23.03.07

Así como el Padre me envió, también yo os envío

Conocí a Carlos Caso-Rosendi en uno de tantos foros en los que he intentado defender la fe católica desde hace años. Aunque no hemos mantenido un asiduo contacto personal, siempre le he tenido como un ejemplo del tipo de personas que podrían servir a la Iglesia, no sólo para parar la sangría de católicos que salen de la misma en dirección hacia el protestantismo evangélico, sino para recuperar el terreno perdido y hacer volver a muchos de los que salieron y a no pocos de los que nunca estuvieron. Hace poco leyó el artículo que publiqué en este blog sobre la situación de la apologética en habla española. Siendo que él mismo trabaja en Coming Home Network, exitoso apostolado dedicado a la conversión de protestantes al catolicismo, me escribió para contarme sus impresiones sobre el estado de la cuestión en estos momentos. Lógicamente he aprovechado la oportunidad para pedirle que escribiera un artículo para el blog. Y sin duda, los lectores comprendrán que ha merecido la pena.

Gracias, Carlos, por tu generosidad y tu compromiso para servir al Señor en aquella que es Una, Santa, Católica y Apostólica.

Luis Fernando Pérez

"Así como el Padre me envió, también yo os envío"
por Carlos Caso-Rosendi

Sólo unos días después de su Resurrección, Cristo pronuncia estas palabras como preámbulo al "pequeño pentecostés" de Juan 20, 21, un adelanto de lo que vendría unas semanas más tarde cuando el Espíritu Santo descendió sobre los que estaban reunidos en el aposento alto en Jerusalén.

"Así como el Padre me envió" es una frase un tanto misteriosa ¿Quiénes somos nosotros para suponer que sabemos lo que mueve a Dios a enviar a Su Hijo en la misión de redimir al Hombre? Sin embargo Cristo usa la frase para indicarnos la clase de sentimiento que lo mueve a El cuando nos envía a nosotros a llevar el Evangelio al mundo.

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22.03.07

Pero vamos a ver, ¿no hay nadie en la Iglesia que mande callar a este miserable?

Este post va a ser cortito. Alec Reid, auténtico hijo de las tinieblas con clergyman al servicio de la serpiente etarra, ha vuelto a provocar a todos los españoles decentes, en especial a las víctimas de Eta, con declaraciones que dudo mucho que Otegui pudiera mejorar pensando en los intereses de la banda terrorista. En el link que he puesto se pueden leer un resumen de las mismas, pero de momento saco una que demuestra el tipo de miseria moral que corre por las venas de este sujeto. El tío va y dice:

…para acabar con ETA hay que hablar con Batasuna, 'para los que la lucha armada se ha terminado y están de acuerdo con el respeto a los Derechos Humanos', indicando que está convencido de que ETA quiere desaparecer.

Bien, bastante es que tengamos que soportar la traición de un gobierno que ha llegado a la ignominia de convertir a la Fiscalía General del Estado, en un bufete gratuito de abogados al servicio de los batasuno-etarras. Pero que además, los católicos de este país tengamos que soportar que un sacerdote católico se convierta en el portavoz ideal de la banda asesina y el grupo político que la respalda, sobrepasa todos los límites de lo admisible.

Sabemos que este sujeto es redentorista. Pues bien, señores obispos de este país todavía llamado España, no sé cómo podrán arreglárselas ustedes, pero lleguen hasta donde sea necesario para que Roma haga lo que tiene que hacer y mande callar a este sujeto indigno de ser presbítero de nuestra Iglesia. Si hace falta, pidan una audiencia masiva al mismísimo Papa para pedirle que intervenga personalmente. Pero esto no puede quedar así. No puede ser que se pisotee la dignidad de este país y la sangre de las víctimas de Eta desde el seno de la propia Iglesia. Al menos protesten individualmente o en bloque contra su mera presencia en nuestro país. HAGAN ALGO o me temo que antes o después, alguien lo hará por ustedes de forma no recomendable.

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La diligencia de un Papa en combatir la herejía

El año 449 de nuestra era asistió a la celebración de un sínodo en Éfeso que habría de situar a la totalidad de los patriarcados de Oriente bajo el manto de la herejía monofisita. Cinco años antes, un archmandrita de Constantinopla llamado Eutiques, comenzó a predicar que la naturaleza humana de Cristo había sido asumida por la divina, de modo que, en la unión de ambas, no había sino una naturaleza. Eutiques pretendía ser alumno de Cirilo de Alejandría, protagonista principal de la condena del nestorianismo en el concilio ecuménico de Éfeso del año 431. La herejía de Eutiques, el monofisismo, se expandió rápidamente debido a la gran actividad proselitista de su mentor. Cuando logró que la abrazara el Patriarca de Alejandría Dióscoro, sucesor de Cirilo, el conflicto estaba servido.

En un sínodo particular reunido en Constantinopla el año 448, presidido por el Patriarca San Flaviano, se denunciaron las tesis de Eutiques y se proclamó la doctrina de las dos naturalezas de Cristo. Presente Eutiques en la asamblea, se negó rotundamente a aceptar la decisión de la misma, reafirmándose en su doctrina de una sola naturaleza de Cristo, por lo que no quedó más remedio que lanzar anatema contra él y contra sus partidarios.

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20.03.07

Hagan el favor de tener la decencia de no seguir utilizando a los pobres

Estoy harto. Sí, harto de que los de siempre usen a los pobres como barricada tras la que esconderse después de arrojar piedras y cócteles molotov contra Roma y los obispos. Los verdaderos pobres no se merecen que se prostituya su causa y su condición, para ser usada como arma arrojadiza contra los legítimos pastores de la Iglesia y la doctrina católica. Como si a los pobres se les ayudara mejor siendo siervos de la heterodoxia. Como si la injusticia fuera a desaparecer enseñando una cristología dudosa. Como si presentando a un Cristo que no es el de la fe y de la Iglesia se pudiera dar de comer al hambriento y de beber al sediento.

Que no, que ya está bien de ir por la vida en plan víctimas y plañideras cada vez que el magisterio hace lo que es su deber. Que ya está bien de tener el concilio todo el día en la boca para luego pasárselo por el forro. Menos lloriqueo, menos quejas y más trabajo de verdad. Menos conferencias, menos libros, menos congresos y más Teresas de Calcuta y San Juanes de Dios.

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19.03.07

El mito de la Iglesia de base

Una de las cosas que más tienden a reivindicar aquellos que han hecho de su catolicismo un ejercicio intensivo de disidencia contra el magisterio de la Iglesia, es su condición de ser la iglesia de base. Por un lado está la jerarquía, llena de señores desconectados con la realidad y el evangelio, y por otro ellos, auténtica voz profética del Espíritu Santo para la Iglesia post-conciliar. Y cada vez que la jerarquía osa, fíjense ustedes, recordar la doctrina y la moral de la Iglesia, esa "iglesia de base" asoma por todas partes para soltar un discurso crítico, que lleva siendo el mismo desde hace ya unas cuantas décadas.

Ocurre que a una mayoría considerable de católicos practicantes les importa más bien poco todas esas controversias. Esos millones de fieles se dedican a ir a misa todos los domingos y fiestas de guardar y a rezar a Dios, sobre todo cuando las cosas les van mal. Si tienen suerte de asistir a parroquias con curas fieles a la Iglesia, pues pasarán sus vidas sin mayores sobresaltos. Si les tocan curas "progres" pues dependiendo del caso se buscarán otra parroquia si viven en una ciudad, o se acomodarán a la situación. Pero en todo caso, a esa gran masa de católicos ni les va ni les viene las movidas sobre Sobrino, Küng, Masiá, la Juan XXIII, etc, etc. Sencillamente pasan.

Luego está el mundo de los movimientos. Ahí la cosa cambia. El indiferentismo es mucho menor.

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