Venezuela: aumenta el culto a los espíritus de los delincuentes difuntos
Agobiados por la galopante violencia criminal, los venezolanos están volcándose cada vez más al espiritismo y a seres inmateriales para que “intercedan” por ellos y les permita salir ilesos de un atraco, para que un familiar detenido en las anárquicas cárceles locales siga con vida, o para que sus seres queridos salgan ilesos si son víctimas del llamado secuestro exprés. Lo cuenta la agencia Associated Press.
Además de acudir a las tradicionales deidades de la santería como Obatala, ahora madres, esposas, jóvenes y ancianos acuden a nuevos ídolos locales, espíritus de delincuentes o “malandros” que han asumido un aurea mitológica en las barriadas pobres de Caracas por la creencia popular que pueden evitar crímenes violentos, un fenómeno que las autoridades no han podido controlar.
“La santería es una religión viva en el sentido que es una religión que está en permanente cambio, en permanente modificación y crecimiento, incorporando y saliendo de nuevos santos”, dijo doctor Gonzalo Himiob Almandoz, miembro de la New England Society of Jungian Analysts y profesor de Historia de la Psiquiatría en la Universidad Central de Venezuela.