El Papa Francisco (I): ¿acertaron las profecías?

Ya tardaba en aparecer por aquí el nuevo obispo de Roma, Francisco. Pasados los primeros cien días de su pontificado, como si de un político se tratara, se han multiplicado los análisis de su persona, sus palabras y sus acciones como Papa. Por eso quiero aprovechar para ver en qué ha quedado todo aquello que revoloteó en los medios de comunicación en torno al cónclave y la elección en su versión más “misteriosa”, y que podemos enmarcar en el interés contemporáneo –o no tanto, ya que es una constante en muchas civilizaciones y culturas a lo largo de la historia, sobre todo en los momentos de decadencia– por el esoterismo. Resumiendo mucho todo lo que se dijo o escribió sobre el tema antes, durante y después del cónclave, tendríamos que hablar de las profecías de San Malaquías, los vaticinios de Nostradamus, el tercer secreto de Fátima y lo astrológico y mágico en general.

El primero de los elementos fue un lugar común nada más hacerse pública la noticia de la renuncia al ministerio petrino por parte de Benedicto XVI. Según la llamada “profecía de San Malaquías”, el fin del mundo llegaría al completarse el listado de 112 Papas con sus lemas respectivos en latín que supuestamente habría escrito San Malaquías de Armagh, un obispo irlandés del siglo XII. Como ya mostré en un artículo publicado en el portal Aleteia, la atribución de ese documento al santo prelado es falsa, y su primera aparición pública data de 1595. Por eso no es raro que acierte en un 95 % en los pontífices anteriores a esa fecha, y que, por el contrario, sólo consiga coincidencias muy forzadas de ahí en adelante.

La cosa es que después de Benedicto XVI –al que correspondería el lema “Gloria olivae”– todas las miradas estaban puestas en el Papa siguiente, con cuyo lema, “Petrus romanus”, vendrían todas las tribulaciones y persecuciones a la Iglesia, la destrucción de Roma y el fin de todo lo que existe. En aquellos momentos de la sede vacante, algunos especularon con la procedencia curial del nuevo sucesor de San Pedro, o con que el elegido por los cardenales tendría o se pondría el nombre del pescador de Galilea. Desde la perspectiva que nos da el calendario podemos afirmar ahora que el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio no cumplía ninguno de estos requisitos, más allá de su ascendencia italiana.

El segundo tema a consideración en la galaxia esotérica estaba basado en las profecías de Nostradamus, al que sus fans incondicionales dieron una oportunidad después de fallar estrepitosamente por enésima vez en cuanto al fin del mundo en 2012. Al visionario francés se recurre habitualmente para aplicarle o desaplicarle los más variopintos anuncios. Esta vez la aplicación a la sede romana consistía en su profecía sobre la llegada de un Papa negro. Las especulaciones volvían a basarse en algo apócrifo, incluso menos cierto que lo anterior de San Malaquías… sencillamente porque Nostradamus no dejó escrito en ningún lugar de sus Centurias esa tontería. Sólo hay una referencia al “rey negro” asociada a catástrofes y desgracias. Una cuarteta oscura –con perdón– que enseguida se aplicó al presidente estadounidense Barack Obama en su día, y que hace unos meses señalaba a alguno de los cardenales negros como el Papa siguiente. Otro fracaso de los esotéricos.

Eso sí, ya hubo algunos que tras el anuncio de la elección de Francisco el pasado 13 de marzo, y sin tener en cuenta que se estaban basando en algo que Nostradamus nunca dijo –¿a quién le importa en estos casos?–, se apresuraron a certificar el acierto de la falsa profecía. No puedo formularlo mejor que ellos, así que me limito a copiar lo que acabo de ver en una revista de misterios sobre este tema. El cronista, tan serio y riguroso él, escribe lo siguiente: “como en ningún cónclave de los anteriores que en mi vida he podido presenciar, sentí un escalofrío a la vez que pensaba para mi interior: han elegido al Papa negro”. ¿La razón? La pertenencia de Bergoglio a la Compañía de Jesús. Ah, claro, si es el primer pontífice jesuita de la historia, es el primer “Papa negro” de verdad y no figurado, pensaron algunos. Pero simplemente se trata de un problema de incultura: esa denominación se ha empleado siempre para referirse al prepósito general, es decir, el superior de esta congregación, por su papel importante en la vida de la Iglesia. Y Bergoglio nunca lo fue.

Así, vemos que ninguna de las dos profecías encontró aprobación en la realidad de los hechos. Algunos, sin embargo, ya se han dedicado a retorcerlas para intentar “demostrar” que tenían razón. Como siempre, la irracionalidad de estas propuestas resiste cualquier fracaso y continúa reapareciendo de una u otra forma. A los que consumen de forma acrítica todos estos productos de bajísima calidad intelectual se la cuelan una y otra vez. Incluso parece que los grandes errores de predicción los reafirman en su postura.

Como leí que contaba uno de estos divulgadores esotéricos: es verdad que no es negro ni se llama Pedro, pero las revelaciones y augurios “sí coinciden en marcar los primeros años del siglo XXI como los de la terminación de la Iglesia católica y el final del mundo cristiano como es hoy en día”. Está la cosa como para fiarse de ellos… Ah, y aprovecho para dejar aquí constancia escrita de algo que he leído en una revista de futurología, como reflexión personal de un autor después de repasar una frase de Nostradamus: “¿se está refiriendo esta profecía a un posible envenenamiento de Francisco I y a que Ratzinger terminará sus días en Túnez?”. Lo que nos hacía falta…

Junto a todo esto resurge, de vez en cuando, el tercer secreto de Fátima. ¿Y qué tiene que ver la Virgen María en todo esto? Conspiranoicos de dentro y fuera de la Iglesia católica sostienen que la Santa Sede mintió cuando dio a conocer en el año 2000 el contenido completo de la tercera parte de lo que la Madre del Señor mostró a la niña portuguesa Lucía de Jesús en 1917. Todo lo que se comenta, como pueden imaginar, gira en torno a grandes apostasías de la Iglesia, catástrofes colectivas y demás tragedias.

Y aunque uno se ciña al texto divulgado oficialmente por el Vaticano –que no tiene por qué mentir en este episodio, por más que se empeñen algunos en intentar demostrarlo–, es cierto que hay materia para que los más imaginativos se pongan a trabajar, ya que Lucía vio a un obispo vestido de blanco subiendo a un monte entre cadáveres y siendo tiroteado en la cima a los pies de una gran cruz. Cualquier Papa que salga, mientras mantenga el color de la sotana pontificia, será objeto de especulaciones vinculadas al tercer secreto de Fátima.

Qué quieren que les diga, quizás aproveche el tirón de estas historias y proponga una nueva profecía, revelada a posteriori. Entiéndaseme la ironía, con la que continúo. Quizás un día le cuente al mundo lo que yo ya sabía y que sí ha sido una profecía totalmente cumplida y verídica. Cuando vi a los cardenales en fila para hacer el juramento previo a la celebración del cónclave, y escuché lo que decían, tuve claro que Bergoglio sería el Papa siguiente (no sé si el último, a tanto no llegan mis vaticinios). ¿Y por qué?, se preguntará el lector. Todo lo descubrí al oír la fórmula del juramento, o más concretamente su segunda parte, común a los juramentos en la Iglesia: “así Dios me ayude y estos Santos Evangelios que toco con mi mano”. En latín, cada cardenal terminaba diciendo: “quae manu mea tango”. ¡Tango! El Papa, sin lugar a dudas, tenía que ser argentino. ¿Para qué hace falta saber latín, cuando puedo inventarme una profecía? Y encima a ritmo de baile…

Luis Santamaría del Río

14 comentarios

  
Luis López
Hay otra profecía relativa a los Papas que -en principio- parece no haberse cumplido.

Fue tras la muerte de Juan XXIII, cuando Conchita González -una de las videntes de Garabandal- señaló que la Santísima Virgen le había anunciado que tras Juan XXIII vendrían tres papas y luego el Fin de los Tiempos.

Más tarde, se aclaró que la Santísima Virgen había precisado que en realidad serían cuatro papas, pero que no contaba a uno (se refería indudablemente a Juan Pablo I).

Lo que sucede es que una vez elegido Francisco, y no sumando a Juan Pablo I, tenemos una lista de 4 papas (Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco)
¿Cómo conciliarse esto con esa famosa profecía de Garabandal?
12/07/13 10:41 AM
  
Luis Fernando
Muchos de esos farsantes viven de vender sus farsas en libros, revistas, programas de televisión, etc.

Y como suelen tener pinta de intelectualoides, atraen a esa parte de la población que no tiene otra cosa mejor que hacer que perder el tiempo con estupideces.

Como dijo Chesterton, cuando se deja de creer en Dios, se cree en cualquier cosa.
12/07/13 11:00 AM
  
rastri
-No obstante y por si acaso estaremos vigilantes.

-No sea que con tanto negar lo que otros afirman, o tanto afirmar lo que otros niegan el día o la noche nos pille dormidos. Y allá cada cual con sus visiones, que lo peor de este mundo es engañarse a sí mismo sin percatarse de vivir en su propio engaño.

-Y porque de tal forma este mundo me tiene hundida la moral que si por mi fuera de un plumazo lo haría desaparecer del sistema Solar. Yo sigo implorando con fe:
-¡Ven Señor Jesús, ven!

-Aunque, como digo, esto suponga el definitivo fin de este planeta Tierra, tal cual y cómo reza el libro del Apocalipsis
12/07/13 11:20 AM
  
Serloc
Para Luis López: Dices:"Lo que sucede es que una vez elegido Francisco, y no sumando a Juan Pablo I, tenemos una lista de 4 papas (Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco) ¿Cómo conciliarse esto con esa famosa profecía de Garabandal?" Pues yo creo que se puede conciliar del siguiente modo: Conchita dijo esto (casi palabras exactas): "Ahora ya solo quedan tres papas; y luego viene el fin de los tiempos". Las cuentas, como tú bien dices tienen que ser del siguiente modo: Pablo VI (primero) Juan Pablo I (no cuenta por brevedad) Juan Pablo II (segundo) Benedicto XVI (tercero) Entonces, si verdaderamente la Virgen dijo eso, el único modo de conciliar el papado de Francisco con las palabras de la Virgen es que con él se inicia el fin de los tiempos. ¿Qué problema hay en esto? ¿Por qué no puede haber empezado el fin de los tiempos? Para Luis Fernando: Me leí "Se fue con prisas a la montaña", libro que relata muy detalladamente las apariciones de Garabandal, y no pude evitar ser convencido de su autenticidad. Pero no soy estúpido (no del todo al menos) y sigo creyendo en Dios. Sus -de usted- artículos me entusiasman; junto con los del Padre Iraburu son los que prefiero de este portal que tanto bien creo que hace. Saludos
12/07/13 12:00 PM
  
DavidQ
Me gustó mucho esta frase:

"se apresuraron a certificar el acierto de la falsa profecía"

Cada vez que veo una "certificación" de estas, y el miedo que trae consigo, me recuerdo que ni siquiera el Señor Jesucristo quiso dar una fecha (Mt 24,36), ¿a cuenta de qué va a venir el director de una revista esotérica y sus lectores a fingir saber lo que sólo el Padre sabe?
12/07/13 1:26 PM
  
Rafa
Completamente de acuerdo con Serloc, excepto en que no se debe contar a Juan Pablo I. La frase de Conchita fue que después de los 3 papas vendría "el fin de los tiempos", no del mundo. El resto son interpretaciones especulativas para intentar cuadrar la profecía a gusto del consumidor. Creo, por tanto, que el fin de los tiempos se inició con Benedicto XVI y no hay más que ver la distorsión de los valores de la sociedad occidental para darse cuenta de ello (gaynomio, aborto y eutanasia como derechos, etc). Sólo el islam (¿katejon?) parece obstaculizar la agenda progre, pero las cosas tampoco pintan bien para los musulmanes...
12/07/13 1:52 PM
  
Sebastián Isael Pla Martorell
Enhorabuena por el artículo, padre.
12/07/13 9:43 PM
  
Ikari
Los protestantes evangélicos se la pasan reciclando las profecias que le aplicaban a Juan Pablo II, luego se las aplicaron a Benedicto XVI, ahora a Francisco, posteriormente se las aplicarán a su sucesor y así sucesivamente.
12/07/13 11:58 PM
  
Juan
No hay que creer en burradas, pero Cristo dijo "Vengo Pronto!"
Y aunque nadie sepa ni el día ni la hora, y quizás falten siglos, el tiempo está preñado de signos.
13/07/13 1:24 AM
  
Anónimo
Son unas profecías geniales, desde luego fantasía e imaginación no les faltan a los que las hicieron,muchas oraciones para el papa Francisco ahora que está en Río de Janeiro
24/07/13 12:05 PM
  
Juan De Teruel
Bueno, lo cierto es que basandose en las profecias no era dificil saber quien iba ser el nuevo papa. Un mes antes de la elección acertamos

Puedes verlo en el blog de GFB granfraternidadblanca (punto) org
18/08/13 2:16 PM
  
winmortalis
A mi entender, la única forma posible de que que la profecía de Garabandal sea acertada, fuera en el caso de que el Card. Siri fuera el correctamente electo en 1958 (según afirman algunos) y que todo lo que sigue hasta su muerte en 1989 sea inválido.

Así se entiende que si luego de Juan XXIII quedan 3 papas, pues el primero válidamente electo sería Benedicto XVI, único elegido luego de la muerte del Card. Siri.

Antes la Iglesia ha tenido Antipapas... ¿quién podría afirmar categoricamente que no es posible que concurran en estos tiempos modernos tan turbulentos y en que más se ataca a la Iglesia?

Esto es hipótesis... nada me consta.
03/04/14 6:37 PM
  
carlos
Francisco no parece que sea el ultimo Papa de la famosa lista de Malaquias,pues parecería que esta lista esta basada en los Papas fallecidos,y sabemos que Benedicto sigue vivo,así Francisco no seria Papa legitimo para esa lista
29/04/15 11:20 PM
  
gambino
Tres años después, más actual que nunca este artículo.
22/04/16 11:52 PM

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