8.08.07

Prefiero pensar que no he entendido a Sor Teresa

La verdad es que se ha montado un buen revuelo "bloggístico" a cuenta de la entrevista que le hicieron en El Periódico a Teresa Forcades, doctora en medicina, teóloga feminista y monja. Llama la atención el hecho de que el entrevistador se queda con la boca abierta ante las palabras de Sor Teresa. Supongo que lo que menos se espera cuando uno entrevista a una monja católica es que le digan:

Eso sería así si el celibato supusiera la ausencia de la sexualidad. Pero no debemos hablar de amputación o represión de la sexualidad, sino de experimentarla en un contexto que no es el de la vida de pareja. Lo cual significa que una persona célibe puede enamorarse. Y eso, ¿qué supone? Lo mismo que para todo el mundo: que se produce una convulsión interior y que se abren una serie de posibilidades para profundizar en la subjetividad personal. Esta relación puede ser humanamente más interesante que la que se produce en un contexto habitual.

Vamos a pensar castamente y a no imaginarnos cómo puede una persona consagrada a Dios experimentar su sexualidad fuera de la vida de pareja, a la vez que se enamora. Si llega a hablar de una experimentación comunitaria la cosa se habría puesto peliaguda pero, a Dios gracias, Sor Teresa no ha llegado a tanto. Lo que sí que me considero incapaz de entender, y mejor que sea así, es su afirmación de que el enamoramiento de un célibe puede ser humanamente más interesante que el que se produce entre los novios que van a casarse. Si el entrevistador no hubiera estrado en estado cuasi catatónico le habría preguntado maliciosamante si hablaba desde su experiencia personal.

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7.08.07

¡Que se callen, coño!

Tenía la duda sobre qué tema tocar hoy en el blog. Por un lado está el artículo del genuino e irrepetible Gregorio Peces Barbas publicado hoy en El País. Por el otro las psicodélicas declaraciones a El Periódico de Teresa Forcades i Vila, doctora en medicina y monja benedictina. Pero como hay más días que longanizas, dejaré para mañana a la doctora y me centraré en el retoño, ya entrado en años, del Gran Arquitecto.

A Peces Barba le molesta que los obispos, y no digamos los cardenales, tengan libertad de expresión. Y no lo disimula. Dice que la jerarquía de la Iglesia se mete en todo:

Ahora toca Educación para la Ciudadanía, antes fue el divorcio, el aborto, la enseñanza de la religión, el matrimonio entre homosexuales, la Ley de Educación e incluso dimensiones de la financiación que les parecen insuficientes.

Y digo yo, ¿qué se supone que deben de hacer los obispos? ¿callar cuando se permite el asesinato de inocentes en el seno materno? ¿callar cuando la legislación es un arma de destrucción masiva contra la institución familiar, columna y baluarte de toda sociedad que pretenda ser civilizada? ¿acaso no tienen derecho a dar su opinón sobre la educación en general, y sobre la absolutamente constitucional asignatura optativa de religión católica en particular? ¿acaso no tienen derecho a advertir, si así lo creen, que la condición de obligatoriedad de la asignatura de Educación para la Ciudadanía entra en conflicto con los derechos de los padres y de los alumnos?

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6.08.07

Cristo también se viste de carrilero

No sé cuántos habrá en España, pero sin duda deben ser miles. Me refiero a los carrileros. Son hombres (90-95%) y mujeres que pasan su vida de albergue en albergue, de ciudad en ciudad, durmiendo muchas veces en la calle y comiendo en otras tantas de bocadillos. Durante el mes de julio he podido conocer a unas cuantas decenas de ellos en el centro Fogaril de Cáritas diocesana de Huesca. Y créame el lector que una cosa es leer algún artículo periodístico sobre esa realidad y otra encontrársela cara a cara.

Las razones que pueden llevar a una persona a acabar en el carril son de lo más variadas. Desde la adicción al alcohol hasta la ruptura familiar que provoca la depresión y la desesperación. Desde la enfermedad mental hasta la vida según el modelo del hijo pródigo de los evangelios, derrochador de una herencia copiosa. El caso es que detrás de cada carrilero hay una historia personal plagada de errores o desgracias, o ambas cosas a la vez. Y sin embargo, si dejamos un resquicio abierto en nuestro corazón a la realidad del Reino de Dios, podemos ver a Cristo en medio de ellos. No se trata de idealizar a personas que en muchos casos están recogiendo el fruto de lo que en su día plantaron, pero qué cierto es aquello de que en donde abunda el pecado, sobreabunda la gracia.

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5.08.07

Queridos, respetados, y venerados Pastores

He recibido la siguiente carta del otro lado del charco, y tal y como me llega la copio en el blog:

Queridos, respetados, y venerados Pastores:

No sé si sus eminencias llegaran a leer esta carta, pero ruego a Dios que así sea.

Sé que sus eminencias velan por la Fe del pueblo, del pueblo sencillo, sin embargo, esa Fe corre en nuestros días serios peligros, y no me refiero a las Sectas, ni al laicismo que están ahí, me refiero a los ataques que se producen dentro de la misma Iglesia

Son varios los teólogos liberales que llamándose católicos, y haciendo ostentación de una inteligencia superior, niegan la Resurrección que no reanimación de Jesús el Señor. Para éstos hombres la Resurrección de Cristo fue espiritual, sólo una forma de la primitiva comunidad cristiana de mantener vivo su Mensaje.

Se niega que las apariciones del Resucitado a sus apóstoles fueran reales, y se dice que se trató o bien de recuerdos, o de "apariciones psíquicas" producto de las neuronas de sus "amigos". Y por supuesto, aunque menos, también hay sacerdotes que hablan de que Jesús no resucitó.

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4.08.07

La pobreza de los ricos

Lucas 12, 13-21

En aquel tiempo, dijo uno del público a Jesús:
- «Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia.»
Él le contestó:
- «Hombre, ¿quién me ha nombrado juez o árbitro entre vosotros? »
Y dijo a la gente:
- «Mirad: guardaos de toda clase de codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes.»
Y les propuso una parábola: - «Un hombre rico tuvo una gran cosecha. Y empezó a echar cálculos: "¿Qué haré? No tengo donde almacenar la cosecha."
Y se dijo: "Haré lo siguiente: derribaré los graneros y construiré otros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mi mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come, bebe y date buena vida."
Pero Dios le dijo: "Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?" Así será el que amasa riquezas para si y no es rico ante Dios.»

Todas las riquezas del mundo no impiden al hombre enfrentarse a un destino seguro: la muerte. Esa señora de tan mala fama, aunque ya fue derrotada por Cristo, todavía iguala a todos, ricos y pobres. Es la frontera que separa esta vida de la venidera, de duración eterna. Y aunque no es una ecuación perfecta, por lo general la riqueza en esta vida suele redundar en pobreza en la siguiente. No porque la riqueza material en sí sea mala, sino porque no suele ir acompañada de un buen uso. Cuanto más rico se es, más responsabilidad se tiene en el uso de los bienes materiales, pues siempre habrá pobres a los que ayudar, enfermos a los que atender y misioneros a los que sostener.

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