Otro serio aviso a determinada forma de hacer teología
Al poco de redactar este artículo ha salido la noticia de que no ha sido Roma quien ha retirado la licencia de docencia católica al padre Ariel sino su propio obispo. Ver aquí la nota del episcopado. En cualquier caso, lo esencial del post no varía, así que lo dejo como está.
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A la espera de conocer el contenido íntegro del texto procedente del Vaticano, por el cual se prohíbe ejercer la docencia católica al sacerdote y teólogo argentino Ariel Álvarez Valdés, todo parece indicar que la Santa Sede ha decidido poner coto a las aseveraciones de esa tendencia teológica que todo lo mitifica, todo lo “deshistoriza". Entre aquello que condena Roma del padre Ariel está su afirmación de que la aparición del ángel Gabriel anunciando a María la Encarnación del Verbo en su seno no es un hecho histórico.
Estoy convencido que el método usado por Álvarez Valdés para llegar a esa aseveración es exactamente el mismo que “nuestro” Pagola utiliza para todo aquello por lo que fue …. condenado, advertido, refutado, notificado (elijan ustedes el verbo; el mío va en negrita)…. por la comisión episcopal para la doctrina de la fe de la CEE. El teólogo argentino considera que el relato de la Anunciación es un “género literario” y no una realidad histórica. No está de más volver a recordar aquello que el Concilio Vaticano II, en la Dei Verbum, afirmó acerca de la historicidad de los evangelios y que muchos, abierta o subrepticiamente, niegan:
La Santa Madre Iglesia firme y constantemente ha creído y cree que los cuatro referidos Evangelios, cuya historicidad afirma sin vacilar, comunican fielmente lo que Jesús Hijo de Dios, viviendo entre los hombres, hizo y enseñó realmente para la salvación de ellos, hasta el día que fue levantado al cielo.
Vaya todo el mundo haciéndose a la idea de que la negación total de la historicidad de los evangelios de la infancia, que Álvarez Valdés, Pagola y muchos como ellos sostienen claramente, lleva a conclusiones contrarias a la fe católica. Y vaya todo el mundo haciéndose a la idea de que el magisterio va a hacer su labor para condenar dicha teoría en aquellos teólogos que la sostengan.