¿Cardenales infieles?
En los Seminarios suelen circular innumerables chistes y frases irónicas sobre las realidades que somos invitados a profundizar, chistes que amenizan, distienden y ponen color a las horas de estudio.
Uno de los más clásicos era el siguiente:
“El que estudia mucha filosofía, pierde la razón;
El que estudia mucha teología, pierde la fe;
El que estudia mucho derecho canónico, pierde el tiempo…”
Me disculparán los canonistas por mi atrevimiento –no puedo evitar recordar el chiste sin sonreírme aunque esté solo- y me permitirán a través de este sencillísimo aporte reivindicarme y reparar por las veces en que osé repetir la ingeniosa y mordaz frase.
Y es que en medio de las tormentas que sacuden nuestra vida eclesial he redescubierto ya en más de una ocasión el valor del Derecho Canónico para orientarnos en muchos temas.
Derecho Canónico que –todos lo sabemos- ha sido compuesto por hombres falibles. El Derecho canónico no es palabra inspirada, y sería un grave error elevarlo a una categoría mayor que la que merece.
Pero, aceptado eso, no hay dudas de que el Derecho que nos rige –que sigue vigente, a pesar de ser ignorado tantas veces- recoge siglos de sabiduría, y ofrece a menudo una visión mucho más teologal, amplia y profunda de lo que a simple vista puede sugerir un Codex.
Sólo quiero compartir ahora un canon, más precisamente dos parágrafos de un canon, el 212, que señalan algo muy importante: los derechos de los fieles. Este apartado se refiere a TODOS los fieles y sólo luego habla específicamente de los laicos.
212 § 2. Los fieles tienen derecho a manifestar a los Pastores de la Iglesia sus necesidades, principalmente las espirituales, y sus deseos.
§ 3. Tienen el derecho, y a veces incluso el deber, en razón de su propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los Pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestar a los demás fieles, salvando siempre la integridad de la fe y de las costumbres, la reverencia hacia los Pastores y habida cuenta de la utilidad común y de la dignidad de las personas.
¿Cardenales sin derechos?
No me voy a detener en lo que ya han señalado otros blogueros de Infocatolica y fundamenta la existencia misma del portal (el derecho por el cual ellos no sólo manifiestan a los pastores sino también a otros fieles su opinión sobre temas eclesiales) quiero detenerme ahora en un hecho: los 4 cardenales, al presentar sus dubia, están amparados por el Derecho Canónico.
Y saco el tema una vez más a la luz a raíz de las declaraciones del card. Martínez Sistach quien, refiriéndose a la carta de los cardenales, afirma:
“Esta carta me ha dolido mucho. Me ha impresionado mucho negativamente. Los cardenales tenemos que ayudar al Papa, no ponerle dificultades. Se puede hablar con el Papa o escribirle una carta, pero no publicarla. El contenido no ha sido bien recibido, ni el método tampoco”.
Dejando de lado el hecho de que utiliza la doctrina de las circunstancias atenuantes y eximentes de modo ilegítimo –como ha demostrado el card. Caffarra recientemente, no se aplica este principio para actos futuros, sino sólo para acciones ya realizadas-, y que afirme que “el contenido no ha sido bien recibido, ni el método tampoco” sin aclarar por quién, nos detendremos en que afirma que los cardenales “ponen dificultades” al Papa y que “no pueden publicar” esa carta.
Vayamos por parte, con el canon 212 como guía.
- Los 4 cardenales tienen derecho a manifestar a los Pastores sus necesidades y deseos: así lo han hecho, en cuanto cardenales y en cuanto fieles, expresando al Santo Padre lo importante que es una palabra clara sobre un tema que está siendo objeto de interpretaciones no sólo divergentes, sino diametralmente opuestas.
- Tienen el derecho –e incluso el deber- de manifestar su opinión sobre lo que pertenece al bien de la Iglesia.
Este punto merece un análisis más detallado, en el cual puede llegar a haber divergencias, pero creo que se puede reconocer la realidad tal cual es.
- El código señala que lo pueden –o deben- hacer “en razón de su conocimiento, competencia y prestigio”. Yo no he escuchado aún a alguien que pueda alegar que los 4 Cardenales carezcan de alguno de estos atributos. Es más, deben ser de los miembros del colegio cardenalicio que de modo más inequívoco pueden ser reconocidos como poseedores de los mismos. Comentábamos con un hermano sacerdote -un poco maliciosamente- que estos 4 purpurados deben tener un curriculum impecable… o ya nos hubiéramos enterado.
- La opinión debe versar sobre lo que pertenece “al bien de la Iglesia”: ¿será que el Matrimonio, la Eucaristía, la Confesión, la entera doctrina moral cristiana… son considerados aún relativos al “bien de la Iglesia”?
- “Salvando la integridad de la fe y de las costumbres”: no solamente no la atacan ni menoscaban, sino que se pronuncian justamente porque ven que se ponen en riesgo ambas.
- “… la reverencia a los pastores…”: la carta no puede ser más respetuosa hacia la persona y hacia el Oficio del Santo Padre. La actitud de piedad filial y sobre todo de fe sobrenatural en el ministerio que detenta el Romano Pontífice son ejemplares.
- “… la utilidad común y la dignidad de las personas…” como no soy canonista, no sabría precisar a qué se refiere la última expresión, pero salvo que oculte algún críptico significado, me da toda la impresión de que no se vulnera en absoluto.
Hasta ahí es clarísimo, entonces, que el recurso al Santo Padre es completamente legítimo, en ejercicio de su dignidad de bautizados y más aún en cuanto cardenales. Y que, al hacerlo, no le “ponen dificultades”, sino que realizan su propia misión.
Lo que ha sido más cuestionado, sin embargo, es que ellos hayan hecho pública esta apelación al Santo Padre. Se los ha acusado por este motivo de generar escándalo, de promover la división, y de no sé cuántas cosas más.
Ya se han encargado ellos mismos, sobre todo el Card. Caffarra en la entrevista antes citada, de mostrar cuáles fueron sus motivaciones para dar publicidad al documento.
Yo sólo quiero añadir que en esto el Código, nuevamente, los ampara. Porque no sólo permite manifestar su opinión sobre lo que atañe al bien de la Iglesia a los pastores, sino también “manifestarlas a los demás fieles”.
Y me quedo pensando, sin comprender.
¿Por qué estas cosas, que deberían ser de conocimiento habitual entre los pastores, son ignoradas o dejadas de lado?
¿Significa tal vez que ya no está vigente el Derecho eclesial? ¿Y que quienes tienen-tenemos algún tipo de autoridad en la Iglesia podemos ejercerla de cualquier modo? ¿No nos encamina este “método” hacia personalismos peligrosos?
Salvo que, en su fuero íntimo, algunos ya hayan excomulgado –como alguno sugirió hace algunos meses- a los cardenales, y ya no sean fieles cristianos, sino infieles.
19 comentarios
Y ahí radica su error, su osadía, y su ataque al Papa.
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Padre Leandro
No pretendo convencerlo, han intentado ya otros más cspaces que yo y no lo lograron.
Simplemente sepa que está entendiendo mal lo que significa amor.
Porque la "frase ingeniosa y mordaz" que usted cita, es en el lugar adonde se están formando los futuros sacerdotes de Cristo, tan dañina y explosiva como los camiones bomba llenos de toneladas de explosivos, esquirlas y granalla que el Ejército Islámico mete en las líneas enemigas. O quizás peor, porque los camiones estallan en la línea del frente, pero el veneno de esas frases afecta a los mismos fundamentos eclesiales.
Conforme pasa el tiempo y uno va aprendiendo cosas en este portal, me voy convenciendo que el DC es el "obstáculo" para los demoledores internos que tiene la Iglesia. Una vez le cité una norma a uno de esos curas tiranillos y me espetó: "Roma queda lejos, ¡de estas rejas para adentro mando yo!". (Hace tiempo cité esta frase en este portal, con todos los detalles del caso).
Por cierto, si el DC pierde vigencia, estamos a merced de la tiranía de los demoledores. PORQUE EL DERECHO ES EL FRENO AL DESPOTISMO DE LOS PODEROSOS, LA CORRECCIÓN DE LOS EXTRAVIADOS, LA FUERZA DE LOS QUE SÓLO TIENEN LA RAZÓN Y LA CORAZA DE LOS DÉBILES.
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Padre Leandro
Ricardo, no perdamos el sentido del humor, o perderemos la cordura.
Salvo que ud sea freudiano, acepteme que es solo un chiste. Si quiere le enio mis valificaciones. Estudiamos mucho, y al menos en mi Seminario, doctrina católica de punta a punta.
No es bueno perder la moderación.
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Siempre la Iglesia se opuso a estos errores. Frecuentemente los condenó con la mayor severidad. En nuestro tiempo, sin embargo, la Esposa de Cristo prefiere usar la medicina de la misericordia más que la de la severidad.
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...uno se pregunta qué pinta el DC y sus severas sanciones. ¿Porqué no lo derogaron?
¿Acaso para poder utilizarlo contra los buenos católicos exclusivamente, dando manga ancha a los demoledores?
Si el DC no se aplica, o si se aplica a discreción según qué casos (doble rasero), ESTÁ SERVIDA LA TIRANÍA MÁS OPROBIOSA.
que se le puede escribir una carta al Papa para expresar unas dudas, sí, pero no publicarla para crear mal ambiente.
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Padre Leandro
He citado esas palabras y las he respondido.
Si lo tuviera delante mío al Papa Francisco, le diría que él, más que nadie, debería tener en cuenta estas palabras, ya que es nada menos que el Vicario de Cristo. Le recordaría que la misión que nuestro Señor Jesucristo le ha encomendado es la de confirmar a sus hermanos, pero que en este momento estamos todos bastante confundidos. Que es su responsabilidad conducir a buen puerto a la Iglesia, y que, sin embargo, andamos a la deriva. Y le suplicaría que reaccione, que todavía está a tiempo para hacerlo, y que todos se lo vamos a agradecer.
En cambio Jesus invita, a ser reconocido a responder a su pueblo que lo busca, que lo sigue, y El y su fuerza su autoridad provenia de esa transparencia de su corazon, El es lo que dice y dice lo que es El. su autoridad era hacer la voluntad del Padre y por lo tanto no ocultarce al pueblo que lo clama. Un disxipulo que no suguiere transparencia, dejarce reconocer no solo se aleja de la orilla de los milagros sino que corre el riesgo de sumerguirce en el abismo del ocultismo
, a un asesino por los mismo,etctec.
Con nominalismo, protestantismo, racionalismo, iluminismo, humanismo, científicismo, existencialismo, psicologismo, etc. el Enemigo fue tejiendo lentamente su estrategia para minar la fe de quienes recibieron el mismísimo encargo de preservarla y transmitirla fielmente, y con esta fe adulterada estos pastores se convierten en muy bienintencionados enemigos de la Iglesia.
Aparte es un compatriota, y futbolero.
Hay mucha gente buena y todo lo bueno viene de Dios,
Sere fiel al Catecismo Universal, Magisterial, a la Santa Palabra de Dios.
Gracias a ustedes, a sus familias, a los niños down, a los martires, a las ordenes contemplativas observantes, y a todo aquel que con su sufiento se una a la Criuz de Cristo Gracias. y Perdon.
Un ejemplo del modo de actuar correctamente de un cardenal. Es el propio cardenal Burke. Carta dirigida al Secretario de Estado Bertone para hacerla llegar al Papa, en contra de la autorización de los ritos de los Kikos. Publicada en Infocatolica hace tiempo:
“Expreso estos pensamientos con todo el respeto para el juicio del Santo Padre en esta materia. Pero, por la responsabilidad que me corresponde en cuanto Cardenal de ayudar al Papa en el ministerio petrino, he debido expresar mi mente sobre una cosa tan importante para la vida de la Iglesia en su plena y más alta expresión.”
“Raymond Leo Cardenal BURKE
Prefecto del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica”
Algo parecido hubiera sido lo legítimo y correcto. Ha hecho todo lo contrario. ¿Por qué?
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Padre Leandro
Qué linda referencia nos trae sobre una anterior consulta.
Según la legislación eclesial vigente, lo que hicieron es legítimo, al menos es lo que creo haber mostrado.
No hicieron "todo lo contrario", sino que hicieron distinto.
Por qué le piden un sí o un no lo explica Caffarra en la entrevista completa.
Yo le suplico al Papa misericordia. Misericordia para con los sacerdotes que tienen que administrar el sacramento de la reconciliación y necesitan normativas clarísimas al respecto, misericordia para con los Obispos que se están contradiciendo unos a otros, causando verdadero escándalo frente a los fieles, los medios de comunicación y las otras religiones que se mofan de nuestra Santa Iglesia; misericordia para con los fieles laicos que estamos siendo tironeados por la cultura hedonista que nos dificulta la falta de templanza y ya de por sí es difícil luchar contra todo eso como para que encima se nos muestre una división doctrinal tal que pareciera que quienes queremos ser fieles a Cristo y vivir castamente somos unos estúpidos engreídos con cara de vinagre. Misericordia Santo Padre!! Misericordia!!!
Lo recuerdo cuando dices:
“El que estudia mucha filosofía, pierde la razón;
El que estudia mucha teología, pierde la fe;
El que estudia mucho derecho canónico, pierde el tiempo…”
Aún cuando parezca que no es así, hay muchos que creen que esas afirmaciones son verdaderas y lo son el el sentido que lo importante, para no obtener esos resultados es justamente no "estudiar" sino "aprender", por aquello de "si la mona se viste de seda mona queda" y lo que "natura non da.....", todo lo que es tan común ahorita en el mundo.
Creo que debería plantearse así, el que aprende filosofía (I y II) se convierte en filósofo, el que aprende teología (I, II y III) mantendrá su fe y la acrecenterá y se convertirá en teológo, el que aprende derecho canónico se convertirá en canonista y será tremendamente útil en un mundo donde son muy pocos (caso contrario vean la lateranensis), si sumamos todas esas condiciones obtendremos otro Aquinate y lo bien que vendría una voz católica de tal tamaño en el Concilio que se ve venir.
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