Un Héroe de las Misiones: el Dr. Jesús María Sanz Sacristán

Acabamos de llegar al África Oriental, donde estamos fundando una nueva Misión. Hace unos días tuvimos el privilegio de pasar por la Madre Patria, donde tuvimos la dicha de visitar a nuestro gran amigo, el Dr. Jesús María Sanz Sacristán. Pudimos hablar mucho tiempo con él. Sólo hablamos de Dios. También, estaba su esposa, firme al pie de la cruz, acompañando a su marido, en su via crucis, en sus días finales, en su heroica agonía.

El Dr. Sanz o, más sencillamente, Jesús, padeció un calvario de más de seis años (los dos últimos fueron terribles): el calvario del cáncer. Lo sobrellevó heroicamente: tanto en el momento en el que esperaba el diagnóstico como en sus días finales. Él ofreció su cáncer por la salvación de las almas y, de modo especial, por las Misiones.

En efecto, el 25 de julio de 2018, Fiesta del Patrón Santiago, publicamos en este blog el testimonio mandado por Jesús, en el cual ofrecía su cruz a Dios por las misiones y se disponía a sufrir el cáncer si así Dios lo disponía. Jesús pasó su enfermedad consolando a los demás. Fue un ejemplo de olvido de sí mismo. Siempre se empezó en guiar a su familia hacia el Cielo. 

Jesús, haciendo honor a su nombre, perseveró en sus heroicas disposiciones sobrenaturales hasta su muerte. Hoy Dios se lo llevó. Nosotros, llevados de nuestro amor hacia él y de la necesidad que hay de médicos realmente católicos, hicimos todo lo posible para retenerlo (y para eso le rezamos a la Beata Catalina), pero Dios se empeñó en llevárselo al Paraíso, donde todo es gozo y no se conoce el dolor. 

Jesús perseveró en sus heroicas disposiciones sobrenaturales hasta su muerte. Quizá la mejor prueba innegable de ésto es la entrevista presencial que le hice hace unos días, mientras él padecía su pasión en el lecho del hospital. Ante mi pregunta, él me autorizó a publicarla en las redes.

El diálogo (cuyo video tenemos en nuestro teléfono) fue simple pero sus respuestas fueron heroicas y llenas de espíritu de fe:

- Hola Jesús, buenas noches, ¿cómo andas?

- Bien

- ¡Qué bien!

(…)

- Jesús, y… ¿qué es lo que tienes?

- Un cáncer extendido de colón, que me está consumiendo.

- ¿En qué etapa estás?

- Pues avanzada. En estadío 4.

- ¿En paliativos?

- Bueno, todavía no he entrado, pero sí voy a entrar.

- Jesús y…, ¿tú amas a Dios?

- Sí, claro.

- Y tú, ¿ofreces tu dolor?

- Sí.

- ¿A quién se lo ofreces?

- A Dios.

- ¿Y por qué se lo ofreces?

- Porque creo que Él tiene derecho a que le ofrezca mi dolor. 

- ¿Se lo ofreces por la salvación de las almas?

- Sí, claro. 

- ¿Ofreces tu dolor para acompañar a Jesús en Su Pasión?

- Sí, también.

- ¿Y qué mensajes tienes para todos aquellos enfermos que todavía no conocen a Jesús?

- Pues ojalá le conociesen y le ayude a quitar parte del sufrimiento y del dolor aunque siga siendo igualmente duro.

- Jesús, ¿y el dolor tiene sentido?

- Pues yo creo que sí. 

- ¿Qué sentido tiene?

- Pues purificarte, mejorar para camino al Cielo, pero es duro.

- Jesús, ¿y la Pasión de Cristo fue dura?

- Fue muy dura.

- ¿Más dura que nuestro dolor?

- Mucho más dura. 

- Jesús y… después de esta vida, ¿hay algo?

- Pues hay otra vida, eterna.

- ¿Y cómo es la otra vida? ¿Qué es lo que sabes?

- Que es para siempre; que si hemos hecho el bien, iremos a gozar de Dios.

- ¡Qué bueno! Y ¿qué es mejor? ¿La vida en el cielo o en la tierra?

- En el Cielo. 

- ¡Ah que bueno! ¡Ah, qué bueno! Entonces, ¿estamos de paso acá en esta tierra?

- Sí.

- Gracias Jesús.

- A Usted.

Luego, no pudo seguir hablando ya que su fatiga era extrema. Nos despedimos y nos fuimos.

Su esposa nos comentó que cuando entró en paliativos, él dijo: “Es la Voluntad de Dios. La acepto". 

Unos amigos de Madrid me informaron hoy del fallecimiento de Jesús. Me llenó de pena, al mismo tiempo que me ví más movido a rezarle que a rezar por su alma. Le pedí por las Misiones, que él llevaba en el corazón. Él había adoptado una tribu de de la lista de pueblos paganos: la etnia Kri. Recuerdo que, hace unos días, mientras él se estaba muriendo, él me dijo que él rezaba por la tribu Kri. Lo tenía muy presente. Él rezaba y se sacrificaba para que los Kri conozcan a Jesús, se conviertan y se salven eternamente. 

Murió el Día del Señor, con la unción y el santo escapulario. Murió siendo congregante mariano. 

Se fue un héroe. Un héroe de las Misiones. Un médico católico, padre de familia ejemplar y esposo cristianísimo. 

Se fue un héroe, un apóstol, un arquetipo y un amigo.

Agrego algo más: hoy, en la mesa, le conté de Jesús al Vicario General de la Diócesis de Karonga -donde estoy misionando. Le mostré el video y le dije que falleció hoy. El Vicario me respondió: “es un Santo".

Adiós Jesús. Nos vemos en el Paraíso. 

Padre Federico

Misionero en Malawi

PD: abajo, transcribo, nuevamente, el emblemático testimonio que Jesús escribió hace casi tres años, cuando aún no sabía si tenía o no un cáncer y esaba esperando el diagnóstico. 

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Testimonio publicado el 25/7/18 en Infocatólica (https://www.infocatolica.com/blog/maradentro.php/1807250412-compartir-la-cruz-de-cristo)

Me llamo Jesús María Sanz Sacristán, tengo 56 años y soy médico de familia (médico de cabecera) en Madrid (España).

Quiero dar mi testimonio en mi enfermedad actual. Lo primero de todo es que es muy difícil ser a la vez médico y enfermo. Es difícil ante enfermedades graves porque sabes muchas veces cómo van a evolucionar.

Hace 3 años y medio tuve un cáncer de cólon cogido a tiempo de un modo casual. Se detectó tras una analítica con pequeñas alteraciones. Siguiendo los protocolos médicos me hicieron cirugía y luego, por haber roto un poco la pared intestinal, recibí durante 6 meses 12 ciclos de quimioterapia.

Así seguí controles cada 3 meses hasta los 3 años de haber empezado la enfermedad.

Todo iba bien.

A los 3 años me quitaron un reservorio subcutáneo que me habían puesto en el lado derecho del tórax al ir todo bien. Las revisiones iban a ser cada 6 meses. Pero al ir saliendo pequeñas alteraciones en las pruebas de imagen, tuvieron que seguir haciendo revisiones cada 2-3 meses.

Desde mediados de junio he empezado con dolor abdominal en la zona derecha del hígado. Además, las pruebas de imagen muestran lo que llamamos lesiones ocupantes de espacio (LOES) que, al principio, no estaban y que podrían ser lesiones infecciosas-inflamatorias o cancerígenas, junto a otras alteraciones que no estaban claras: alteraciones en la vía biliar intrahepática, líquido libre, etc.

Hace 3.5 años, cuando surgió el cáncer, me agarré a Dios, y sufrí con Cristo todo el proceso, muchas veces duro. Recibí en aquel momento el Sacramento de la Unción de Enfermos, que me ayudó en el alma y en el cuerpo.

La situación actual es, desde hace semanas, de más incertidumbre pues, al no saberse si son lesiones infecciosas o cancerígenas y al seguir con dolor contínuo desde hace 3 semanas, probablemente me tengan que someter a una cirugía que me quite algún segmento del hígado y tratar de encontrar la causa. A pesar de una dosis alta de varios antibióticos, no se quita el dolor.

He estado a punto de ingresar en el hospital en algunas ocasiones y tras la última prueba (una resonancia magnética y colangiorresonancia) se acelerarán las decisiones.

Como médico y como cristiano he decidido volver a aceptar el dolor, como si fuese la cruz de Cristo, y aplicar ese dolor por las misiones, por mi familia, amigos y personas que lo necesitan. En concreto, hay pueblos a los que nunca llegó la Fe de la Iglesia y quiero ayudar a que llegue.

Lo que quiero es curarme y obedezco lo mejor que puedo a mis compañeros. He recibido los Sacramentos de la Unción de Enfermos y la Comunión. Quiero curarme, pero, sobre todo, quiero hacer la voluntad de Dios. Mi cuerpo nos pertenece a Él y a mí, y es el vehículo que me ha dado para llegar al cielo.

Todo lo anterior no me quita el dolor, tengo menos fuerzas y me siento frágil y débil. Pero, como decía San Pablo, cuando soy débil entonces soy fuerte (porque es Jesucristo el que me lleva).

No sé qué saldrá para mi salud de todo esto; solo sé que me está haciendo un gran bien a mi alma, a pesar del sufrimiento del cuerpo y la mente. El buen Padre Dios nos ama y desea para nosotros lo mejor.

Sufrir la incertidumbre durante algunas semanas a pesar de los mejores medios y hospitales, nos lleva a entender y comprender mejor a nuestros pacientes y a hacernos pacientes. En la Misa del último domingo (preciosa) se hablaba de que Dios no introdujo la muerte, sino que esta entró por el mal y también que tener Fe nos ayuda, si Dios quiere, a curarnos, como hace con personas muy enfermas a las que cura cuando están muy cerca de la muerte.

Si eres médico o paciente, solo puedo decirte que el dolor tiene sentido; (…) tenemos un Padre que aceptó el dolor de su Hijo en la Cruz y que nos pide que le ayudemos a completar su obra para bien de todos nuestros hermanos.

Atentamente, 

                            Jesús Mª Sanz

                            Médico de familia. Madrid. España.

2 comentarios

  
Juan Carlos Villaverde Rico
Soy otro médico de familia, jubilado desde hace unos años.He ejercido mis últimos veinte años en Vigo.
Hace dos años me diagnosticaron cáncer de próstata mediante biopsia. Y, antes de operarme y pautarme tratamiento alguno, se acordó repetir la biopsia, más exhaustiva, antes de tres meses.
Al mes del diagnóstico, me fui a Lourdes, a pedir a la Virgen, primero por un hijo,y después por mi enfermedad que se la ofrecí al Señor. Ese,era el orden.
Mi hijo encuentra un trabajo milagroso.Y,a mí,me repiten la biopsia y no me encuentran nada...
Mis controles analíticos repiten periódicamente y se descarta repetir nuevas biopsias.
Mi urólogo,al que le saque un rosario,está confuso conmigo.Han pasado más de dos años desde el diagnóstico y me encuentro maravillosamente bien.
Mis compañeros médicos,lo saben,pero dudan.Piensan que sigo con el cáncer,o hay algo extraño.
Yo,sólo pienso en Dios, me regocijo y loco de alegría doy gracias por tan inmerecida gracia y lo proclamo



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Laus Deo

PF
02/05/21 11:07 PM
  
Feri del Carpio Marek
Gracias por compartir este testimonio de Jesús, querido Padre. Me hizo mucho bien, y pido a Dios que sea el medio para moverme a conversión, a mí y a muchas almas más.

Acompañaré la misión en Malawi con mis pobres oraciones.
03/05/21 11:54 PM

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