Los obispos chinos advierten a los católicos sobre la acción de las sectas

«Los católicos deben alejarse de las sectas y de sus doctrinas, deben negarse categóricamente a asistir a sus reuniones. Los bautizados deben perseverar en la fe y obedecer a las verdades reveladas en la Sagrada Escritura y en el Magisterio de la Iglesia».

Esta es la drástica advertencia de Francisco Javier Jin Yangke, obispo de la diócesis de Ningbo, provincia de Zhejiang, contenida en una carta pastoral firmada el pasado 6 de septiembre, y de la que se hace eco la agencia Fides, en un artículo firmado por Marta Zhao.

En la carta, el obispo pide «con afecto de pastor» a todos los sacerdotes que llamen urgentemente la atención de sus respectivas comunidades sobre los peligros de las doctrinas y prácticas propagadas por sectas que pretenden captar adeptos incluso en parroquias católicas, utilizando un lenguaje apocalíptico y fórmulas de ascendencia cristiana.

Preocupación por dos sectas concretas

El obispo menciona explícitamente a los grupos conocidos como «Relámpago de Oriente» y «Nuevo Cielo y Nueva Tierra», e insta a todos a estar vigilantes ante su proselitismo.

Al mismo tiempo, dirigiéndose a las personas «que ya han sido engañadas», el Obispo asegura que «reza siempre al Señor por vosotros, para que os conceda la gracia del discernimiento. Os exhorto -añade el Obispo- a reconocer las falsas verdades de esas doctrinas, a arrepentiros y a volver inmediatamente al rebaño que Cristo ha reunido y constituido. La diócesis tendrá que tomar medidas eclesiásticas contra quienes persistan en optar por el error».

No es la primera vez que los obispos chinos se ven obligados a advertir a sacerdotes, religiosas y laicos del peligro de dejarse embrujar por los métodos de reclutamiento de sectas que en su propaganda hacen referencia constantemente a los libros de la Sagrada Escritura, sembrando la confusión incluso entre los católicos.

Algunos obispos y sacerdotes han denunciado haber sido objeto de chantajes, amenazas e intimidaciones tras haber pedido a los miembros de sus comunidades que no se asocien con miembros de sectas cada vez más agresivas y tenaces en su intento de encontrar nuevos adeptos entre los bautizados.

Avisos durante años a los fieles

Ya en 2012, los líderes de las comunidades católica y protestante de la ciudad de Hangzhou habían publicado una Carta abierta a los cristianos, en vísperas de lo que los adeptos de la secta del «Relámpago de Oriente» presagiaban como la fecha del «fin del mundo» (21 de diciembre de 2012).

En esa coyuntura, la Congregación para la Evangelización de los Pueblos también intervino publicando un dossier informativo en la Agencia Fides sobre las doctrinas engañosas y las prácticas de manipulación y chantaje llevadas a cabo por grupos sectarios contra las comunidades cristianas.

En su carta pastoral, el obispo Jin cita el Código de Derecho Canónico (cánones 750-1) y el Catecismo de la Iglesia Católica (párrafo 85), precisando que «a partir de informes de feligreses e investigaciones diocesanas, hemos descubierto que sectas como “Nuevo Cielo y Nueva Tierra (o Templo del Tabernáculo de los Testigos)” e “Iglesia de Dios Todopoderoso (o Relámpago Oriental)” han estado activas recientemente».

«Sus discursos -recuerda el obispo- parecen similares a los de la Iglesia, pero en realidad sus doctrinas son contrarias a las enseñanzas de la Sagrada Escritura y de la Tradición, y alejan nuestras vidas del Evangelio de Cristo».

China, terreno fértil para las sectas

El obispo Francisco Javier Jin cita el párrafo 85 del Catecismo de la Iglesia Católica (que a su vez contiene una cita de la constitución dogmática Dei Verbum, del Concilio Vaticano II) para recordar que «el oficio de interpretar auténticamente la Palabra de Dios, escrita o transmitida, ha sido confiado únicamente al Magisterio vivo de la Iglesia, cuya autoridad se ejerce en nombre de Jesucristo», es decir, a los obispos en comunión con el sucesor de Pedro, el obispo de Roma.

En China hay cinco religiones reconocidas oficialmente por las autoridades: el taoísmo, el budismo, el catolicismo, el cristianismo (entendido como protestantismo) y el islam. Las sectas y sus doctrinas, a menudo apocalípticas y milenaristas, encuentran un terreno fértil sobre todo en el campo chino, centrándose en anuncios del fin del mundo y promesas de la llegada de reinos mesiánicos a la tierra.

En su carta, el obispo Jin articula en 6 puntos su contestación a las doctrinas predicadas por las sectas, subrayando que su instrumentalización de la Sagrada Escritura se centra sobre todo en los textos del Génesis y del Apocalipsis, y en pasajes extrapolados de la Carta de San Juan y de la Segunda Carta a los Tesalonicenses de San Pablo.

La «Iglesia de Dios Omnipotente» (Relámpago de Oriente)

Este grupo religioso surgió en China en 1991 y las autoridades chinas lo consideran una «secta perniciosa». La doctrina central del grupo afirma que Jesucristo regresó a la Tierra en nuestra época y se encarnó como Dios Omnipotente. Según la mayoría de los estudiosos, la persona identificada con Dios Todopoderoso por los seguidores de la secta es una mujer nacida en el noroeste de China en 1973, Yang Xiangbin.

En la fundación del grupo se atribuye un papel importante a Zhao Weishan, surgido a finales de la década de 1980 de grupos sectarios vinculados a la galaxia protestante. En 2000, Zhao y Yang se marcharon a Estados Unidos, donde obtuvieron asilo político y comenzaron a dirigir la secta desde Nueva York, mientras en China algunos líderes eran detenidos por la policía.

Entre los adeptos, según consta en el dossier publicado por la Agencia Fides, muchos proceden de comunidades evangélicas y de la Iglesia católica, entre ellos religiosas y sacerdotes. Los militantes del grupo religioso entran en las comunidades eclesiales, «adoptan un comportamiento ejemplar de práctica cristiana, muestran un intenso interés por aprender».

Tras ganarse la confianza de la gente, suelen empezar a difundir noticias falsas y calumniar a los líderes de la comunidad, utilizando también las redes sociales en estas campañas de difamación.

El grupo ha sido acusado de varios delitos, entre ellos el asesinato sectario captado por las cámaras en un McDonald’s de Zhaoyuan en 2014, cuando seis seguidores mataron a una joven madre.

En algunos casos, los miembros de la secta han sido acusados y procesados como autores de delitos y crímenes. En los últimos años, muchos seguidores han abandonado China, emigrando a Estados Unidos, Canadá, Australia y países de la UE, donde se presentan como víctimas de la persecución y defensores de la libertad religiosa. El aumento de sus seguidores va a la par del crecimiento de los recursos económicos y materiales de que disponen.

«Nuevo Cielo y Nueva Tierra» o Shincheonji

Este grupo, también conocido como Iglesia de Jesús, Templo del Tabernáculo de los Testigos, o por su nombre coreano Shincheonji, fue fundado por el coreano Lee Man-hee el 14 de marzo de 1984, y también está creciendo rápidamente en China, dirigiendo su propaganda a jóvenes cristianos profesionales y acomodados del distrito Xuhui de Shanghai.

Los seguidores creen que Lee Man-hee es el «pastor prometido» del Nuevo Testamento y que sólo él posee las claves para descifrar las metáforas del Libro del Apocalipsis. La secta enseña que, tras la venida de Cristo, la verdadera doctrina cristiana ha sido corrompida progresivamente por las iglesias católica y protestante, y el «pastor prometido» Lee Man-hee está llamado a restaurarla a su pureza original.

La secta también utiliza como herramientas de propaganda los cursos de enseñanza de la Biblia y las reuniones sobre temas de paz y diálogo interreligioso organizados a través de grupos paralelos. La secta afirma asimismo que los únicos que recibirán la salvación en el juicio final serán sus seguidores.

En 2014, el número de sus «capítulos» (directores) establecidos en China superaba el centenar, extendiéndose incluso a megalópolis como Pekín y Guangzhou.

Ya el 23 de marzo de 2015, el Comité Pastoral de la diócesis de Jilin había emitido un comunicado de advertencia sobre las actividades de la secta «Nuevo Cielo y Nueva Tierra», que fue retransmitido por numerosos sitios web católicos chinos.

El grupo estuvo en el punto de mira de los medios de comunicación internacionales en 2020, cuando una reunión no autorizada de seguidores en la ciudad fue señalada como el factor desencadenante de la propagación de la pandemia del COVID-19 en Corea. Esto llevó incluso a la detención del líder.

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