Nuestro Señor Jesucristo, que de psicología humana sabía un rato largo, quiso dejarnos un mensaje claro que nos sirve para discernir cómo son las personas. Dijo “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno. Y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo, porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Luc 6,45)
No hay como escuchar a algunos políticos para saber ante qué tipo de personajes nos encontramos. El insigne Zapatero, antes de ser presidente de gobierno, dijo aquello de “más gimnasia y menos religión” a los alumnos de un colegio público. Ya marcaba el camino por el que se iba a manejar si llegaba al poder. Nadie duda de que la religión, en especial la católica, es un formidable enemigo para los planes de ingeniería social de ZP. Él lo sabe, nosotros lo sabemos, sólo los cegatos y los quintacolumnistas progres en la Iglesia no lo saben. O lo saben pero están de su parte. Al fin y al cabo, Zapatero sigue fielmente el consejo de su padre espiritual, Pablo Iglesias, quien arengó a sus mesnadas diciéndoles: “Sois socialistas no para amar en silencio vuestras ideas ni para recrearos con su grandeza y con el espíritu de justicia que las anima, sino para llevarlas a todas partes“.
Esas palabras del fundador del socialismo español son parte del ADN de los socialistas de hoy. Para ellos la democracia es el instrumento por el cual sus ideas son predicadas e impuestas a toda la sociedad. Pero ojo si la misma no vale para tal cosa. Ya lo dijo el propio Iglesias en 1910: “Mi partido está en la legalidad mientras ésta le permita adquirir lo que necesita; fuera cuando ella no le permita alcanzar sus aspiraciones….. Tal ha sido la indignación por la política del Gobierno del Sr. Maura en los elementos proletarios que nosotros hemos llegado al extremo de considerar que antes de S.S. suba al Poder debemos ir hasta el atentado personal“. No diré que hoy el socialismo llegaría a eso, aunque ciertamente se aprovecharon de un atentado para alcanzar el poder, pero sí que es claro que la izquierda española se aliaría con el mismísimo diablo, en forma de serpiente, con tal de mantenerse en el trono desde el que imparte ética y moral a los españoles. Hay otro trono que sirve más bien para poco, pero dejémoslo estar.
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