Muere una joven venezolana en una sesión de santería
Un informe preliminar de la autopsia realizada en la morgue de Bello Monte (Caracas, Venezuela) al cadáver de Yusmelin Yadeis Ríos (de 18 años), revela que murió por “un edema cerebral acentuado”, informó un familiar al medio Noticia al Día. Yusmelin Yadeis salió a casa de un supuesto santero a finales del pasado mes de noviembre para realizarse “un trabajo” y murió en ese sitio, según dijo el familiar. La causa de muerte se va a determinar “por estudios toxicólogos e histológicos”, agregó este familiar, quien señaló que “a lo mejor le dieron de tomar algo o a olerlo”.
Según informa Últimas Noticias, la víctima residía en el sector Las Torres, de La Vega. A las 3 de la tarde del pasado 25 de noviembre, Yusmelin salió de su casa y le dijo a su hermana Diana Fuentes que iba a casa de un sujeto apodado “el Matagato”. Ambas casas quedaban cerca una de la otra. Salió acompañada de su hija de 8 meses. “Ella me dijo que ese hombre le iba a hacer un trabajo”, comentó Diana. Cuentan que el supuesto santero solía decirle a la gente del barrio: “Tú tienes un muerto arrecostado”, para luego ofrecerle sus servicios. A Yusmelin le había dicho que su suegra le había hecho un trabajo para separarla de su esposo.
Con la promesa de hacerle un trabajo para desmontarle el maleficio de la suegra, el Matagato citó a Yusmelin a su casa. Tras toda una noche de ritos, donde participó la pareja del presunto santero, en horas de la madrugada, este se presentó en casa de los familiares de la muchacha a informarle que ella había muerto y que el cadáver estaba en su cama.
Al darles la mala noticia, el supuesto santero les entregó la bebé y una pañalera a los familiares de la muchacha. Dentro de esa pañalera estaba la ropa interior de la joven muerta. El esposo de Yusmelin y los familiares de ella enseguida se trasladaron a la casa del presunto santero para observar el cadáver. Le tomaron fotos al sitio: un rancho sin piso de cemento con varios velones.
Se percataron de que el cuerpo estaba cubierto con una sábana. La destaparon y observaron que el cuerpo estaba con algunas porciones de tierra y yerbas en la mano, la blusa subida y el brillo de los labios lo tenía corrido. La cama no estaba desarreglada, por lo cual los familiares sospechan que murió en el suelo y luego la subieron a la cama. “Ella se acostó a las 8 pm y se quedó dormida”, les habría dicho el presunto santero a los familiares de la muchacha.
Otro relato de los hechos
Según el relato de El Universal, un brujo conocido como “El Matagatos” tocó a la puerta de Deivis Rondón. Le entregó a su bebé de ocho meses, una pañalera y le comunicó que su esposa había muerto en el interior del rancho a las cuatro de la mañana del 26 de noviembre. Rondón encontró a su mujer arropada en la cama del babalao en la avenida principal del sector Las Torres de La Vega. Tocó su mejilla y descubrió que estaba fría. Al quitarle la sábana vio que su pecho estaba desnudo, su pantalón desabrochado, el brillo que cubría sus labios estaba regado irregularmente por toda su boca y nariz y que no tenía ropa interior.
Al abrir la pañalera encontró el blumer de Yusmelin Yaderi Ríos, de 18 años. El muchacho no tocó el cadáver y llamó a funcionarios del Cicpc a las 5:40 am para que se acercaran al lugar. Seis horas después los funcionarios encontraron dentro de la vivienda de cinc, tablas y piso de tierra, calaveras, esencias, perfumes, ídolos y collares. Los zarcillos de la víctima estaban depositados en un altar satánico.
Ni “El Matagatos", ni su esposa dieron explicaciones de lo sucedido. El individuo argumentó que la chica ya había fallecido cuando él llegó y su esposa explicó que se había quedado dormida cuando ocurrió la tragedia. Una vecina del sector indicó que el brujo se acercaba a las muchachas de la zona para pedirles que se consultaran con él. “A mí me llegó a decir que tenía un muerto recostado. Siempre les metía unas cosas raras en la cabeza y pedía dinero por todo”, expresó.
Rondón comentó que su esposa le había revelado que visitaba al nigromante porque éste la había convencido de que su suegra le había hecho un trabajo de brujería en su contra. “Siempre le dije que no creyera en eso porque hay un solo Dios. Ella tenía la mente muy débil”. La pareja asistía a la iglesia evangélica Caminando Sobre Lo Natural, ubicada en la misma zona donde residían. Rondón no extrañó la ausencia de su esposa pues pensó que estaba participando en el culto cristiano. La víctima era ama de casa y se dedicaba a cuidar a su pequeña hija.
En El Nacional leemos que Diana Fuentes, cuñada de Ríos, dijo que en el sector Las Torres han ocurrido varios incidentes con el santero, pues a su criterio él intenta usar su influencia para seducir a las personas a las que hace consultas. Tanto ella como Rondón coincidieron en que el sujeto además exige pagos por cada sesión. “Yo le dejaba cien bolívares cada vez que salía, pero no sé qué hacía con eso”, recordó. En la sala principal del inmueble donde estaba el cadáver hay un altar con velas, fotografías, estatuillas y rosarios donde Rondón encontró los zarcillos de su cónyuge.
Los santeros se defienden
Por otra parte, nueve correos de personas que dicen ser santeros fueron enviados a la redacción de Noticia al Día. “Estamos para ayudar y no asesinar personas”, escribe Tata Nkisi Malongo. “Dentro de la religión yoruba el homicidio no está tipificado ni aceptado, por ende la palabra maleficio es utilizada por otra religión, no por la santería”, dice Erwin González Ramos. “Vemos con mucho disgusto cómo usted, en una clara violación al Código Civil y a la Constitución, que establece el respeto y la libertad de cultos, acusa a nuestra religión de haber cometido el homicidio de esa joven”, asegura Axel E. Castillo.
“Lamento este hecho y repudio con fuerza el acto, sin embargo la presunción del hecho no admite que haya sido ejecutado por santeros o practicantes de la regla Osha”, escribe Carlos Castillo. “Para nosotros lo primordial es la salud, desarrollo y bienestar de los aleyos, awos u olúos y el gentilicio en general, ya que es una religión con bases de justicia, amor y disciplina”, expresó Jackson Gómez. Dos cartas más vinieron sin firma y la de Milagros Ugas se hace impublicable por las expresiones allí escritas.
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