A los héroes de la ola celeste en Argentina
Entre los relatos oídos a nuestras maestras en la escuela Primaria, uno de los más bellos y significativos era el de las Invasiones Inglesas, apenas unos años antes de la Revolución de Mayo, en 1810.
¿Qué niño argentino no se emocionó siendo niño con esas narraciones?
¿Quién no dejó fluir su imaginación viendo mujeres y niños resistir y resistir, apoyando a los escasos soldados de verdad con medios desproporcionados, ante el poder imperial?
Tal vez la cosa no fue tan así. Tal vez el paso del tiempo le dio ribetes exagerados a una historia menos lustrosa.
Pero sí tengo la certeza de que un día se contará como parte de la historia Argentina una gesta aún mayor, que se ha venido a llamar la #olaceleste.
Una página llena de desproporciones, una batalla injusta y desigual con un enemigo desleal y poderoso; una contienda donde hombres, mujeres y niños, chicos y chicas, estudiantes y trabajadores, personas comunes y corrientes, lo dejaron todo para impedir el avance de la cultura de la muerte y del descarte en nuestra Nación, apoyando a los mejores soldados que, en el Congreso, daban la batalla final.
Como aquella vez, están despertando admiración en todo el continente y más allá del Atlántico.
Como aquella vez, esperamos alcanzar la victoria.
Pase lo que pase, pequeños y grandes héroes de la #olaceleste, no lo olviden.
Sus nombres y su entrega quedan grabados para siempre con letras de oro en el corazón del alma Patria, y en el Libro de la Vida.
Sólo el día final acabaremos de conocer la magnitud gloriosa de su gesta.
Reciban, cada uno de ustedes, nuestro homenaje en la recta final.
Gracias, gracias, gracias!!!
8 comentarios
Saludos cordiales.
Pase lo que pase la lucha continua, porque las hordas verdes que tributan a la serpiente no se darán por vencidas así como así.
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Desde mañana mismo hay que salir a denunciar a los que intentaron legalizar el genocidio, tratándolos como lo que son: criminales. Hay que destruir una y mil veces los sofismas conque tratan de encubrir sus siniestros propósitos. Hay que denunciar las asquerosas vías de financiación que los motorizan. Hay que señalar a los medios de prensa que se plegaron a esta intentona asesina, aunque sean la mayoría.
Pero por sobre todo, hay que terminar con la hipocresía del gobierno que, aún siendo ilegal el aborto, de hecho permite y facilita que se realicen muchos.
Y también desde mañana, o mejor desde el momento mismo en que se conozca la votación, hay que darle gracias a Dios, porque esto que está pasando en la Argentina es un milagro.
Es francamente repugnante la parcialidad abortera de la cadena rusa RT, que es financiada por el gobierno ruso.
Vo-mi-ti-vo.
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