Discurso de Benedicto XVI sobre la educación integral cristiana a niños y jóvenes
No tiene desperdicio este magistral discurso del Papa a la asamblea diocesana de la archidiócesis de Roma. Una de las razones de que allá se haya producido un aumento considerable de las vocaciones al sacerdocio, es sin duda el éxito de una pastoral que ha buscado la formación cristiana íntegra de niños y jóvenes. Una educación que no deja de lado ningún aspecto de la vida cristiana, en especial, el testimonio personal que nace de una relación personal con Dios.
Discurso a la asamblea diocesana de Roma
Discurso de Benedicto XVI a la asamblea diocesana de Roma sobre el tema «Jesús es el Señor. Educar en la fe, en el seguimiento y en el testimonio», del 11 de junio, en la basílica de San Juan de Letrán.
Queridos hermanos y hermanas:
Por tercer año consecutivo la asamblea de nuestra diócesis me brinda la posibilidad de encontrarme con vosotros y dirigirme a todos, abordando la temática que la Iglesia de Roma afrontará en el próximo año pastoral, en estrecha continuidad con el trabajo desarrollado en el año que se está concluyendo. Os saludo con afecto a cada uno de vosotros, obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas y laicos que participáis con generosidad en la misión de la Iglesia. Agradezco en particular al cardenal vicario las palabras que me ha dirigido en nombre de todos vosotros.
El tema de la asamblea es "Jesús es el Señor. Educar en la fe, en el seguimiento y en el testimonio". Se trata de un tema que nos atañe a todos, porque cada discípulo confiesa que Jesús es el Señor y está llamado a crecer en la adhesión a él, dando y recibiendo ayuda de la gran compañía de los hermanos en la fe. Ahora bien, el verbo "educar", puesto en el título de la asamblea, implica una atención especial a los niños, a los muchachos y a los jóvenes, y pone de relieve la tarea que corresponde ante todo a la familia: así permanecemos dentro del itinerario que ha caracterizado durante los últimos años la pastoral de nuestra diócesis.