Detienen al gurú indio Sant Rampal, investigado por asesinatos en su centro
El gurú indio Sant Rampal ha pasado de plácidos baños de leche en su ashram o centro de meditación a sentir el frío tras los barrotes, después de verse acusado de una catarata de cargos que pueden dejarle entre rejas de por vida. Lo cuenta Luis Ángel Reglero en una noticia de la agencia Efe.
Rampal resistió casi dos semanas a los intentos de la Policía por detenerle en su ashram de Satlok, en el estado norteño de Haryana, envalentonado por los cerca de 15.000 seguidores que le protegían, un coraje que se desmoronó cuando finalmente el pasado 20 de noviembre fue puesto a disposición de un tribunal.
El santón se agarró a los barrotes para no venirse abajo completamente delante de los jueces y bajó la mirada avergonzado cuando acusó a sus “adorados” fieles de haber sido quienes no le dejaban salir del centro, donde la Policía había ido a buscarle por orden judicial.
Investigación por asesinatos
La historia empezó cuando el Tribunal Superior de los estados de Punyab y Haryana, en el norte de la India, dictó una orden de búsqueda contra el líder espiritual por desacato, al no acudir a los juzgados para declarar sobre la muerte de una persona en 2006 por un disparo que salió de su supuestamente pacífico ashram.
Sin embargo, cuando los policías fueron a buscarle a este centro de la localidad de Barwada, miles y miles de seguidores les impidieron el paso en defensa de su líder.Lo que seguramente la mayoría de ellos no sabía es que estaban defendiendo una auténtica mansión que ocupa nada menos que 50 hectáreas tras un muro de seis metros, que esconde desde una gran piscina a camas de masaje (se supone que para alcanzar la espiritualidad), según han ido revelando medios locales tras el allanamiento del sitio.
Los fieles llegaron en peregrinación, incluso caminando largas distancias, para defender un inmenso complejo en el que Rampal tenía unos cien vehículos, incluidos autocares, y habitaciones de mármol con aire acondicionado mientras ellos resistían a la intemperie.
Pero el gurú, el hombre santo, se puede despedir de sus lujos de por vida, ya que algunos de los nada menos que 28 cargos de los se enfrenta conllevan en la India la cadena perpetua. El hombre santo no quería comparecer por desacato y ahora no le queda otra que hacerlo por acusaciones tan graves como asesinato y conspiración criminal, cargos que el Código Penal indio castiga incluso con la pena de muerte, según explicó a Efe el abogado Vikram Jit Mittal.
El letrado lleva el caso de un padre cuyo hijo murió en agosto en el ashram de Rampal, donde supuestamente se suicidó ahorcándose. Cuando el padre empezó a indagar, descubrió que otro joven falleció un año antes y que un tribunal investigaba esta muerte en la fortaleza de Rampal, que en 1995 dejó su puesto de ingeniero en el Gobierno de Haryana y desde entonces acumuló seguidores, lujos y últimamente cargos criminales.
Mientras permanece bajo custodia policial, Rampal tiene ahora todo el tiempo del mundo para meditar sobre estos y otros delitos que se le imputan, que, según el abogado, incluyen los de motín, disturbios, sedición y tenencia ilícita de armas. Tras los disturbios y la operación policial, cinco mujeres y un niño de 18 meses han sido encontrados muertos.
Además, unos 300 acólitos del gurú y agentes de Policía resultaron lesionados, entre ellos nueve efectivos de los cuerpos de seguridad con herida de bala, y otras 459 personas fueron detenidas.
Es más que probable que la caída en desgracia del adorado líder no termine aquí, ya que “no será extraño que se acumulen más cargos, contra él y contra varios de sus seguidores más cercanos”, advirtió el abogado.
Cadáveres de procedencia desconocida
Shriwasni Vashist, director general de la policía de Haryana, dijo que los cadáveres de las mujeres que han aparecido se habían entregado a las autoridades desde el interior del santuario. Lo leemos en Guioteca.
No está claro cómo murieron, indicó, y se estaban realizando autopsias. Vashist dijo que miles de personas salieron del santuario o ashram y según la policía muchas habían sido retenidas contra su voluntad. Sin embargo, en el interior permanecían entre 5.000 y 6.000 personas.
Rampal y otras 38 personas de entre sus seguidores están acusadas desde julio de 2006 de asesinato y otros delitos por enfrentamientos violentos con otro grupo espiritual. El gurú fue liberado bajo fianza, un estatus cancelado en julio de ese mismo año, después de que sus seguidores entraran en una sala judicial y amenazaran a los abogados.
Desde 2010, Rampal, un ingeniero reconvertido en líder espiritual, ha ignorado 43 citaciones judiciales, buscando excusas para todas ellas. El tribunal fijó una fecha límite para que compareciera esta semana, que también fue ignorada. Los seguidores de Rampal dicen que está demasiado enfermo para un viaje de 250 kilómetros desde el santuario, en el distrito de Hisar, hasta la capital del estado, Chandigarh.
Miles de policías y tropas paramilitares levantaron barricadas en la carretera que llevaba al santuario. La gente que salía del complejo era interrogada antes de ser trasladada a estaciones de tren y autobús para que regresaran a sus casas, señalaron las autoridades.
Varias personas que habían salido del ashram afirmaron que partidarios armados de Rampal habían intentado impedir que se marcharan. “Cerraron las puertas y pusieron el cerrojo dentro del complejo y no nos dejaban salir”, dijo Birender Satya, que había viajado desde el centro de India con su madre para ver predicar a Rampal.
La policía afirmó que un grupo de devotos armados estaba reteniendo a mujeres y niños dentro del lugar para utilizarlos como escudos humanos. “Saben que no permitiremos que mujeres y niños inocentes se vean atrapados en el fuego cruzado, y se están aprovechando de eso”, dijo Vashist.
La policía pidió a Rampal que se entregara para que no se perdieran más vidas. “Nuestras operaciones sólo terminarán cuando hayamos detenido a Rampal. Hemos suspendido las operaciones para permitir que la gente salga de forma voluntaria”, añadió el director de la policía.
Sanjeev Kaushal, alto cargo del estado de Haryana, dijo a la prensa que la policía actuó con moderación para proteger a los que estaban en el santuario.
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