InfoCatólica / InfoRIES / Categoría: General

9.12.12

Cómo el nazismo creó una secta neopagana para destruir el cristianismo

Desde buscar el origen de la raza aria hasta planear viajes para robar todo tipo de reliquias y obras de arte. Estas eran algunas de las tareas para las cuales fue fundada la Ahnenerbe, una organización que, aunque oficialmente fue creada para dar valor a las tradiciones alemanas, acabó convirtiéndose en un grupo de estudio de las ciencias ocultas con una finalidad clara: destruir el cristianismo e instaurar una nueva religión nazi en Alemania. Así comienza el reportaje que firma Manuel P. Villatoro en el diario ABC.

«El 1 de julio de 1935 se creó la Deutsches Ahnenerbe, o “Sociedad de Estudios para la Historia Antigua del Espíritu"», explica el escritor José Lesta en su libro El enigma nazi (editado por Edaf). Por aquella época, Hitler ya había sido nombrado Canciller de Alemania y el Partido Nazi dominaba toda la política del país. Sin embargo, el Führer quería enfrentarse al mundo y sabía que necesitaría varias cosas: toda la ayuda necesaria para vencer (ya fuera usual o paranormal) y, sobre todo, que la sociedad aceptara el nazismo como una creencia indiscutible. Ambas tareas serían encomendadas a esta nueva secta paracientífica.

El nazi obsesionado por el ocultismo

El encargado de crear la Ahnenerbe fue uno de los miembros del Partido obsesionado por el ocultismo: Heinrich Himmler, comandante en jefe de las SS nazis (un cuerpo de soldados de élite dedicados, entre otras cosas, a la protección de Hitler). «Himmler era con toda seguridad el más fanático creyente en las ciencias ocultas, profesando una fe ciega en “las fuerzas desconocidas que nos rodean"», afirma el escritor.

«Ya en el poder se hizo con la dirección de las temibles SS. Un cuerpo de élite o de monjes guerreros, como a él le gustaba denominarlos, con los que formaría una auténtica Orden Negra que seguiría los preceptos del antiguo paganismo germano y los dogmas de fe del nazismo como creencia religiosa», explica Lesta.

Leer más... »

6.12.12

Los riesgos de la propuesta de una ley anti-sectas en Argentina

Durante el transcurso de este año diversos medios en Argentina han hecho referencia a un anteproyecto de ley anti-sectas, que se presenta a través de diez lineamientos o “bases” (como se define en el sitio de quienes lo impulsan). A continuación presentamos una síntesis del análisis realizado por distintas fuentes, y que nos envían varios colaboradores argentinos, muy preocupados por este tema.

El anteproyecto propone la creación de diferentes instancias de difícil interrelación en campo, a saber:

+ una comisión integrada por legisladores y especialistas, encargada de investigar el funcionamiento de sectas religiosas y/o filosóficas de carácter destructivo y de presentar un proyecto de Ley de reforma de la Constitución Nacional que permita enriquecer el Art. 14º – que refiere que “Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos: …de profesar libremente su culto…”- y el Art. 19º de la misma -“Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe”-;

+ otra comisión con la figura de Asesora de Libertad Religiosa (cuyo alcance no es claro, ya que la libertad de culto es derecho constitucional en Argentina),

+ un Observatorio Interministerial de sectas (cuyo objetivo sería la capacitación de funcionarios públicos),

+ una Unidad Policial y Judicial especializada en sectas (que tendría poder para intervenir y prohibir),

+ un grupo de investigación policial y judicial especializada en asociaciones ilícitas de alta peligrosidad social “para la represión de actividades de características sectarias peligrosas, incluyendo las de motivación religiosa”.

Ideas todas que se presentan en los lineamientos separadamente pero unidas entre sí por conceptos como investigar, prohibir, judicializar o reprimir, sin especificar el alcance de la designación “sectas religiosas”.

También propone remover el actual Registro Nacional de Cultos que, si bien puede ser cuestionado, más que remoción se plantea como una reforma en su funcionamiento y alcance: realizaría un estudio para la eventual creación de otra unidad encargada de la supervisión del funcionamiento de entidades religiosas de derecho público y privado, “que incluya el estudio de aquellas actividades susceptibles de ser calificadas como sectas peligrosas de motivación religiosa”“dotada de las potestades para fiscalizar si las personas jurídicas religiosas se mantienen dentro de sus fines”“y se establezca la obligación de las entidades religiosas de remitir los antecedentes que le sean solicitados”.

Es decir, que tendría a su cargo el control de las organizaciones inscritas (control ya asignado a las comisiones anteriormente citadas) y fuerza para habilitar sólo a aquellos grupos que las anteriores comisiones no tildaran como sectarios (podrían ser incluidas agrupaciones cuyos objetivos estuvieran exentos de ser considerados sectarios o a la inversa).

El ítem que hace referencia a las supuestas víctimas no es menos preocupante: si fuera mayor de edad, un integrante de su grupo familiar podría “solicitar judicialmente la evaluación psicológica y psiquiátrica a fin de determinar si se encuentra en pleno uso de sus facultades mentales”… y si se considerara la necesidad de tratamiento le sería impuesto por orden judicial, con la inhibición de sus bienes inclusive ante “mera sospecha de manipulación psicológica denunciada por sus familiares de primer o segundo grado”.

En relación a los planteos sobre niños involucrados en grupos sectarios demuestra el desconocimiento de la adhesión de Argentina a la Convención Internacional de los Derechos del Niño, ratificación acompañada por Provincias y Municipios de todo el país. Por lo tanto se encuentran en pleno funcionamiento Secretarías, Direcciones y Servicios Locales de Protección de Derechos de niños y adolescentes a los cuales se puede recurrir en caso de violación de sus derechos.

Se enfatiza la intervención de las fuerzas armadas, de seguridad, del orden y policial, concediendo atribuciones particulares si los organismos creados dictaminaran que se tratase de un grupo sectario.

En cuanto a las medidas fiscales de control hacia las organizaciones sectarias investigadas por fraude y/o evasión, para las cuales se proponen también medidas especiales, son actos actualmente punibles por entidades gubernamentales competentes para hacerlo.

Por último, y analizadas las ideas más relevantes (y preocupantes), sintéticamente enumeraremos otras solicitudes incluidas: que se contemplen como delitos actos que ya lo son por los códigos vigentes (como la explotación laboral, abuso, explotación sexual, incesto, agresión psicológica o física), que se perfeccionen los tipos penales relacionados con la libertad religiosa “con miras a tipificar la manipulación mental de los fieles”, etc.

Puede rescatarse de estos lineamientos la creación de un programa de asistencia a las supuestas víctimas (si la participación en el mismo no fuera forzada o judicializada como se detalla) o las campañas de concienciación (que deben desarrollarse con especial precaución, sobre todo en los ámbitos educativos para no herir susceptibilidades). Estos lineamientos, que deberían ser profundamente analizados por los responsables de los medios que lo difunden, se presentan “inspirados” en la legislación francesa, legislación que aclara que a los actos de movimientos sectarios les vale la aplicación de la ley penal. Intentar aplicar modelos de otros contextos implica desconocer que cada Nación posee una Constitución propia, diferente y por ende, legislación y códigos que se adaptan a ella.

En síntesis: una propuesta de ley anti sectas de enfoque unidireccional que concedería a diferentes y múltiples instancias gubernamentales la facultad de permitir o prohibir y censurar determinadas creencias, una propuesta de control a la libertad de culto. “Bases” de un proyecto sin marco legislativo que, delineado supuestamente para la defensa de los ciudadanos, autorizaría a investigar, enfrentar, prohibir, censurar e imponer, es decir coartar los derechos humanos, las libertades individuales y colectivas.

2.12.12

Bugarach, el refugio francés contra el supuesto fin del mundo maya

En estos días previos al 21 de diciembre de 2012, fecha del supuesto fin del mundo anunciado por la civilización maya, las informaciones sobre este tema se multiplican. Y muchas de ellas tienen un centro geográfico: el pueblo francés de Bugarach. Aunque recientemente publicábamos la noticia de que las autoridades francesas prohibirán el acceso al lugar en torno a esa fecha, y un artículo de Luis Santamaría, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), reproducimos a continuación otros datos de interés que siguen publicadno los medios de comunicación.

Los adeptos a las teorías apocalípticas vinculadas al supuesto fin del mundo que preconiza el calendario maya están convencidos de que el pico de Bugarach, una cumbre de 1.231 metros situada en el sur de Francia, escapará al cataclismo que acontecerá en la Tierra el próximo 21 de diciembre. Así lo cuenta la agencia Efe.

Nadie sabe dónde surgió la teoría que circula por páginas web de todo el planeta, pero el interés que ha despertado entre iluminados de todas las latitudes ha trastornado la vida de la pequeña aldea situada a los pies de esa cumbre, donde hay censadas 188 personas. “No sé cuánta gente vendrá. Igual me tengo que comprar una bola de cristal para predecirlo”, bromea en una conversación con Efe el alcalde de la localidad, Jean-Pierre Delord, quien lanza un mensaje claro: “¡Que no vengan!, la montaña estará cerrada y hará mucho frío”, dice.

Leer más... »

20.11.12

Aleteia: ¿Un cristiano puede admitir la creencia en la reencarnación?

El portal católico Aleteia, apoyado por la Santa Sede (Consejos Pontificios para las Comunicaciones Sociales y para la Promoción de la Nueva Evangelización) continúa con la publicación de preguntas y respuestas en torno a la fe. El sacerdote uruguayo Miguel Pastorino, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) acaba de contestar a una cuestión candente de la nueva religiosidad.

Pregunta: ¿Un cristiano puede admitir la creencia en la reencarnación?

Quizás porque hablamos poco de la vida después de la muerte, muchos cristianos han buscado respuestas en tradiciones incompatibles con el Evangelio, sin caer en la cuenta del conflicto que crean con su fe. Una de ellas es la reencarnación: ¿le es posible a un cristiano creer en ella?

Respuesta: No, la creencia en la reencarnación es absolutamente incompatible con la fe en la resurrección, pues predica la desvinculación entre el espíritu y la materia. Muchos cristianos la admiten porque desconocen su propia fe, y esto ha llevado a mucha confusión respecto al tema.

REFERENCIAS

1. La reencarnación es un concepto procedente de la espiritualidad oriental, y afirma que el espíritu debe desvincularse del cuerpo material en el que reside.

Aunque hay muchas variantes sobre la creencia en la reencarnación, podemos definirla como la “doctrina según la cual el alma del hombre pasa a través de varios cuerpos hasta que se libera de todo vinculo con la materia”. La reencarnación es una creencia de origen oriental, difundida en los ambientes de la Nueva Era con algunos retoques de occidentalización que la han puesto de moda, incluso entre cristianos que se han apartado de su propia fe. Esta concepción parte del presupuesto de que las almas, después de la muerte, se reencarnan en otro cuerpo, y vuelven a esta vida para pagar por obras que hicieron en el pasado (hinduismo) o para perfeccionarse vida tras vida (espiritismo).

La versión que se difunde más en occidente, gracias a la literatura espiritista y gnóstica, es mucho más seductora, porque deja de lado los aspectos más duros y negativos (castigo en próximas vidas), para centrarse en un plan egocéntrico de autorrealización, madurez espiritual, evolución, y acumulación de experiencias. Y en las versiones más psicologistas (S. Grof, T. Dethlefsen, B. Weiss) se explicarían fácilmente todos los males de la vida como consecuencias de problemas en vidas anteriores.

No cabe duda de que las doctrinas reencarnacionistas quieren dar una respuesta a problemas existenciales como el origen del mal, el porqué del sufrimiento, la existencia de desigualdades, el sentido de la justicia más allá de la muerte… pero niega el amor de Dios, la salvación, el perdón divino, y no asume el libre albedrío, sino un destino fatal movido por una ley implacable donde cada uno sólo está en manos de sí mismo.

Actualmente hay mucha confusión y desconocimiento debido a la avalancha de libros de “autoayuda",
películas, telenovelas y series televisivas que difunden doctrinas de este tipo como una evidencia científica. Algunos autores promotores del espiritismo, la metafísica y la autoayuda esotérica han promovido falsas ideas sobre el tema.

Es comprensible que si uno es budista, o se adhiere a las creencias del hinduismo, por ser coherente con la propia doctrina, crea en la reencarnación. Como debería ser obvio que un cristiano crea en la resurrección, y no en la reencarnación.

El problema es que muchos cristianos que desconocen en profundidad su propia fe han asumido una avalancha de doctrinas extrañas a su fe como conciliables con ella. Han sido influidos culturalmente por las creencias espiritistas, teosóficas, antroposóficas, esotéricas y gnósticas, especialmente las promovidas por la literatura “New Age". La creencia en la reencarnación, en su
versión occidental, es también asumida y difundida por los movimientos contactistas que predican el contacto extraterrestre.


2. Esta creencia es contraria a la doctrina y la tradición cristiana y totalmente incompatible con la fe en la resurrección atestiguada en la Biblia y con la fe en Jesucristo como Salvador.

La fe judía y cristiana revela al ser humano como un ser único e irrepetible, atestigua la resurrección y revela que las personas cuando mueren van al encuentro del Señor, nadie se reencarna en otro cuerpo, ni tampoco queda vagando como un espíritu por el mundo -o en otros planetas-, como creen los espiritistas.

Para la fe cristiana, el ser humano tiene una identidad única en cuerpo y alma, y no hay karma, ya que existe el perdón de un Dios que salva. Jesús mismo le dice al ladrón en la cruz: “Hoy mismo estarás conmigo en el paraíso” (Lc 23,39), por lo que encontramos aquí un ladrón sin karmas y reencarnaciones que llega al cielo definitivo.

Creer en el amor infinitito de un Dios que salva y perdona no admite la soledad de estar en manos de una ley fría y universal de causa y efecto. Además, para una antropología cristiana, la reencarnación banaliza la muerte, el cuerpo y la propia identidad, convirtiendo a éstas en meras realidades accidentales.

Pero la Biblia es clara para quienes creen en la revelación judeocristiana:

“Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, unos para la vida eterna, otros para el oprobio, para el horror eterno. Los doctos brillarán como el fulgor del firmamento, y los que enseñaron a la multitud la justicia, como las estrellas, por toda la eternidad” (Daniel 12,2-3).

“Al llegar a su último suspiro dijo: Tu, criminal, nos privas de la vida presente, pero el Rey del mundo a nosotros que morimos por sus leyes, nos resucitará a una vida eterna” (2 Macabeos 7,9).

“…Pues de no esperar que los caídos resucitarían, habría sido superfluo y necio rogar por los muertos…” (2 Macabeos 12,44).

“…las almas de los justos están en las manos de Dios y no les alcanzará tormento alguno. A los ojos de los insensatos pareció que habían muerto; se tuvo por quebranto su salida y su partida de entre nosotros por completa destrucción: pero ellos están en paz” (Sabiduría, 3,1-3).

“Está establecido a los hombres que mueran una sola vez, y luego el juicio…” (Heb. 9,27).

El mismo San Pablo afirma que si Cristo resucitó, todos resucitaremos, y la fe cristiana está apoyada en la resurrección de Cristo. (1 Cor 15). Y al leer este capítulo de la primera carta a los Corintios, es evidente que nuesta resurrección es como la de Jesucristo, por lo que hay una vida nueva y definitiva, no un paseo por diferentes cuerpos.

El Catecismo de la Iglesia Católica enseña:

“En la muerte, Dios llama al hombre hacia sí. Por eso, el cristiano puede experimentar hacia la muerte un deseo semejante al de San Pablo: “deseo partir y estar con Cristo” (Fil 1,23)…
La muerte es el fin de la peregrinación terrena del hombre, del tiempo de gracia y misericordia que Dios le ofrece para realizar su vida terrena según el designio divino y para decidir su último destino. Cuando ha tenido fin “ el único curso de nuestra vida terrena”, ya no volveremos a otras vidas terrenas. Está establecido a los hombres que mueran una sola vez (Heb 9,27). No hay “reencarnación” después de la muerte”
(CIC 1011-1013).

La Iglesia siempre ha creído que a la muerte le sigue inmediatamente el juicio, el encuentro con Dios.

“Del mismo modo que Cristo ha resucitado verdaderamente de entre los muertos, y que vive para siempre, igualmente los justos después de su muerte vivirán para siempre con Cristo resucitado y que Él los resucitará en el último día… Creer en la resurrección de los muertos desde sus comienzos es un elemento esencia de la fe cristiana… somos cristianos por creer en ella” (CIC 989-991).

La Palabra de Dios enseña que esta es la única vida terrena decisiva y el destino del hombre se decide irrevocablemente en esta vida.

Además la creencia en la reencarnación también niega la necesidad de salvación, ya que cada uno se salvaría a sí mismo, en un camino de superación individual de causa-efecto. En cambio, en la fe cristiana creemos que somos salvados gratuitamente por Dios, que Jesucristo cargó con nuestros pecados y nos regala su perdón y la vida eterna.

Para la fe cristiana, queda excluida toda concepción cíclica del mundo, pues el hombre tiene una historia única delante de Dios, porque Dios le ha creado y querido como ser único e irrepetible.
La manifestación gloriosa de Jesucristo al final de los tiempos es el punto final de la historia, no hay para nuestra fe un ciclo interminable de historias.

La reencarnación choca con las creencias fundamentales y centrales de la fe cristiana, no es algo secundario. San Agustín, en La Ciudad de Dios, escribe claramente cuál es el destino del cristiano más allá de la muerte: “Cristo ha muerto una sola vez por nuestros pecados; resucitado de entre los muertos, no muere ya y la muerte no tiene dominio sobre él. También nosotros después de la resurrección, estaremos siempre con el Señor al que ahora decimos con el salmo: Tú, Señor, nos guardarás y nos custodiarás desde esta generación eternamente”.


3. Ni la reencarnación es tan antigua como dicen, ni está en la mayoría de las religiones, ni tiene fundamento científico, y mucho menos tiene algo que ver con la Biblia.

Existen muchas falsas ideas extendidas en torno a la posible compatibilidad entre la doctrina cristiana y la reencarnación.

Algunos dicen que la Iglesia Católica borró algunas citas de la Biblia que hablaban de la reencarnación, especialmente en el Concilio de Nicea. Eso es falso, porque nunca en la fe judía ni en la cristiana se creyó en la reencarnación.

También esgrimen como argumento que un Padre de la Iglesia, Orígenes, creía en la reencarnación. Pero tampoco es cierto, porque este gran teólogo cristiano creía que las almas pre-existían, no que se reencarnaban. Y la doctrina de la preexistencia de las almas también fue condenada.

También dicen los espiritistas que la reencarnación es la creencia más antigua y universal, lo cual tampoco es cierto, porque en los textos del hinduismo sólo aparece a partir del s. VII a.C. y no en los Vedas, que son más antiguos; tampoco la admiten las antiguas religiones chinas (taoísmo y confucianismo), ni la antigua religión egipcia, aunque el Libro de los muertos tiene algunas menciones a la metempsicosis, pero no es lo mismo.

Ni los persas, ni los pueblos africanos manejaron esta idea. En los griegos antiguos no hay ideas de reencarnación; es Pitágoras a quien se le atribuye, y la retoma poéticamente Platón. Pero Homero, a pesar de transmitirnos las ideas de su tiempo sobre la supervivencia de las almas, no tiene un solo texto alusivo a nada que se parezca a reencarnación.

Muchos espiritistas utilizan citas de la Biblia sacadas de contexto sobre la vuelta a la vida de Elías o de Juan el Bautista, atribuyéndole la reencarnación, cuando en realidad el texto bíblico nunca se refiere a una idea de ese estilo.

Otros autores llegan a decir que hay evidencias científicas de la reencarnación por “terapias de vidas pasadas”, como las del Dr. Brian Weiss, y en realidad no sólo no son científicas, sino que según varios expertos son una “colección de absurdos”, escritos de un modo muy convincente para el gran público. Una corriente sin base científica muy extendida que hace “regresiones hasta vidas pasadas” es la psicología transpersonal de Stanislav Grof, que empleaba el LSD y luego la respiración holotrópica para hacer regresiones y obviamente los resultados eran toda clase de alucinaciones. El Dr. Kurt Koch, en más de 103 casos investigados durante 15 años, comprobó los serios disturbios y daños psíquicos de quienes se someten a estos “viajes” a vidas anteriores

.

17.11.12

Francia restringe el acceso al pueblo que se salvará del fin del mundo

Las autoridades francesas decidieron vedar ayer, 16 de noviembre, el ingreso al Pico de Bugarach, que se eleva frente al único pueblo que se salvará del hipotético fin del mundo el 21 de diciembre en 2012, según miles de iluminados New Age que creen en las virtudes mágicas y extraterrestres de esta localidad ubicada en el sureste de Francia. Lo cuenta RFI.

Es una mala noticia para los “preppers”, como se conoce a quienes toman todos los recaudos necesarios para sobrevivir al inminente del fin del mundo, previsto para 21 de diciembre, de acuerdo con una interpretación del calendario maya. Las autoridades francesas anunciaron este viernes que prohibieran tres días antes y dos días después de esa fecha el acceso al Pico de Bugarach, el único lugar de la Tierra que se salvará del apocalipsis.

Bugarach, un pequeño pueblo de 200 habitantes situado en el sureño departamento francés de Aude, es conocido por sus curiosos estratos geológicos invertidos, que hacen que las capas más antiguas estén cerca de la superficie y las más modernas debajo. También es famoso desde el siglo pasado entre hippies y seguidores de la Nueva Era que aseguran que el Pico que se levanta a 1.230 metros de altura es una suerte de garaje para ovnis construido con piedras mágicas. Se supone que el Pico funciona como una rampa por la que los alienígenas se llevarán a un puñado de humanos que se salvarán de la extinción programada para el mes entrante.

Leer más... »