Argentina: los evangélicos se oponen a la "ley anti-sectas"
La provincia de Córdoba (Argentina) ha sancionado una ley (Ley Provincial 9891), llamada “de Prevención y Asistencia a las Víctimas de Grupos que usan Técnicas de Manipulación Psicológica”, pero más comúnmente nombrada como “Ley anti-sectas”. En la ciudad de Río Tercero se pretende aplicar esta ley, lo que la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE) considera un avance desmedido sobre la libertad de cultos, a una congregación bautista y a su pastor, Marcelo Nieva, entidad que es reconocida y que cuenta con sus correspondientes registro y documentación legal.
Según informaba recientemente la Agencia Latinoamericana y Caribeña de Comunicación, la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas denuncia esto como persecución religiosa y una afrenta a la libertad de cultos y a la igualdad jurídica de todos los habitantes, dice una nota emitida con firma de su presidente, Nestor Miguez, y el secretario, Federico Schäfer.
“Este hecho es una prueba flagrante de la desmesura de esta ley y de la arbitrariedad que produce. No podemos sino repudiar este hecho y confiar en que las autoridades correspondientes desestimen a la brevedad esta y cualquier otra acción jurídica basada en el prejuicio y la discriminación religiosa”. Solidarios con la comunidad bautista de Río Tercero, “levantamos nuestra voz para que cese este acto persecutorio a la brevedad”, enfatizan.
Afirman que, aunque no cabe duda de que toda sociedad busca protegerse frente a los abusos, fraudes y perversiones, algunas de las cuales se esconden bajo ropaje religioso, históricamente, la persecución, legal o ilegal, de “las sectas” ha provocado prejuicios, daños irreparables y miles de víctimas inocentes. El judaísmo en varias oportunidades históricas, el mismo cristianismo bajo el imperio romano, los valdenses, las iglesias puritanas, los cultos de los pueblos originarios o las religiones afroamericanas, por citar sólo algunos ejemplos, han sido objeto de la calificación de secta y perseguidos como tales.
Las minorías religiosas muchas veces han visto cercenadas su libertad y sus vidas en riesgo por estos prejuicios, señalan. Muchos son los mártires del prejuicio religioso como para justificar con leyes arbitrarias la represión religiosa.
“Conformar un grupo religioso o sostener una creencia, cualquiera que ella sea, es parte de la libertad de culto que consagra nuestra Constitución Nacional”, recuerdan. Subrayando que “si algún grupo o asociación religiosa, o algunos de sus miembros, cometen delitos tipificados en nuestros códigos y cuerpos jurídicos, estos deben ser juzgados como tales y no por sus creencias o su culto”.
“La pretensión de leyes específicamente ‘anti-secta’ es una invitación a la arbitrariedad y la descalificación religiosa, al abuso y a la persecución”. Por eso expresan la disconformidad con esta ley provincial en Córdoba y con la pretensión de establecer leyes similares a nivel nacional. Abogan para que se considere a la brevedad una ley de libertad e igualdad religiosa, cuyo proyecto ya ha sido presentado por FAIE y otros cuerpos religiosos ante las autoridades nacionales.
6 comentarios
Por ejemplo la ley busca combatir grupos que procuran "La destrucción total o severa de los lazos afectivos (...de la víctima...) con su entorno social habitual".
¿Qué pasa si el "entorno social habitual" de la persona es una pandilla de delincuentes? ¿No se le puede rescatar de allí?
Y también dice que será víctima del grupo si "le lleve a destruir o conculcar derechos jurídicos inalienables en un estado de derecho".
¿Y el "derecho" es al aborto? ¿Ya no podrá predicarse en su contra?
En lo personal no estoy de acuerdo con el libertinaje religioso que le permite a cualquier iluminado montar su secta, evadir impuestos y formar su harén gratuito sin que pueda ser perseguido judicialmente. Pero creo que, si se va a poner una ley que regule la actividad de las sectas, hay que pensarla un poco mejor.
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