La verdadera cuestión de fondo con los lefebvrianos
A la espera del texto final con el que Benedicto XVI revocará las excomuniones de los obispos lefebvrianos, creo oportuno hacer una revisión de cómo estaban las relaciones entre la FSSPX y la Iglesia. Y para ello no hay nada mejor que escuchar a los protagonistas principales del “conflicto". Tras varios días visionando conferencias de monseñor Fellay y del padre Nicholas Pfluger, números 1 y 2 de la Fraternidad, he llegado a las siguientes conclusiones:
- Aunque la excomunión se llevó a cabo por llevar a cabo una ordenación episcopal que el Papa había desautorizado, ese acto, en sí mismo, era sólo la guinda del pastel.
- Lo que “separa” a la FSSPX de Roma no es un asunto menor. Hay un desacuerdo doctrinal importante en relación al Concilio Vaticano II y algunas de las enseñanzas recogidas en sus textos. De hecho, ese es el punto esencial para los lefebvrianos. Están radicalmente en contra del ecumenismo, al menos tal y como se lleva a cabo, del concepto de libertad religiosa recogido en el Concilio y de lo que ellos llaman implicaciones doctrinales derivadas de la reforma litúrgica post-conciliar. Insisten en que Roma debe de hablar con ellos sobre doctrina y que no tiene sentido tratar el tema del estatus canónico de la Fraternidad sin haber llegado a un acuerdo sobre aquello que motivó que Lefebvre hiciera lo que hizo.
- La cuestión de la misa “tridentina” es importante para ellos, sin duda. Se muestran complacidos por el motu proprio que “liberaliza” el rito anterior a la reforma del Novus Ordo, aunque se quejan, y no sin razón, de que no ha sido correctamente recibido por muchos obispos. Pero quien piense que con ese motu proprio ya está todo solucionado, o no sabe la realidad del lefebvrismo o sabe pero engaña.
- Aunque afirman tener en alta estima a Benedicto XVI, declaran públicamente que mantienen diferencias doctrinales con él. Fellay dice en una conferencia que lo que el Papa afirma sobre la Tradición viva de la Iglesia no es lo que la Iglesia ha enseñado durante siglos.
- Hay un problema de confianza no pequeño en las relaciones entre la FSSPX y buena parte de la curia. Se quejan de que un sector importante de la misma ha boicoteado cualquier tipo de avance. Y aseguran que incluso el Papa ha tenido que actuar en contra del consejo de la práctica totalidad de sus colaboradores, especialmente al publicar el motu proprio. Eso sí, hablan bastante bien del cardenal Castrillón Hoyos.