En Lérida obedecen antes al Conseller que a Roma
Hace tiempo que el conflicto entre las diócesis de Lérida y Barbastro-Monzón a costa de los Bienes de la Franja es un escándalo que avergüenza a toda la Iglesia. La catarata de sentencias de los tribunales de la Iglesia a favor de Barbastro, a día de hoy no ha servido, a nivel práctico, para nada. Los bienes siguen en Lérida y es muy probable que sigan allí durante largo tiempo.
Como no es plan de hacer leña del árbol caído, sobre todo si está enfermo, no diré gran cosa sobre el anterior obispo de Lérida. Ya es triste pasar a la historia como el obispo que hizo lo posible y lo imposible por alargar el conflicto hasta conseguir que los políticos metieran sus narices en el mismo. Pero ya da igual. Agua pasada, no mueve molino.
El caso es que eclesialmente el caso, esta vez sí, parece cerrado. Ya no hay más recursos. La diócesis catalana acepta que la Iglesia no le da la razón. Pero ahora se refugia debajo de las faldas de las autoridades civiles para no obedecer. O sea, primero alargan el litigio y cuando consiguen que los políticos tengan “voz y voto” sobre el futuro de los bienes, se ponen detrás de ellos para decir: pío, pío, que yo no he sío.