Las "nuevas generaciones" de obispos integristas
El campo de batalla en el que se ha convertido el mundillo de la comunicación y opinión religiosa está viviendo uno de sus momentos más álgidos de los últimos meses. La bestial campaña para acabar con la actual Cope tiene más de política que de religiosa, pero se está utilizando el ideario de la cadena, de obvia inspiración cristiana, como arma arrojadiza contra algunos de los comunicadores más influyentes de la emisora. Dado que el ideario, aunque sea de máximos, está ahí y dice lo que dice, es hasta cierto punto normal que sea usado para tal fin. Otra cosa es que nos creamos que las intenciones de la inmensa mayoría de los que apelan al ideario Cope sean las de “cristianizar” las ondas de la segunda radio más importante del país. Lo que vimos en la conferencia de prensa de la Permanente no fue una congregación de cristianos píos clamando por la pureza cristiana de La Mañana losantina, sino una bandada de aves carroñeras esperando lanzarse sobre el cadáver mediático de Federico, y de paso sobre el del resto de líderes de audiencia de la cadena (quienes no son líderes, no les molestan). Lo que más gracia hace de toda esta cuestión es que los que parecen preocupadísimos por el carácter cristiano de la Cope no dudan en usar métodos nada cristianos, como la mentira y la manipulación más burdas, para lograr sus objetivos.
Mas tiempo habrá de seguir hablando del culebrón Cope. Quiero centrarme hoy en otra cuestión que, aunque tiene que ver con el caso Pagola, apunta en realidad al futuro de la Iglesia Católica en este país. En un artículo realmente preocupante -está lleno de resentimiento, medias verdades e insinuaciones literalmente indignas- sobre el tema Pagola, José Manuel Vidal afirmaba ayer lo siguiente:
Pero resulta que las “nuevas generaciones” de obispos más jóvenes, que ocupan casi todos los cargos de la comisión permanente, son mucho más radicales en su integrismo que las viejas que ya conocemos.
Estimados lectores, he ahí la clave de todo lo que está pasando. Roma está cambiando la faz de la Iglesia Católica en España con el nombramiento de obispos que tienen la osadía de ser “jóvenes", ortodoxos y activos. Y poco a poco van ocupando su lugar en Añastro. Si ya de por sí Rouco y sobre todo Cañizares son considerados como ultras por el sector progresista de la información y opinión religiosa de este país, ¿qué no dirán de los Camino, Sanz Montes, Demetrio Fernández, Munilla, Iceta, Casanova, Saiz Meneses, Berzosa, Carrasco Rouco?