Sadhguru: el gurú de moda y su secta del siglo XXI
La gran mayoría de la gente busca alivio a las experiencias existenciales de la vida. Siempre ha habido y habrá personajes que se han aprovechado de estas circunstancias de las personas: despertar a la realidad es desagradable, y los gurús y líderes sectarios lo saben, sus palabras son de alivio a lo que realmente quiere escuchar el nuevo adepto, utilizando las técnicas de control mental que saben manejar.
Cientos de millones de personas siguen los pasos de los gurús más conocidos de la India, practican yoga con ellos, escuchan sus consejos, participan en sus celebraciones y, en definitiva, promueven el estilo de vida que predican en sus ashrams. Estos líderes espirituales han levantado sus imperios alrededor de la meditación, tienen su propia marca de productos y compiten con las mayores empresas de alimentación o higiene del mundo.
Si los gurús indios del siglo XX construyeron sus dominios expandiendo la meditación a Occidente, los del siglo XXI han decidido centrarse en el mercado interior de la India para ofertar sus artículos. Son lo que la antropóloga Lise McKean, en su libro Divina Empresa, llama “actores clave en el negocio y la política de la espiritualidad”.
El “místico”… y su secta explotadora
Un ejemplo de ellos es Jaggi Vasudev, conocido como Sadhguru, un personaje que ha construido en torno a él una figura “mística”, inteligente, no amenazante, carismático y divertido, el mismo reflejo que pretende cualquier gurú hindú en la actualidad. El hinduismo proporciona el marco perfecto para sus enseñanzas, porque absorbe cualquier crítica problemática en sus miles de comunidades, líderes e ideas, como una ameba espiritual retorcida y amorfa.