26.06.07

El Gran Silencio

Mi breve visita a la Ciudad Condal ha resultado triplemente provechosa. Me ha permitido conocer en persona a gente de Iglesia a la que sólo conocía por sus escritos o por contacto telefónico. He podido pasar unas horas con mi director espiritual, el padre Joaquín Climent, y esta mañana he visto la película “El Gran Silencio” en el único cine de toda la ciudad donde todavía la exhiben. Y, curiosamente, este jueves será el último pase, así que encuentro providencial el haber sido capaz de ver esta obra en pantalla grande. No creo que sea igual verla en una butaca de cine, acompañado por 6 ó 7 personas que en la pantalla del ordenador o en la tele de casa.

Mi juicio sobre esta película no es imparcial. A lo largo de mi vida he tenido periodos de cierta querencia hacia el modelo de vida que aparece bien reflejado en el film. Por tanto mi predisposición era buena. En ese sentido, no me ha supuesto una sorpresa nada de lo que he visto, pero no por ello ha dejado de causarme una grata impresión. Es como el que va a tomar un plato de comida que sabe que le va a gustar. El saberlo no le impide disfrutarlo. Y yo he disfrutado de “El Gran Silencio”

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25.06.07

A ver si puede ser....

Me voy a Barcelona donde estaré un par de días. Tengo intención de ver "El gran silencio" que todavía se exhibe en un cine de la Ciudad Condal. Si lo consigo, ya os contaré qué impresión me ha causado aunque como os podéis imaginar mi predisposición es la mejor posible.

Estará de vuelta mañana por la tarde, así que sed buenos chicos y no os peguéis en mi ausencia, je je.

Dios nos guarde a todos.

24.06.07

Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista

No es poca cosa lo que Cristo dijo de su precursor, de aquel que, en cumplimiento de las profecías, preparaba el camino delante de Yavé. Efectivamente, el Señor dijo de Juan el Bautista: "Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista" (Mt 11,11a). Impresionante, ¿no?

El caso es que la Escritura no recoge el dato de que el Bautista realizara ningún milagro. No parece que fuera un Elías ni un Eliseo, facedores o mediadores de sucesos asombrosos. Tanto que incluso los huesos de Eliseo provocaron que resucitara un muerto (2 Rey 13,21). Mas la grandeza del Bautista no estaba en las señales que le acompañaban sino en las palabras que decía y en Aquel a quien anunciaba. Siendo el más grande de los profetas habidos hasta entonces, San Juan el Bautista no era un hombre de discurso políticamente correcto. No se andaba por las ramas y llamaba al arrepentimiento de pecados. Y, oh misericordia divina y señal para el hombre moderno, hete aquí que el pueblo respondía a esa predicación dura, sin concesiones a la galería, con aristas que sin duda herían las almas orgullosas de quienes dándoselas de justos eran tan pecadores como el que más. Volvía a cumplirse lo ocurrido con Nínive y el profeta Jonás. Destinados a ser aniquilados, los ninivitas se salvaron cuando se les predicó su pecado y pudieron arrepentirse.

¿Y hoy? ¿pensamos que vivimos en una sociedad mejor que la de Nínive? ¿acaso somos mejores que los israelitas que oían la voz profética del Bautista? ¿quizás un pueblo que sacrifica diariamente ante el altar del aborto a cientos de inocentes, es mejor que aquellos pueblos que sacrificaban a sus hijos ya nacidos ante Moloc? ¿acaso en Sodoma y Gomorra aprobaron en un parlamento el matrimonio gay? ¿qué nos diferencia?

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23.06.07

Discurso de Benedicto XVI sobre la educación integral cristiana a niños y jóvenes

No tiene desperdicio este magistral discurso del Papa a la asamblea diocesana de la archidiócesis de Roma. Una de las razones de que allá se haya producido un aumento considerable de las vocaciones al sacerdocio, es sin duda el éxito de una pastoral que ha buscado la formación cristiana íntegra de niños y jóvenes. Una educación que no deja de lado ningún aspecto de la vida cristiana, en especial, el testimonio personal que nace de una relación personal con Dios.

Discurso a la asamblea diocesana de Roma

Discurso de Benedicto XVI a la asamblea diocesana de Roma sobre el tema «Jesús es el Señor. Educar en la fe, en el seguimiento y en el testimonio», del 11 de junio, en la basílica de San Juan de Letrán.

Queridos hermanos y hermanas:
Por tercer año consecutivo la asamblea de nuestra diócesis me brinda la posibilidad de encontrarme con vosotros y dirigirme a todos, abordando la temática que la Iglesia de Roma afrontará en el próximo año pastoral, en estrecha continuidad con el trabajo desarrollado en el año que se está concluyendo. Os saludo con afecto a cada uno de vosotros, obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas y laicos que participáis con generosidad en la misión de la Iglesia. Agradezco en particular al cardenal vicario las palabras que me ha dirigido en nombre de todos vosotros.

El tema de la asamblea es "Jesús es el Señor. Educar en la fe, en el seguimiento y en el testimonio". Se trata de un tema que nos atañe a todos, porque cada discípulo confiesa que Jesús es el Señor y está llamado a crecer en la adhesión a él, dando y recibiendo ayuda de la gran compañía de los hermanos en la fe. Ahora bien, el verbo "educar", puesto en el título de la asamblea, implica una atención especial a los niños, a los muchachos y a los jóvenes, y pone de relieve la tarea que corresponde ante todo a la familia: así permanecemos dentro del itinerario que ha caracterizado durante los últimos años la pastoral de nuestra diócesis.

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22.06.07

Sin presbíteros no hay Iglesia, por Patianus


Esta semana Germinans germinabit ha sacado a la luz la primera parte de un informe sobre los planes de formación de agentes de pastoral en Cataluña. Patianus reflexiona sobre lo que puede estar detrás de esos planes y la necesidad de dedicar todas las energías posibles a la pastoral vocacional, verdadero futuro de cualquier iglesia local.

Sin presbíteros no hay Iglesia

Lo peor de determinadas pastorales inocuas e inanes no es que hayan quemado el campo de las vocaciones al sacerdocio. No, lo peor es que quieren cubrir ese déficit echando cemento para cubrir su fracaso. De las cenizas de un campo quemado puede resurgir la vida si se le abona adecuadamente. De un campo de cemento no se puede cosechar nada. Pues bien, preparar a laicos para que sean agentes de pastoral con la idea de que sustituyan permanentemente a los sacerdotes, es echar cemento en el campo de la Iglesia en Cataluña.

La solución a la falta de sacerdotes no puede ser nunca el esperar a que la Iglesia cambie el modelo de sacerdocio tradicional, ni hacer que los laicos se encarguen de aquello que corresponde a los ministros ordenados. Cristo quiso que su Iglesia fuera gobernada por pastores. Poner a ovejas a hacer la función de los pastores puede solucionar temporalmente alguna situación extrema, pero no es esa la voluntad de Dios para su Iglesia.

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