Así han hablado los obispos iberoamericanos sobre el fin del mundo
Después de haber informado sobre lo que se ha celebrado en Iberoamérica en torno al 21 de diciembre, con las profecías mayas sobre un cambio de era y la angustia generalizada por el supuesto fin del mundo, en todo este ambiente que ha oscilado entre el temor por el final y las ceremonias de la nueva religiosidad que pretende recuperar las espiritualidades indígenas, los medios de comunicación se han acercado a diversos obispos y sacerdotes para recabar una palabra alternativa. Recogemos algunas de las declaraciones que ha publicado la prensa.
Mons. Ulises Macías: “Dios es el que rige la vida
“El fin del mundo no tiene que ser catastrófico”, afirmó el arzobispo de Hermosillo (Sonora, México), Ulises Macías Salcedo, al preguntarle su postura sobre el término de una era en el calendario Maya y la asociación de esto con el supuesto “fin del mundo”. Un posible término de la humanidad, pero en manos de Dios y no basado en vestigios de culturas ancestrales, pronosticó el prelado al llegar la supuesta fecha del fin de la humanidad, según la interpretación de algunos arqueólogos sobre el calendario de la cultura Maya.
“Qué bueno que la gente pudo comprobar que Dios es el que rige la vida, y que el mundo está en sus manos, Él es el único que puede decir y nos lo dirá cuándo acabará el mundo”, enfatizó, tal como recoge El Imparcial.
Mons. Luis Bambarén: “aparecerán falsos profetas”
Tras el anuncio sobre un supuesto fin del mundo, el obispo emérito de Chimbote (Perú), Luis Bambarén Gastelumendi, desmitificó estas creencias apelando a la fe. “Solo Dios, autor del universo y de la vida, puede revelarnos el origen de la creación y su final”, comentó el 21 de diciembre, fecha del presunto final de todos.
Agregó que Jesús nos descubre cómo será el fin del mundo: “Habrá señales en el Sol, la Luna y la Tierra, los pueblos estarán llenos de angustia por el estruendo del mar embravecido, la gente se morirá de espanto, porque las fuerzas de la naturaleza serán sacudidas… estén vigilando y orando en todo momento para librarse de lo que va a suceder y estar de pie ante el Hijo del Hombre, cuando llegue” (Lc 21,25-36).