
El aborto libre se ha convertido en un fetiche (a estas alturas ya claramente acientífico e irracional) del feminismo/ideología de género, porque es clave para "empoderar" a las mujeres con respecto a su autonomía, y de ese modo convertirse en "hombres". Los hombres pueden autodeterminarse completamente del resto de la humanidad (supuesto perfecto en la ideología liberal-modernista), pero las mujeres tienen unos hijos que, durante su minoría de edad, dependen de ella, por lo que coartan su "autonomía". Poder matarlos a voluntad antes de que nazcan sólo es el paso previo a que puedan matarlos a voluntad cuando sea.
Saludos.
Si una persona con SdD es indistinguible de cualquier otra, también lo es un transexual, unos siameses, una niña pájaro o un hombre-elefante. Todos ellos llenos de amor y sin ninguna discapacidad. La hipocresía alcanza cuotas cada vez mayores cuando se afirma que la bondad o maldad depende de una enfermedad y se justifica cualquier violencia para el que no piense así. Si le hubiesen partido la cara en el metro a una muchacha normal no lo hubieran publicado. O cuando lo hicieron con Mariano Rajoy apenas hubo reacción.
Se utiliza a los SdD para redimir los pecados de una sociedad cuya agresividad y violencia tiene su mejor expresión en el aborto. El mismo sentimiento hacia los Down es el que justifica, en la mayoría de los casos, el aborto eugenésico.
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