Un niño de 3 años muere intoxicado en una comunidad de Las Doce Tribus en Navarra

Un menor de 3 años ha fallecido el pasado jueves 19 de mayo tras ingerir agua oxigenada (empleada para la limpieza). Los hechos han tenido lugar en una comunidad de la secta Las Doce Tribus, propietaria de unos terrenos en las afuera de Corella (Navarra, España).

El cuerpo autonómico de policía ha tenido aviso de la urgencia sobre las 13.05 horas y hasta el lugar, en el kilómetro 6 de la carretera NA-6920, se han desplazado agentes de la Policía Local de Corella, así como efectivos de Seguridad Ciudadana de la Policía Foral, según informa Navarra.com.

Los agentes han encontrado al menor, que había ingerido agua oxigenada, en parada cardiorrespiratoria. En un primer momento, ellos mismos le han realizado las maniobras de reanimación, que a continuación han seguido los profesionales sanitarios que han acudido al lugar. El menor ha fallecido sobre las 14 horas en el lugar de los hechos.

Producción de aceite ecológico

Desde el Consistorio, el alcalde, Gorka García, destacó que esta comunidad “participa mucho en la vida de la localidad, en las ferias alimentarias, en actividades de Biciclistas de Corella y en otras citas” y lamentó el suceso que ha llenado de consternación a esta comunidad religiosa y a la localidad ribera en general, según informa Noticias de Navarra.

El niño se encontraba en la nave de la firma Tribal Trading, una empresa de distribución de alimentos donde también se dedican a elaborar aceite ecológico bajo la denominación de La Noria, así como otros alimentos ecológicos que venden en el mercado.

Las Doce Tribus cuentan con varias propiedades en la localidad de Corella ya que, además de la vivienda de la avenida de Navarra 20, cuenta con diversos edificios que han adquirido recientemente a la entrada de Corella desde Tudela y también la nave en cuya parte trasera se encontraba el pequeño jugando cuando ingirió el agua oxigenada. Alrededor de esta nave cuentan con varias plantaciones de olivos.

Según señalan en su página web, Tribal Trading es una empresa creada por personas que anhelan restaurar la vida ancestral que la mayoría de las culturas están perdiendo con el progreso de la cómoda edad moderna. La gente ha olvidado lo que significa vivir una vida tribal, cultivando la tierra en armonía con la naturaleza y con sus semejantes. En el pasado, el hombre vivía de lo que producía con sus propias manos, y lo que le sobraba lo trocaba por otros bienes. La vida era más sencilla”.

Según “el evangelio de Yahshua”

El niño y su familia pertenecen a Las Doce Tribus, un grupo de personas que por apariencia y forma de vida estarían a mitad de camino entre los hippies de los 70 y los Amish americanos. Son antivacunas y en sus casas no hay televisores, ni radios, ni ordenadores, según explica Miriam Villamediana en el diario ABC.

Los adeptos de Las Doce Tribus aseguran seguir los preceptos del evangelio de Yahshua (el nombre de Jesús en hebreo) y se dedican a la producción y venta de alimentos ecológicos. De hecho, la nave dedicada al aceite ecológico donde tuvo lugar la intoxicación era propiedad de la comunidad.

En Corella se calcula que viven aproximadamente una veintena de personas entre menores y adultos. Uno de ellos es Prudencio. Aparentemente es la única persona autorizada a hablar con personas del exterior porque, en una primera llamada, una mujer indica a la redactora del ABC que mejor llamar más tarde cuando se encuentre una «persona que puede hablar».

En una segunda conversación con la periodista, Prudencio explica que están «tristes y dolidos» por el trágico fallecimiento y que espera que sus creencias en Dios les ayuden a sobrellevar el trago, pero declina dar detalles sobre su forma de vida.

La indefensión de los menores

«Hacen una interpretación del testamento bíblico a la vieja usanza», explica a ABC Juantxo Domínguez, presidente de la Red de Prevención Sectaria y del Abuso de Debilidad (RedUNE), de ahí que las mujeres tengan algunas limitaciones. En la práctica implica, además, vivir aislados, sin apenas contacto con la sociedad y sin acceso a las nuevas tecnologías.

Para Domínguez, que –como la policía– también piensa que la ingesta de agua oxigenada fue accidental, lo más preocupante es la situación de «indefensión» en la que se encuentran los menores. Porque los niños no están escolarizados y, según alertan desde RedUNE, tampoco se les permite llevar una vida de niños. «El juego infantil no existe», confirma. Los niños no tienen acceso ni a juguetes, ni a muñecos, ni a peluches y desde muy pequeños se les obliga a trabajar para la comunidad.

Tampoco tienen acceso a libros, y la única formación que reciben es la que imparte la propia comunidad. De ahí que muchas veces quienes consiguen abandonar la secta no tengan más que una formación básica que se limita a leer y escribir y a operaciones matemáticas esenciales.

Aislamiento… y castigos físicos

Un buen ejemplo del aislamiento en que viven es lo ocurrido con una familia de San Sebastián. Un padre logró abandonar el grupo con sus tres hijas que no conocían otra cosa que la comunidad. Domínguez asegura que tardará en olvidar la cara de ilusión que pusieron cuando vieron por primera vez dibujos animados en una proyección del Festival de Cine de San Sebastián.

Aunque lo más preocupante para la asociación es el castigo físico que promueven en la educación de los más pequeños. Un manual interno en el que se explica cómo educar según los preceptos de Las Doce Tribus, al que ha tenido acceso ABCpromueve el uso de «la vara» como método de castigo a los menores.

Asegura el texto que «hinchar al niño a besos» o «deshacerse en comentarios de admiración» va en contra de sus preceptos. Frente a ello, defienden «aplicar la fuerza necesaria» para cambiar el comportamiento de los más pequeños. «El castigo es la fuerza física legítima que los padres han de utilizar al corregir o frenar la rebelión del niño», puede leerse.

La Administración se ha enterado por los medios

Consultado por el diario ABCel Departamento de Educación de Navarra asegura que se han enterado de la existencia del grupo por los medios de comunicación y que no constan expedientes genéricos sobre la falta de escolarización de los pequeños.

Hace tiempo, en Alemania varios miembros de Las Doce Tribus fueron condenados por causar daños a un niño al golpearle con una vara de más de un metro.

Para RedUNE no cabe duda del comportamiento sectario del grupo. Generalmente sus miembros ingresan atraídos por la vida ecologista y en comunidad, explica Domínguez. Sin embargo, una vez se trasladan allí, les terminan obligando a dejar sus trabajos y a perder el contacto con familiares y amigos del exterior. Además, todo el patrimonio de los nuevos integrantes termina cedido al grupo.

Su presencia en España

«Así es como han conseguido comprar todas las propiedades que tienen», asegura Domínguez. Las Doce Tribus llegaron a España en 1994 procedentes de Francia, y en la actualidad cuentan con un importante asentamiento en Guipúzcoa.

Cuentan con un caserío en la zona del monte Ulía de San Sebastián y un asentamiento «grandísimo» en la localidad de Irún. Incluso regentan un restaurante y un comercio situados en una de las mejores zonas de la capital guipuzcoana. Abandonar el grupo no resulta sencillo al haber cedido todo el patrimonio y haber perdido el contacto con familiares y amigos.

La Fiscalía requirió información

Lo más sorprendente de la forma de vida de Las Doce Tribus es la falta de escolarización de los menores, obligatoria en España a partir de los 6 años. Desde RedUNE aseguran que, aunque la Fiscalía hace años les pidió información sobre los asentamientos de Guipúzcoa, en la práctica tampoco hubo ninguna consecuencia.

«También lo he denunciado en la Diputación de Guipúzcoa», explica Domínguez, que denuncia la dejadez de las instituciones. «El problema es que para ellos es mucho más fácil intervenir en casos intrafamiliares». Sin embargo, asegura que existen mayores reparos cuando se trata de interferir en la forma de vida de una comunidad. «Nadie le pone el cascabel al gato», lamenta.

Para más información

- Luis Santamaría, “Las Doce Tribus: la realidad de una secta que asegura vivir como los primeros cristianos”, Aleteia, 21/05/22.

2 comentarios

  
Martinna
Los accidentes domésticos ocurren, cuando suceden es por un fallo que no se pudo evitar, habrá que poner los recursos para evitarlos, es de lamentar y solidarizarse con quienes los padecen, no criticarlos por una desgracia para señalar lo demás lo hagan.
21/05/22 2:20 PM
  
Marta de Jesús
Virgencita que me quede como estoy.

A veces he soñado con comunidades cristianas a lo Amish y no tener que vivir rodeada de no católicos, sobre todo en este tiempo tan truculento. Pero visto lo visto...

El trigo ha de crecer en medio de la cizaña hasta la siega.
22/05/22 11:37 AM

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