Continúa la difusión del consumo ritual de ayahuasca en diversos países

Los medios de comunicación continúan reflejando la extensión cada vez más amplia del consumo ritual de ayahuasca, una sustancia elaborada a partir de diversas plantas en la Amazonia por los chamanes y tomada en infusión para lograr estados alterados de conciencia. Recogemos a continuación algunas de las versiones que se están popularizando y legitimando a lo largo del mundo.

La versión más “religiosa”: el Santo Daime

Las canoas navegan por un estrecho río, esquivando ramas y árboles durante más de cuatro horas para llegar a una pequeña localidad en la Amazonia profunda, en el oeste de Brasil. Según cuenta Eraldo Peres en Associated Press, la cultura de esta comunidad gira en torno a una infusión psicodélica que los locales llaman Santo Daime. La bebida de ayahuasca es sagrada para los residentes en Ceu do Mapia, que la emplean en rituales que aúnan creencias indígenas y católicas.

El culto del Santo Daime comenzó en 1930 de la mano de un descendiente de esclavos. A principios de la década de 1980, el recolector de caucho Sebastiao Mota de Melo, apodado Padrino Sebastiao, llevó a cientos de seguidores al interior de la selva para crear una localidad que viviese según la doctrina de la ayahuasca. Los residentes creen que la bebida cura el cuerpo y expande la mente.

La elaboración de la infusión sagrada es un ritual en sí misma. Los hombres cantan mientras siguen un ritmo constante para machacar los brotes de jagube con mazos de madera. En un caldero grande, un hombre cocina el jugo que se obtiene de prensar los brotes y lo mezcla con una planta con propiedades alucinógenas llamada Psychotria viridis.

La infusión se emplea varias veces durante las ceremonias religiosas, que no suelen celebrarse más de una vez por semana. Aunque los efectos alucinógenos son generalmente moderados, los participantes dicen que ayuda a facilitar conexiones espirituales.

Los residentes participaron en uno de estos actos una tarde reciente. Las mujeres visten brillantes coronas blancas en la cabeza, gasas verdes sobre los hombros y cinturones del mismo color rodeando su cintura.

En la iglesia, Alfredo Gregorio de Melo, hijo del fundador de la localidad y líder espiritual del Santo Daime, enciende velas en una tabla con la forma de estrella de David. Durante el servicio, hombres y mujeres se sitúan en dos filas separadas para tomar la infusión psicodélica tras hacerse la señal de la cruz. Después forman un gran círculo juntos para cantar oraciones y salmos.

“El Daime es todo para mí. Me salvó de la muerte”, dijo Luiz Lopes de Freitas, uno de los residentes en la localidad. “Hallé un mundo que cura y enseña fe”.

Su popularización más allá de América

Por otro lado, en el medio argentino Gaceta Mercantil leemos un artículo totalmente propagandístico de la sustancia alucinógena que comienza diciendo que la ya mundialmente famosa ayahuasca es una planta medicinal que se ha utilizado en el Amazonas durante siglos con fines espirituales y curativos.

También es reconocida por las visiones a menudo extraordinarias que induce –por no mencionar los terribles vómitos– y es una variante de la planta conocida por la ciencia occidental como “caapi”.

Durante los últimos 25 años la ayahuasca se ha vuelto global y miles de personas viajan a Perú y a otros países de América del Sur para beberla y experimentar con ella. Y ya como una moda, los expertos –curanderos, chamanes, ayahuasqueros o maestros– viajan por el mundo para celebrar ceremonias.

Muchos la beben porque están buscando una curación, otros son simplemente curiosos y hay quienes la usan como alucinógeno. Uno de los investigadores científicos pioneros de la ayahuasca es Dennis McKenna, un etnofarmacólogo de Estados Unidos que es el hermano menor del legendario etnobotánico Terence McKenna.

Hace algunos años, en un artículo titulado “La ayahuasca y el destino humano”, publicado en el Journal of Psychoactive Drugs, McKenna hizo hincapié en la ayahuasca por la contribución que puede hacer a la curación física y espiritual –“Si se le concede el lugar que le corresponde en la práctica médica”– y ante la posible catástrofe ambiental.

Un suceso protagonizado por un alcalde en Perú

Hemos sabido que el alcalde del distrito de Chalamarca, perteneciente a la provincia de Chota (región de Cajamarca, Perú), Eladio Fustamante Delgado (de 52 años), sufrió una crisis emocional tras tomar un brebaje cuando participaba de una sesión de curanderismo en el distrito de La Victoria, en Chiclayo.

Según el reporte de la Policía, del que da cuenta el diario Correo, fue un transeúnte quien los alertó sobre la presencia de una persona que gritaba, desde el interior de una fábrica de sal, pidiendo auxilio. Agentes de la zona acudieron hasta el lugar, divisando que una persona desnuda se encontraba en el cuarto piso del inmueble pidiendo auxilio, por lo que solicitaron apoyo de otras unidades especializadas.

Al ingresar en el inmueble, la Policía tuvo la sorpresa de encontrar, en el piso, a unas 10 personas más que estaban inconscientes y formaban un círculo. En el centro había diversos artículos de chamanismo.

Al subir al cuarto piso encontraron al alcalde de Chalamarca, Eladio Fustamante, totalmente desnudo y golpeándose con una varilla de hierro, amenazando con lanzarse al vacío. La Policía lo persuadió hasta lograr esposarlo, para poder controlarlo y así evitar que se autolesionara. El edil fue llevado al Hospital Las Mercedes; mientras que Artur Mena Salas (de 45 años), quien dijo dedicarse al chamanismo, fue llevado a la comisaría.

Reportaje televisivo en España

Un castillo mozárabe perdido en algún lugar de la provincia de Tarragona es el lugar elegido por Ana, José y Fabián para organizar su retiro espiritual. Los tres dicen ser chamanes y aseguran ofrecer la “sanación” a través de remedios indígenas. Hablamos de sanación física y psíquica, y a ellos acuden decenas de personas cada vez que provienen tanto de España como de países vecinos para buscar el origen de sus problemas y tratar de ponerles solución.

Diario Vice, un programa que se emite en Movistar +, ha acudido a uno de estos retiros y a sus ceremonias. Según señalan los redactores del reportaje “Retiro espiritual con ayahuasca”, visto desde fuera, el trance tiene poco de espiritual y mucho de psicodélico. Se trata, afirman, de una droga de las duras en el limbo de la legalidad.

“Si no hay una necesidad, yo no aconsejaría a nadie que fuera a participar en una ceremonia de la ayahuasca”, afirma en el reportaje el investigador Jordi Riba. Sin embargo, una de los chamanes, Ana Hatun Sonqo, que asegura provenir de una familia de espiritistas, hace un proselitismo claro ante las cámaras, ofreciendo curación y respuestas espirituales a la gente. “Los que vienen, por lo que fuera, confiaron en nosotros”, declara.

Mientras se ven imágenes de los utensilios que emplean en los ritos –entre los que se encuentran pequeñas imágenes de la Virgen de Guadalupe y de San Miguel Arcángel–, una joven llamada Alba López, colaboradora fija de la chamana, explica su trayectoria vital: en la adolescencia se separaron sus padres, comenzó a frecuentar el reiki pero no le ayudaba, empeorando cayendo al final en la anorexia que casi la llevó a la muerte. Buscando más allá, porque “interiormente no estaba bien… la escuché a ella [a Ana] y me enamoré, tuve la certeza de que éste es el camino”.

Ana Hatun explica en el reportaje los supuestos efectos de la ingesta de ayahuasca: expansión de la conciencia, claridad mental, incremento de la intuición… vómitos y defecaciones también (como purga). Su pareja, el chamán José Flórez, que es quien “cocina” la ayahuasca para las tomas, habla de las bondades purificadoras de esta práctica, que sirve “para romper tu ego y ver lo que estás haciendo”.

La adepta Alba López explica la experiencia de esta sustancia alucinógena como un proceso de conversión religiosa: “el proceso es muy duro porque es de mucha entrega… te das cuenta de que cuando sigues el camino de la ayahuasca, que ella te guía, y haces todo lo que ella te dice, cambias, tú y tu vida”. Y añade en otro momento: “llena mi corazón; ya no necesito nada más”.