La belleza del celibato
Siempre me he preguntado: ¿por qué a mucha gente el celibato le parece imposible?
Sin negar el aspecto de renuncia que conlleva, yo he visto siempre la vida célibe como muy parecida a la vida de un hombre casado fiel a su esposa y viviendo su vocación conyugal de cara a Dios -es decir, en la apertura a la vida y en la práctica de la abstinencia periódica si es preciso espaciar los nacimientos-
Sólo varios años después de ordenarme, creo que voy encontrando la respuesta, una trágica respuesta.
Muchas ven imposible -o casi- el celibato porque en realidad ya han perdido también la confianza en la fidelidad. Porque asumen resignadamente que el varón no puede ser fiel a una opción de amor durante toda la vida.
Entonces, es lógico: si ser fiel a una sola mujer es “imposible", y si “todos los hombres son infieles” -así piensan muchos hoy, recien me “desayuno"- es obvio que el celibato será sólo una pantalla, algo falso, que se muestra hacia afuera pero que en realidad no se vive.
Esta concepción se ve profundizada cuando algunos hermanos en el sacerdocio eligen traicionar su promesa de consagración al Señor, dándoles pie a los detractores de este modo de vida para decir “ven, yo les decía… no podía ser".
Lo cierto es que el celibato es posible, y es hermoso, y es plenificante.
Es una “soledad” repleta del Absoluto, y de rostros, y de sueños, y de proyectos.
Lo cierto es que el Señor -sobre todo el Señor - y también sus cosas y la amistad sacerdotal y los vínculos sanos que nos ofrece el ministerio, y el ciento por uno en “madres, hijos y campos", son completamente capaces de brindar todo el amor y el afecto que cualquier ser humano necesita para vivir.
Lo cierto es que yo no concibo, no me logro imaginar cómo sería no ser célibe… porque el celibato me da una libertad y una disponibilidad sin la cual no entiendo cómo podría intentar ser, verdaderamente, padre y pastor. Una libertad que me hace capaz de amar más, de amar siempre, de amar entero.
Lo cierto es que el celibato como consagración total a Dios y como disponibilidad para servir a la Iglesia es una belleza, es fuente de alegría, es una vocación y una opción que no sólo no atentan contra mi pleno desenvolvimiento sino que lo potencian.
Lo cierto es que el celibato demuestra también que el hombre, incluso hombres tan débiles y falibles como yo y mis hermanos, somos capaces de ordenar nuestros impulsos y pasiones para un objetivo trascendente… el celibato demuestra que el hombre, renovado y siempre sostenido por la GRACIA, es capaz de vivir la castidad, en cualquier estado en que sea llamado.
Lo cierto es que el celibato se constituye, entonces, en fuente de esperanza. En evidencia del poder de Cristo, sobre todo en este mundo en el cual el pesimismo antropológico lleva a muchos a pensar que el hombre es, simplemente, un esclavo de sus pulsiones. El celibato es la reivindicación de la Libertad humana -sanada por la Gracia- frente a la fragilidad del estado del hombre caído.
¡Gracias, Jesús y María, por el don del celibato, del cual ustedes dos son los modelos perfectos!
22 comentarios
Pero El les dijo: No todos pueden entender esto sino sólo aquellos a quienes les ha sido dado. 12Porque hay eunucos que nacieron así del vientre de sus madres, y hay eunucos que fueron hechos por los hombres, y también hay eunucos que a sí mismos se hicieron tales por amor del reino de los cielos. El que pueda entender esto que lo entienda.
Y una cosa es el celibato y otra cosa es ser fiel al mismo en modo y manera de cómo Jesús lo entiende y espera.
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Jero
He elegido cuidadosamente las palabras a fin de no caer en eso que dices. Por eso sólo afirmo "no imagino...", y no "es imposible".
María modelo de celibato. Y de clausura contemplativa si encarta... ¡Bendito sea Dios!
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Guillermo:
¿Cuál es la diferencia entre virginidad y celibato?
¿Por qué, según usted, no puede considerarse a María modelo para los célibes?
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Héctor:
No pasa nada con el tono, sólo que no sé cuáles son sus argumentos. Si debo retractarme, lo haré, claro.
En Navidad le preguntó a su hija: "¿Qué piensas de tu padre - pastor?"
La respuesta fue: "Es un intruso en nuestra familia".
La Señora alabó la decisión de la Iglesia católica por el celibato de sus sacerdotes, porque suele ser frecuente entre los pastores casados que: o se vuelcan a la comunidad creyente, descuidando la propia familia o se dedican a la familia, con menor preocupación de la comunidad.
Mucha gracias por el cuidado. Obviamente, el mensaje no era tanto para usted, que evidentemente conoce todas estas realidades de la Iglesia, como sí para los que se apuran a armar conclusiones absolutas.
Gracias de nuevo.
Como complemento al artículo -aunque el padre no afirma ésto en el artículo- conviene aclarar que no es posible igualar el celibato al matrimonio. Es decir, si bien son diferentes dones los que reciben cada miembro del cuerpo de Cristo, no todos los dones son iguales de preciosos; el celibato es más precioso que el matrimonio, sin por ello despreciar a éste, sin embargo, el celibato es mejor y se es más feliz en este estado que en el matrimonio, y esto que digo es dogma de fe:
«Si alguno dijere, que el estado del Matrimonio debe preferirse al estado de virginidad o de celibato; y que no es mejor, ni más feliz mantenerse en la virginidad o celibato, que casarse; sea excomulgado».
Cánon X, El sacramento del Matrimonio (sesión XXIV) , Sacrosanto Concilio de Trento.
Pienso que Dios es generoso con todos los sacerdotes, porque junto con los religiosos son las dos perlas mas amadas de Su Sacratisimo Corazon, segun el decir de Santa Faustina Kowalska. Los sacerdotes son canales por donde fluyen las gracias de Dios asia las almas.
Usted en su fidelidad a Dios y con confianza responde: Todo lo puedo en Aquel que me conforta!!
El mundo necesita santos sacerdotes que piensen y vivan en La Verdad de Cristo.
Dios lo bendiga Padre.
Cuando la confianza y la entrega de la vida, es tomada completamente por la Gracia, Dios hace posible lo que es imposible para nosotros.
Jesús recuerda que, Isaías profetizo, cuando dijo: Este pueblo me honra con la boca, pero el corazón esta lejos de mi. Mt. 15,8.
Cuando esto sucede nos volvemos pobres y débiles para vivir la belleza del Celibato y del Matrimonio.
Jesús no nos condena con recordarnos la profecía, lo que desea es que no dudemos de su bondad y pidamos perdón por nuestra faltas de Fe.
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